“¡Que muera la corrupción y la avaricia!”, dice AMLO en su último Grito histórico
"Adiós, México"

El Presidente de México entonó desde el balcón de Palacio Nacional sus últimos “vivas” y “mueras”, frente a un Zócalo de la Ciudad de México abarrotado de gente que se dio cita para verlo.
-Información en desarrollo
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).- Una noche lluviosa marcó el adiós de Andrés Manuel López Obrador de la plaza pública más grande del país, la que lo arropó decenas de veces: el Zócalo de la Ciudad de México. Miles de mexicanas y mexicanos resistieron la lluvia bendita de septiembre, el frío y el viento para despedir al primer Presidente de izquierda en su último evento masivo: el Grito de Independencia.
López Obrador gritó las arengas tradicionales, pero, tal como lo ha hecho en sus anteriores gritos, decidió también añadir algunas especiales, siendo quizá la más destacada la que dedicó al movimiento que encabeza: La llamada cuarta transformación de México
“¡Viva la fraternidad universal!”, “¡que vivan los trabajadores mexicanos que son de los mejores del mundo!”, “¡viva la grandeza de México!”, “¡vivan todas y todos los mexicanos!” y “¡viva la cuarta transformación!”, fueron algunas de las frases que el mandatario entonó desde el balcón de Palacio Nacional.
El Zócalo de la capital del país, el cual fue su casa por casi 40 años, se llenó de seguidores, empapados por la lluvia; pero entregados al momento que estaban a punto de vivir, pues se avecina el retiro del mandatario mexicano, quien se irá a vivir a Palenque, Chiapas, una vez que entregue la Banda Presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo el próximo 1 de octubre.
“¡Viva!”, coreó la gente en respuesta a las frases entonadas por el Presidente, pero también hubo espacio para algunos “¡que muera!”, cuando señaló, a todo pulmón, “¡que muera la corrupción!” o “¡que muera la discriminación!”.
El último encuentro del Presidente de México con su gente en el Zócalo fue de entrega. Ya no había lluvia, pero sí mucho corazón. “¡Es un honor estar con Obrador!” y “¡sí se pudo!” son las frases con las que la gente mostró su cariño al político tabasqueño mientras salían los fuegos artificiales. Él agitaba sus brazos para saludar a los presentes y a ratos enviaba abrazos en señal de agradecimiento.

UN ADIÓS EN EL ZÓCALO
El Zócalo de la Ciudad de México fue como el patio de su casa. Como Presidente, lo tuvo a unos pasos de su residencia en Palacio Nacional. Es la máxima plaza del país, el centro del país incluso antes de ser uno como tal. Ahí, Andrés Manuel López Obrador se despidió de los actos masivos que, durante toda su carrera, desde las protestas contra el fraude en Tabasco y hasta su asunción como mandatario mexicano, pasando por desafueros, reivindicaciones de izquierda y resistencia a los años del neoliberalismo, fueron casi sinónimos de su movimiento.
El primero fue en 1992. Hasta la capital llegó López Obrador en el llamado “Éxodo por la democracia”. Entonces, era líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Tabasco, donde denunció en 1991 fraude electoral en algunos municipios de la entidad, incluida su natal Macuspana.
En 1995, volvió a marchar por el fraude, ahora contra él, en las elecciones para Gobernador de Tabasco de un año atrás. Con cajas de documentación, que luego entregó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR), López Obrador denunció que los comicios en los que se impuso el priista Roberto Madrazo eran ilegales. Décadas después, uno de los banqueros –Carlos Cabal Peniche– que supuestamente aportó dinero ilegal a esa campaña y a otras del PRI en 1994, incluido en las presidenciales con Ernesto Zedillo, confesó que las “cajas de la infamia” eran verdaderas.
A partir de entonces, y durante los años siguientes, el movimiento de izquierda en el país, encabezado entonces por el PRD, y que incluía entre sus líderes a López Obrador además de otros como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, se manifestó incontables ocasiones en el Zócalo capitalino.