Estos componentes de la leche materna cuidan la pancita y sistema inmune de tu bebé

Cuando una mujer está embarazada, no dejan de repetirle la importancia de la lactancia materna. Pero, ¿por qué? Esta se compone con diferentes elementos que protegen al bebé, incluyendo los HMOs, conoce qué son y para qué sirven.
En temas de crianza, existen muchas posturas, pero algo en lo que todos los expertos coinciden, es en la lactancia materna como la mejor forma de alimentación para los bebés, en especial durante sus primeros meses de vida.
Por esa razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y como parte de la alimentación complementaria hasta al menos los dos años.
La leche humana contiene nutrientes esenciales para un correcto desarrollo de los bebés, pero también, otros componentes que fortalecen es sistema inmunológico. Un ejemplo son los HMOs u oligosacáridos de la leche materna, el tercer componente sólido más abundante en este alimento.
Esto ha levantado interés y durante los últimos 30 años los científicos han estudiado su potencial.
En Salud180 fuimos a la 57 Reunión Anual de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica para conocer más sobre un nuevo estudio que refuerza su importancia y entrevistar a especialistas en esta rama.

¿Qué contiene la leche materna?
- Agua, la cual representa más del 80% del contenido de la leche materna.
- Carbohidratos, principalmente lactosa, que proporciona energía y facilita la absorción de calcio.
- Proteínas, como la caseína y las proteínas del suero, que son fáciles de digerir y esenciales para el crecimiento.
- Grasas, la principal fuente de energía, además de aportar ácidos grasos esenciales para el desarrollo cerebral.
- Vitaminas y minerales, para apoyar el crecimiento y fortalecer el sistema inmunológico.
- HMOs, quizá los componentes menos conocidos, pero esenciales para proteger al bebé contra infecciones y fortalecer su microbiota intestinal.

¿Qué son los HMOs?
Los HMOs se traducen al español como oligosacáridos de la leche materna, pues son exclusivos de la leche humana. Pero, ¿qué son los oligosacáridos? De forma simple, son carbohidratos. Estos se componen por cadenas cortas de moléculas de azúcar unidas entre sí.
Si bien, no son digeribles por el bebé, lejos de causarle algún problema o molestia, actúan en beneficio de su salud. En primer lugar, funcionan como probióticos, pues alimentan a las bacterias buenas del intestino, que ayudan a reforzar las defensas del bebé.
Pero sus beneficios no acaban aquí, estudios han encontrado que estos oligosacáridos podrían influir en el desarrollo cognitivo del bebé, mejorando las conexiones neuronales.
Tomemos en cuenta, que los sistemas de los bebés son nuevos y están en formación, lo que los vuelve más vulnerables, de ahí la importancia de las vacunas, pero también, de su alimentación.
Por esa razón, brindarles armas como los HMOs, es esencial y gratis.

¿Cuál es la relación entre microbiota y sistema inmunológico?
La microbiota es el nombre que recibe el conjunto de bacterias y otros microorganismos presentes en nuestro tracto digestivo, pero, ¿qué tiene que ver con el sistema inmune? Según expertos, cerca del 70 por ciento de las células de este sistema residen en el intestino humano.
Por esa razón, la salud de nuestro tracto digestivo se relaciona con el bienestar general. De hecho, un microbioma equilibrado permite enseñar al sistema inmunológico a diferenciar entre las bacterias buenas y las malas.
Asimismo, este produce compuestos antimicrobianos para prevenir que bacterias dañinas penetren en el torrente sanguíneo, además de estimular la producción de moco intestinal y anticuerpos que evitan la adhesión de patógenos.
Finalmente, la diversidad y salud del microbioma puede reducir el riesgo de alergias alimentarias, asma y enfermedades autoinmunes al regular las respuestas inmunitarias.
En ese sentido, la microbiota intestinal se desarrolla durante los primeros mil días de vida, de ahí la importancia de cuidarla con componentes como los HMOs.
Al ser probióticos, alimentan a bacterias buenas como las bifidobacterias, las cuales crean un entorno protector que ayuda al desarrollo de la inmunidad.
¿Los HMOs sólo están en la leche materna?
Como su nombre lo indica, los oligosacáridos de la leche materna vienen de esta. Es decir, son compuestos exclusivos del ser humano, por lo que no se encuentran en la leche de otros mamíferos. Pero se ha explorado incluirlos en fórmulas para bebés.
Según expertos, la leche humana contiene más de 200 diferentes tipos de HMOs, los cuales se dividen en 3 grupos principales, fucosilados, sialilados y neutros.
Dada la importancia de estos componentes, no solo se han estudiado, sino que se ha buscado cómo incluirlos en las fórmulas para lactantes, con el objetivo de obtener los mismos beneficios en cuanto a crecimiento e inmunidad. Pero, ¿son iguales?
En ese sentido, el Dr. John Stutts, Director Médico de Nutrición Pediátrica de Abbott, explica que, aunque no provienen de la leche materna directamente, sino de la lactosa, estructuralmente son idénticos, lo que permite obtener los mismos beneficios.
De hecho, científicos realizaron un estudio clínico sobre el impacto de los HMOs presentes en las fórmulas para lactantes, en la salud infantil.
HMOs en fórmulas para lactantes, tienen beneficios similares a los de la leche materna: estudio
Sabemos que la leche materna no tiene un sustituto. Sin embargo, existen diferentes razones por las que no puede darse, por lo tanto, las fórmulas lácteas son una alternativa para proveer a los bebés de los nutrientes necesarios para su desarrollo.
Uno de los más esenciales son los HMOs. Por esa razón, Abbott realizó un ensayo controlado y aleatorizado para analizar el impacto de estos oligosacáridos agregados a las fórmulas para lactantes.
Para esto, mantuvo un seguimiento de 607 niños sanos a término durante sus primeros 24 meses de vida, para vigilar su crecimiento, tolerancia y otros resultados.
Los participantes fueron seleccionados aleatoriamente para recibir una fórmula especializada con cinco HMOs o una fórmula idéntica sin HMOs.
El estudio demostró que, además de tener un correcto crecimiento y desarrollo, en comparación con los niños que consumieron una fórmula sin HMOs, quienes recibieron la fórmula enriquecida, obtuvieron resultados más positivos, traducidos en:
- Buena tolerancia a la fórmula, que se demostró con heces más suaves
- Mejor inmunidad, que se traduce en 40 por ciento menos consultas médicas no programadas y menos días de infección en caso de enfermedad
- Aumento en la microbiota intestinal
Esto demuestra que, si bien la leche materna siempre será la primera opción, cuando no existe esta alternativa, las fórmulas para lactantes pueden brindar los elementos que los bebés requieren para una buena salud y desarrollo.
¿Habías escuchado sobre los HMOs? Definitivamente, la leche materna es oro puro, no por nada la consideran la primera vacuna para los bebés. Por esa razón, los estudios que alrededor de ella y la nutrición infantil, siguen siendo de gran relevancia.
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