Científicos utilizan bacterias para convertir los residuos plásticos en paracetamol

Lo que ayer terminaba en un vertedero, hoy puede aliviar tu dolor de cabeza. La biotecnología y reciclaje han dejado de ser promesa para convertirse en fármaco.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo, en colaboración con científicos internacionales, han logrado usar bacterias que degradan plástico para producir paracetamol de forma sostenible. El hallazgo, publicado Journal Nature Chemistry, abre una puerta al reciclaje químico del futuro: el de los medicamentos.

¿Cómo logran las bacterias transformar el plástico en paracetamol?
El proceso comienza con el plástico PET, común en botellas y envases. En lugar de terminar como microplásticos en los océanos o quemarse en plantas de incineración, este material es sometido a un tratamiento enzimático inicial que lo descompone en sus componentes básicos: etilenglicol y ácido tereftálico.
Aquí entra en escena Escherichia coli, una bacteria común en laboratorios, genéticamente modificada para producir una enzima específica capaz de convertir el ácido tereftálico en paracetamol. Lo explica la profesora Joanna Sadler, líder del equipo del estudio..
En términos simples: plástico convertido en medicamentos. Un salto cuántico en biotecnología sintética, con un enfoque de economía circular y medicina verde.

Qué significa este avance para el reciclaje de residuos plásticos
Actualmente, solo entre el 9% y el 15% de los plásticos del mundo son reciclados eficazmente. El resto termina contaminando suelos, ríos y cuerpos humanos. Esta innovación sugiere que podríamos pasar de ver los desechos como basura a verlos como materias primas valiosas.
La idea de convertir residuos plásticos reciclados en medicamentos comunes tiene implicaciones directas para el medio ambiente y la industria farmacéutica. El método podría escalarse para reducir costos de producción, minimizar residuos y combatir la contaminación.
No es sólo una innovación ecológica: es una redefinición del valor de lo que tiramos.

Bacterias modificadas genéticamente: ciencia, ética y potencial
El uso de bacterias que degradan plástico genéticamente modificadas genera entusiasmo, pero también dudas. ¿Qué pasa si escapan al medio natural? ¿Podrían afectar ecosistemas no previstos?
Las bacterias empleadas en este estudio han sido modificadas en ambientes controlados para evitar riesgos. No obstante, como advierten bioeticistas, cualquier aplicación masiva debe ir acompañada de evaluaciones de bioseguridad, marcos legales y transparencia científica.
El potencial, sin embargo, es gigantesco: una industria farmacéutica más limpia, menos dependiente del petróleo y capaz de reciclar lo que hoy daña al planeta.
¿Puede el paracetamol del futuro ser ecológico?
El paracetamol sostenible no es solo una curiosidad científica. Es una promesa real de cómo se pueden alinear salud, tecnología y medio ambiente. Con una producción tradicional que consume grandes cantidades de energía y químicos derivados del petróleo, esta nueva vía representa una revolución en la forma de fabricar medicamentos.
Imagina una planta de reciclaje donde, en lugar de compactar botellas, se produce analgesia. Una farmacia que empieza en el contenedor amarillo.
Además del impacto ambiental, este modelo reduce la huella de carbono, acorta las cadenas de suministro y democratiza el acceso a fármacos esenciales en regiones vulnerables.
Otras aplicaciones de la biotecnología para combatir la crisis del plástico
El uso de bacterias para transformar plásticos no es un caso aislado. En Francia, una startup ya emplea enzimas naturales para reciclar poliéster industrial. En Japón, investigadores descubrieron microbios en vertederos que se alimentan de polietileno. Y en México, científicos trabajan con larvas que digieren plásticos agrícolas.
Este caso de biotecnología y reciclaje aplicado a fármacos representa solo una línea de un movimiento mayor. Uno donde las soluciones no vienen de nuevas máquinas, sino de organismos que han estado entre nosotros todo el tiempo, invisibles, pero con un potencial inmenso.
La innovación de convertir residuos plásticos en paracetamol no es solo un avance científico, sino una señal de hacia dónde podemos dirigir la tecnología: hacia un planeta más limpio, más sano y más justo. La producción de paracetamol sostenible mediante bacterias podría ser el inicio de una medicina verdaderamente circular.
Aunque aún queda por validar y escalar esta tecnología, sus primeras aplicaciones ya despiertan entusiasmo global. Como toda promesa científica, debe ir de la mano de la ética y la regulación.