Rodrigo de la Serna, de ladrón a banquero

Es un rol que me costó mucho trabajo interpretar. Los roles difíciles te desafían, te enriquecen como intérprete y como persona. Tuve que conectar con esas zonas tan dolorosas y tan melancólicas de un tipo que no consigue nada. Ese héroe y antihéroe que persiste e insiste en la lucha y en la búsqueda de la verdad y pierde.
Desde el punto de vista cinematográfico, es el mejor papel de mi carrera. Sin ser grandilocuente, es la síntesis de muchos años de trabajo, esfuerzo y madurez interpretativa”, explicó de la Serna en entrevista vía Zoom con Excélsior.
Para el actor bonaerense darle vida a Julio Levy no es algo sencillo y remueve una etapa dolorosa en la historia de Argentina. Levy fue un banquero que fue secuestrado en dos ocasiones y asesinado después de que terminara la dictadura en el país, lo cual podría ser la historia no de una sola familia, sino de muchas en el país sudamericano.
Un representante de la generación de nuestros padres, tan golpeada por las crisis económicas y políticas, los desaparecidos, la posdictadura… Mujeres y hombres que sobrevivieron y que, además de cargar con la culpa del sobreviviente, tuvieron que intentar establecer la democracia y seguir con sus vidas normales, mientras sucedían tragedias como los secuestros extorsivos”, señaló el actor.
El rapto es una historia basada en el libro El salto de papá, el cual fue escrito por Martín Sivak, hijo de Levy, quien plasmó la historia de su familia en un documento literario que ha movido las entrañas de la sociedad argentina desde 2017.
Hacer esta película fue un proceso de cinco años. Trabajamos el guion con Andrea Garrote. La idea fue hacer una adaptación de la novela de Martín Sivak, a la vez que debíamos encontrarle la adaptación a ese libro que es justamente inadaptable, porque tiene que ver con algo biográfico y nosotros no queríamos atarnos a una biografía ni quedar pegados a un hecho real porque ahí el trabajo tiene que ser llevado más por la línea de documentar, y ésa no era la intención; pero sí esta historia nos abría la puerta para empezar a investigar cómo funcionaban los secuestros extorsivos de la década del ochenta y así lo hicimos.
Trabajamos en la investigación respecto de cómo iba siendo el modus operandi de cierto sector de la mano de obra desocupada en aquel entonces, y al mismo tiempo queríamos trabajar con algunas cuestiones de la historia argentina, como ser esa transición de la dictadura a la democracia. Es decir, hicimos foco y desarrollamos cuestiones que realmente ponen de manifiesto ¡lo frágil que era!”, dijo Daniela Goggi, directora de la cinta.