Salud

Antidepresivos: ¿pueden dejar de funcionar con el tiempo?

Los antidepresivos suelen ser una herramienta en el tratamiento de la depresión; sin embargo, no es raro que estos medicamentos, que al principio funcionan adecuadamente, pierdan efectividad con el tiempo.

¿Qué es la taquifilaxia y por qué los antidepresivos dejan de ser efectivos?

La taquifilaxia, también conocida como “efecto poop-out” o tolerancia terapéutica, es un fenómeno clínico en el que un antidepresivo que antes funcionaba deja de producir los mismos beneficios, aun cuando el paciente lo toma de forma adecuada y constante.

Mayo Clinic define esta condición como una disminución progresiva en la eficacia de un antidepresivo, sin una causa clara del porqué sucede.

Aunque no se considera una falla del medicamento en sí, puede estar relacionada con cambios neuroquímicos en el cerebro, adaptación a los niveles de neurotransmisores o incluso factores externos como el estrés crónico.

Un estudio publicado en PubMed analizó a pacientes con trastorno depresivo mayor y encontró que, por cada tratamiento antidepresivo previo, la probabilidad de respuesta a una nueva terapia con sertralina disminuía en un 19.9 %.

Esto sugiere que los antecedentes de tratamiento pueden influir negativamente en la eficacia de nuevas intervenciones farmacológicas.

 

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Causas médicas detrás de la disminución en la eficacia

Existen varias razones médicas que explican por qué un antidepresivo puede perder efectividad con el tiempo, y no todas se relacionan con la taquifilaxia. Estas incluyen:

Recaída o depresión emergente (breakthrough depression)

Según el Johns Hopkins Medicine, alrededor del 33 % de los pacientes pueden experimentar una reaparición de los síntomas depresivos incluso mientras están bajo tratamiento.

Este fenómeno puede deberse a múltiples factores: desde situaciones de vida estresantes hasta enfermedades físicas concomitantes, o incluso cambios hormonales y envejecimiento. En estos casos, puede parecer que el medicamento “dejó de funcionar”, aunque el problema es multifactorial.

Factores fisiológicos y comorbilidades

El envejecimiento puede alterar la forma en que el cuerpo metaboliza los medicamentos. Además, enfermedades como el hipotiroidismo, la diabetes o los trastornos del sueño pueden interferir con el tratamiento de la depresión.

También se ha observado que ciertos medicamentos para otras condiciones médicas pueden reducir la eficacia de los antidepresivos, al generar interacciones farmacológicas adversas.

Tolerancia acumulada

Estudios con pacientes bipolares, también disponibles en PubMed, mostraron que aquellos con antecedentes de múltiples tratamientos antidepresivos tenían una reducción del 25 % en la probabilidad de respuesta y un 22 % menos de remisión al ser tratados con fluoxetina, en comparación con quienes no tenían tal historial.

Esto sugiere que una exposición prolongada o repetida a ciertos medicamentos puede generar una forma de tolerancia acumulativa que afecta los resultados a largo plazo.

 

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Suspender antidepresivos: síntomas frecuentes y su impacto emocional y cognitivo

Cuando una persona suspende un antidepresivo, especialmente si lo hace de forma abrupta, puede experimentar una serie de síntomas físicos, emocionales y cognitivos. Esta condición se conoce como síndrome de discontinuación.

Una investigación publicada en The Lancet Psychiatry identificó que alrededor del 15 % de los pacientes presentan síntomas directamente relacionados con la suspensión del medicamento. Entre los más comunes se encuentran:

  • Mareo
  • Dolor de cabeza
  • Náuseas
  • Insomnio
  • Irritabilidad

Del total, un 3 % de los pacientes presentó síntomas severos que afectaron significativamente su calidad de vida.

¿Efecto placebo o nocebo?

El estudio también encontró que en algunos casos, hasta el 17 % de los síntomas reportados aparecieron en pacientes que estaban en grupo placebo, lo que sugiere la presencia de un efecto nocebo: la expectativa negativa ante dejar el medicamento puede ser suficiente para desencadenar molestias reales. Esto no quiere decir que los síntomas no existan, sino que pueden estar influenciados por factores psicológicos.

Uso prolongado, síntomas más intensos

Una investigación desarrollada por la University College London (UCL) mostró que los pacientes que tomaron antidepresivos por más de dos años tenían una probabilidad 10 veces mayor de experimentar síntomas de discontinuación, comparado con quienes los tomaron por periodos más breves.

  • El 64 % reportó síntomas moderados o severos
  • El 25 % presentó síntomas intensos
  • El 12 % indicó que los síntomas persistieron por más de un año

Estos datos resaltan la importancia de planificar la suspensión de un antidepresivo junto con un profesional de la salud, especialmente cuando ha habido un uso prolongado del fármaco.

 

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¿Qué hacer si tu antidepresivo deja de funcionar?

  • Consulta a tu médico o psiquiatra. Puede ser necesario ajustar la dosis, cambiar de medicamento o complementar con psicoterapia.
  • Evalúa factores externos. El estrés, la falta de sueño, la mala alimentación o el aislamiento social pueden reducir la efectividad del tratamiento.
  • Considera una evaluación médica completa. Comorbilidades como anemia, hipotiroidismo o deficiencias nutricionales también pueden influir en el estado de ánimo.
  • No suspendas el tratamiento abruptamente. Hacerlo puede generar síntomas de abstinencia que empeoren la situación emocional.

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