Salud

¿Cortisol alto? Podría ser la razón detrás del cansancio y el deterioro mental

El estrés crónico se ha convertido en una constante para millones de personas. Más allá de la sensación de agobio y cansancio, esta exposición prolongada al cortisol alto puede estar minando tu salud de formas insospechadas.

El cortisol, ampliamente conocida como la “hormona del estrés“, puede ser peligroso cuando se desregula. Podría transformarse en un enemigo silencioso con profundas implicaciones para tu cuerpo y mente.

Incluso problemas como el insomnio persistente, la dificultad para concentrarse o incluso una mayor vulnerabilidad a enfermedades neurodegenerativas podrían estar vinculados a un desequilibrio en tus niveles de cortisol.

 

 

 

Los niveles altos de estrés contribuyen a que las personas pierdan eficacia en sus trabajos. Canva.

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¿Qué es el cortisol y cómo impacta en el cuerpo y la mente?

El cortisol es una hormona glucocorticoide fundamental, producida por las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, de acuerdo con MedlinePlus.

 

Su liberación está finamente orquestada por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HHS), un sistema neuroendocrino vital que responde al estrés y mantiene la homeostasis del cuerpo.

Sin embargo, la exposición prolongada a altos niveles de cortisol es resultado del estrés crónico, y puede tener efectos perjudiciales en múltiples en el cerebro. De acuerdo con un estudio publicado en Cells, esta desregulación de la hormona y del eje HHS está estrechamente ligada a:

  • Neuroinflamación en el sistema nervioso central.
  • Deterioro de la función cognitiva, afectando áreas como el hipocampo (memoria y aprendizaje), la corteza prefrontal y la amígdala (atención, función ejecutiva, regulación emocional).
  • Trastornos psicológicos y del estado de ánimo, como la depresión, ansiedad e irritabilidad, además de problemas de concentración, memoria e insomnio.
  • Aumento de la sensibilidad al dolor y susceptibilidad a condiciones como la fibromialgia y las migrañas.
  • Problemas metabólicos, incluyendo resistencia a la insulina, obesidad central y cambios en el peso.
  • Pérdida ósea (osteoporosis) y mayor riesgo de fracturas. El estrés afecta tanto al cuerpo que interrumpe la forma en que se fortalecen los huesos, según el estudio publicado en la revista Endocrine.
  • Mayor susceptibilidad a infecciones debido a la supresión inmunológica.

 

El estrés fuera aumenta el riesgo a tener enfermedades y fracturas. Canva.

Los altos niveles de cortisol también están fuertemente vinculados a la progresión de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Lo anterior aumenta la acumulación de proteínas patológicas y el daño neuronal, según los resultados de un estudio publicado en Journal of Alzheimer´s Disease Reports (J Alzheimers Dis Rep).

¿Cómo identificar los síntomas de niveles elevados de cortisol?

Los síntomas de un exceso de cortisol pueden manifestarse de diversas maneras, afectando tanto el físico como el estado anímico. Un modelo claro para entender estos efectos es el Síndrome de Cushing, una condición causada por niveles excesivamente altos de cortisol durante mucho tiempo, de acuerdo con Clínica Mayo.

 

El estrés puede afectar incluso la forma en que ejecutamos acciones cotidianas. Canva.

La información sobre este síndrome, disponible en MedlinePlus, explica algunos síntomas comunes que también se observan en niveles altos de cortisol:

  • Aumento de peso en el tronco, la cara (“cara de luna”) y una acumulación de grasa entre los hombros (“joroba de búfalo”).
  • Brazos y piernas delgados.
  • Piel fina y frágil que se amorata con facilidad y cicatrización lenta.
  • Estrías de color rosado o púrpura en el abdomen, caderas, muslos, senos y axilas.
  • Acné.
  • Cansancio extremo y debilidad muscular.
  • Cambios de humor como depresión, ansiedad, irritabilidad y dificultad para controlar las emociones.
  • Problemas de concentración o memoria.
  • Insomnio.
  • Presión arterial alta.
  • Dolor de cabeza.
  • Infecciones frecuentes.
  • Oscurecimiento de la piel.
  • Pérdida ósea, que puede derivar en fracturas de huesos.
  • Crecimiento atrofiado en niños.
  • Pérdida de vello corporal (en algunos casos).
  • Antojos de sal.

En mujeres, pueden presentarse síntomas adicionales como crecimiento de vello denso y oscuro en la cara y el cuerpo (hirsutismo), y periodos menstruales irregulares o ausentes.

 

Las mujeres son quienes más registran niveles altos de estrés. Canva.

En hombres, puede haber disminución del deseo sexual, reducción de la fertilidad y problemas de erección. Es importante destacar que la “fatiga suprarrenal” no es un diagnóstico médico aceptado, sino un término general que se utiliza para describir un conjunto de síntomas poco específicos.

¿Qué hacer para controlar el cortisol y mitigar el estrés crónico?

Si experimentas síntomas persistentes que sugieren altos niveles de cortisol o un estrés crónico, es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud.

Un diagnóstico temprano y un plan de tratamiento adecuado son cruciales para evitar complicaciones serias a largo plazo. Las pruebas de cortisol, que pueden incluir muestras de sangre, orina o saliva, son una herramienta importante para el diagnóstico y seguimiento, como detalla MedlinePlus.

Además de la atención médica, existen estrategias efectivas para gestionar el estrés y ayudar a regular los niveles de cortisol:

  • Técnicas de manejo del estrés: la práctica de ejercicios de relajación, la meditación mindfulness y la terapia cognitivo-conductual (TCC) han demostrado ser intervenciones valiosas. estas pueden reducir los niveles de cortisol, mejorar la regulación emocional y la percepción del dolor.
  • Ejercicio regular: la actividad física puede ayudar a mitigar el impacto fisiológico y psicológico del estrés crónico, aunque los niveles de cortisol puedan aumentar temporalmente durante el ejercicio intenso.
  • Sueño de calidad: la privación crónica del sueño puede elevar los niveles de cortisol y alterar su ritmo circadiano. priorizar un descanso adecuado es esencial.
  •  Alimentación balanceada: mantener una dieta saludable ayuda a regular el metabolismo y los niveles de glucosa, que están interconectados con la función del cortisol.
  • Evitar el abandono abrupto de medicamentos corticoides: si estás tomando este tipo de medicamentos, no los suspendas sin supervisión médica, ya que puede causar niveles bajos de cortisol y efectos adversos graves.

Ignorar estas señales de alarma puede llevarnos por un camino de deterioro progresivo que afecta desde nuestra capacidad de pensar con claridad hasta la fortaleza de nuestros huesos.

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