Cuestionan ceguera del INE y negligencia opositora; exigen a partidos ser contrapeso

El gasto que hasta ahora hicieron los partidos para definir y apuntalar a sus candidatas presidenciales muestra a un Instituto Nacional Electoral (INE) omiso en su tarea de fiscalizar y a una oposición sin estrategia para evidenciar la inconsistencia de las cifras reportadas.

Así lo advierten los especialistas Marco Baños Martínez, exconsejero del INE, y Arturo Espinosa Silis, director del Think Tank Laboratorio Electoral.

“Yo creo que el INE no nos está diciendo la verdad de toda la fiscalización”, sostiene tajante el exintegrante del Consejo General.

Marco Baños considera que hay omisión en los responsables de fiscalizar los gastos que se han realizado tanto en la interna como en la precampaña de Morena. “Alguien está maquillando los datos”, señala. Pero también al no darle seguimiento a denuncias que hicieron los propios contendientes sobre el exceso de propaganda y el uso de recursos públicos, en referencia a los señalamientos formulados por Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard.

Arturo Espinosa Silis coincide: “Creo sinceramente que la fiscalización que hizo el INE todavía se quedó corta. Yo creo que gastaron mucho más de 87 millones de pesos”.

El consultor electoral considera que hasta ahora “el juego se ha llamado Oculta gastos y engaña a la autoridad”.

Para Espinosa Silis, de lo sucedido entonces y recientemente en la precampaña, “la oposición lo que tiene que aprender es que no se puede dormir en sus laureles, porque Morena desde el inicio del sexenio empezó a construir y aceitar una maquinaria electoral en todos los rubros; desde el plano territorial con los siervos de la nación, hasta en la parte técnica con una estructura jurídica y una estructura contable, buscando cuáles son los recovecos de la ley.

“Creo que en ese sentido la oposición se ha quedado corta. Y viendo el bulldozer que tiene enfrente –y que va, a cualquier costo, pasando por quien sea y a costa de lo que sea–, la oposición no ha sabido construir las barricadas necesarias para tratar de detener ese bulldozer o al menos reducir la velocidad del bulldozer”, alerta el fundador de Laboratorio Electoral.

Marco Baños también sostiene que una de las lecciones más claras de lo sucedido hasta ahora es que la oposición del frente Fuerza y Corazón por México carece de una estrategia frente a esta nueva realidad: “Hay que decirlo con toda claridad, la oposición flota cuando deja por ejemplo sola a Xóchitl Gálvez; la oposición flota cuando no hacen los contrapesos específicos”, cuestiona en referencia a la actuación del PAN, PRI y PRD en y ante el INE.

Consejero electoral del IFE (2008-2014) y del INE (2014-2020), el experimentado funcionario del sistema electoral y observador de diversas misiones en comicios de América Latina critica que los representantes de la oposición se distraigan con temas insustanciales, como la llamada Megafarmacia.

“¿Qué hace la oposición ante los gastos excesivos que son evidentes? Tendría que estarlos documentando y tendría que estar presentando las quejas ante la instancia de fiscalización y tendría que estar yendo al Tribunal Electoral para que éste tome decisiones y tendría que estar organizando la presión social, hay que decirlo claramente y no lo están haciendo, no lo están haciendo. Ahora mismo tendrían que estar concentrados en todos los operativos de despliegue de vigilancia para las campañas. Porque no va a haber piedad”, señala quien fuera director ejecutivo del Servicio Profesional Electoral del IFE.

Marco Baños piensa que al frente le ha faltado rigor para confrontar el tema del gasto. “En el fondo, desde la oposición se está dejando que todo este tipo de cuestiones pasen. No traen una estrategia clara para poder contrarrestar este tipo de cuestiones”.

Para las precampañas se fijó en el INE un tope de gastos de hasta 86 millones de pesos para cada aspirante.

Al concluir esa fase, el 18 de enero, el Instituto informó que, según su sistema de registro de contabilidad, Xóchitl Gálvez había gastado 59.6 millones y Claudia Sheinbaum casi 30 millones de pesos.

Pero, “en el mundo de la realidad, Morena tiene un enorme despliegue logístico, eventos multitudinarios, acarreos constantes de personas para los mítines de Claudia Sheinbaum que no se circunscribieron jamás a la militancia, sino que fueron totalmente abiertos”, describe Marco Baños.

“Resulta verdaderamente ridículo que con los montos de financiamiento que tiene Morena, de casi 3 mil millones a nivel nacional, digan que gasta menos que Xóchitl Gálvez”, señala.

Para el exconsejero electoral se está dando una especie de normalización del exceso de los gastos electorales, así como del  intervencionismo de los servidores públicos en la disputa presidencial, incluyendo al ejecutivo federal y a los gobernadores.

“El INE tiene que tomar lección de que Morena le está reportando muy poco, porque la obligación que tiene el INE es desplegar la mayor capacidad de supervisión”, señala.

