Departamento de Estado de EU cierra de USAID de forma definitiva
El Departamento de Estado dijo que canalizará la ayuda exterior directamente desde el Departamento de Estado para priorizar sus intereses.

El Departamento de Estado norteamericano desapareció oficialmente este 1 de julio la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que durante 64 años canalizó alrededor de 715 mil millones de dólares a programas de la sociedad civil y de gobiernos federales y locales en distintas regiones del mundo.
En el caso de México, se estima que solo en los últimos cinco años recibió más de mil millones de dólares para iniciativas en materia de seguridad, derechos humanos, desarrollo económico y fortalecimiento del estado de derecho, a través de proyectos liderados por autoridades locales y federales, instituciones, así como ONG’S.
El respaldo financiero se canalizaba a proyectos en cinco rubros: Prevención del Crimen y la Violencia; Imperio de la Ley; Integridad y Transparencia, así como Derechos Humanos y Medio Ambiente Sustentable.
Al anunciar el fin de la Agencia, el secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que este obedece a que dejó de cumplir su propósito de destinar recursos a entes que atendieran los intereses de Estados Unidos y no los locales que en muchas ocasiones derivaron en un mayor sentimiento antiestadunidense, sin respeto a los contribuyentes.
Eso sumado a que los objetivos de desarrollo pocas veces se cumplían, la inestabilidad a menudo empeoraba en el escenario mundial y los países que más se beneficiaban de su “generosidad” solían fracasar en corresponder.
“Esta era de ineficiencia autorizada por el Gobierno ha llegado oficialmente a su fin. Bajo la Administración Trump, finalmente tendremos una misión en Estados Unidos de financiación exterior que dé prioridad a nuestros intereses nacionales”. “A partir del 1 de julio, USAID dejará oficialmente de implementar asistencia exterior. Los programas de asistencia exterior que estén alineados con las políticas de la Administración, y que promuevan los intereses estadounidenses, serán administrados por el Departamento de Estado, donde se implementarán con más responsabilidad, estrategia y eficiencia”, afirmó en un comunicado.
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Puso como ejemplo de esta falta de concordancia entre los apoyos que enviaban y el poco respaldo que recibían, la ayuda en 2023 a las naciones del África subsahariana que votaron con Estados Unidos solo el 29 por ciento de las veces en resoluciones esenciales en la ONU a pesar de haber recibido 165 mil millones de dólares en desembolsos desde 1991.
Durante el mismo período, más de 89 mil millones de dólares invertidos en Oriente Medio y el norte de África dejaron a Estados Unidos con índices de preferencia más bajos que China en todas las naciones excepto Marruecos. En el caso del gasto de 9 mil 300 millones de dólares realizado por la agencia en Gaza y Cisjordania desde 1991, los beneficiarios incluyeron aliados de Hamás lo que ha producido agravios en lugar de gratitud hacia Estados Unidos.
“Los únicos que vivían bien eran los ejecutivos de las innumerables ONG, que a menudo disfrutaban de estilos de vida de primera categoría financiados por los contribuyentes estadunidenses, mientras que aquellos a quienes supuestamente ayudaban quedaban más rezagados”, subrayó.
Agregó que USAID comercializaba sus programas como beneficencia en vez de instrumentos de política exterior estadounidense destinados a promover sus intereses nacionales. A partir de hoy, apuntó Rubio, el único símbolo que se observará en las ayudas que ofrezca Estados Unidos a programas específicos en distintos países será la bandera norteamericana.
“Los beneficiarios merecen saber que la asistencia que se les brinda no es una limosna de una ONG desconocida, sino una inversión del pueblo estadunidense”.
En el caso de los países de América Latina y África dijo que prefieren inversión que les permita crecer de manera sostenible y no apoyo condescendiente como fue entregado por años por la ONU o la USAID.
“Favoreceremos a aquellas naciones que hayan demostrado tanto la capacidad como la voluntad de ayudarse a sí mismas y dirigiremos nuestros recursos a áreas donde puedan tener un efecto multiplicador y catalizar inversiones duraderas del sector privado, incluidas empresas estadunidenses e inversión mundial”, sostuvo.