Se refiere a la movilización de recursos por parte de los gobiernos estatales del partido en el poder, así como de eventuales donaciones de empresarios. Y es, remarca Baños, todo gasto que beneficia a una candidatura debe reportarse y contabilizarse para la fiscalización que el árbitro electoral por mandato constitucional debe realizar.

“El INE tendría que hacer una investigación mucho más exhaustiva para saber de dónde salieron los recursos”, remarca.

Recuerda el exconsejero que, a través de la Unidad de Fiscalización, INE cuenta con auditores que están presentes en todos los eventos de los candidatos presidenciales y a las gobernaturas y que es su obligación indicar en minutas y actas lo que ahí observan tanto de participantes como de los apoyos que se les entregan: llaveros, playeras, gorras e incluso los pagos por asistir.

“El INE se ha hecho de ojos ciegos”, indica Baños en alusión a la participación de legisladores y servidores públicos en la promoción de la candidata de Morena, violando los artículos 41 y 134 de la Constitución.

“El INE tendría que desplegar una campaña mucho más intensa de supervisión, de comprobación de cómo se hacen los gastos; establecer mejores esquemas de inteligencia. Tiene una estructura territorial parecida a la de Coca-Cola, por lo que puede llegar a todos los rincones del país. Son más de 1,000 módulos de atención ciudadana a nivel nacional; tiene 300 juntas ejecutivas distritales, tiene a los capacitadores y a los supervisores electorales que son más de 50 mil personas, todas pueden ayudarle al INE a levantar un esquema adicional de supervisión de lo que es la propaganda que colocada y de la forma en que (los servidores de la nación) le hablan a la gente para que vaya y vote por las candidaturas de Morena”, propone el exconsejero electoral.

Para Arturo Espinosa Silis, director del Laboratorio especializado en temas electorales y de democracia de México y América Latina, considera que el proceso político interno de Morena “tomó más de 87 millones de pesos y, ojo, de los cuales no reportaron más de la mitad de ese gasto; es un tema que está pendiente de resolverse en el Tribunal y que justamente es este aplazamiento que ha tenido el Tribunal de ese asunto y yo creo sinceramente que la fiscalización que hizo el INE todavía se quedó corta. Yo creo que gastaron mucho más de 87 millones de pesos”.

El también integrante del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina señala que, en contraposición, el Frente en su interna gastó cerca de 30 millones de pesos. “Es decir, prácticamente una tercera parte de lo que gasto Morena. Creo que hay cosas que son evidentes, el presidente ya lo dijo: el dinero no se puede ocultar”.

Sostiene Espinosa Silis que, en materia de gasto, no debe olvidarse que Sheinbaum lleva tres años en campaña. “Y el gasto que vimos en bardas, espectaculares y viajes fue muy evidente. Y el INE sólo reportó un pedacito de ese gasto. Porque sólo reportó lo que se hizo en junio, julio y agosto”.

Considera que posteriormente, en las precampañas, “Claudia necesitó una inversión menor porque la fuerte, para darse a conocer, ya la había hecho antes y esa no fue fiscalizable, porque no lo era. Y Morena metió un dineral cuando nadie lo podía fiscalizar y cuando vino el momento que sí se iba fiscalizar, bajó el gasto”.

Espinosa Silis recuerda sin embargo que ahora, en el INE, habrá de centrarse en una etapa de revisión de errores y omisiones, pues la autoridad electoral se encuentra en la revisión de los montos reportados por las precampañas. “Y a partir de ahí les dirá a los partidos lo que les faltó o dónde se quedaron cortos”.

Comenta que, en el caso de las precampañas, “aparentemente Xóchitl sí parece que gastó mucho más, pero hay que ver quién (de las candidaturas), uno, realmente reportó lo que sí gastó. Y dos, si reportaron gastos reales”.

Sugiere Espinosa Silis investigar cuánto reportó Xóchitl que le costó la Arena Ciudad de México. “Creo que no debe ser un evento de menos de un millón de pesos”, comenta.

Plantea que no es posible que Morena plantee que en su caso utilizó ese espacio como una aportación porque “eso tiene un costo y se tiene que contabilizar, ésa es la esencia de la fiscalización, contabilizar el beneficio que reciben los candidatos y eso es parte de lo que ahora está peleando Morena en el Tribunal Electoral (para que le reduzcan la multa de casi 60 millones de pesos)”.

Alerta que también fue un acto de simulación pretenden hacer creer en el caso de Adán Augusto López y de Claudia Sheinbaum en la elección interna de Morena que fueron beneficiados por espectaculares regalados. “Esa cantidad no pudo ser un regalo ciudadano espontáneo. Pero a lo mejor un empresario sí. Y eso también se debió contabilizar”.

Frente a esos ejemplos, el director de Laboratorio Electoral sostiene que “las autoridades electorales han sido sumamente tolerantes a lo que ha ocurrido, pero desafortunadamente están más ocupadas en arreglar sus conflictos internos que en garantizar la equidad y una fiscalización de lo que hemos visto: derroche de dinero impresionante por parte de Morena. ¿De dónde salió ese dinero?”.