Exposición polémica: Acusan anomalías en gestión museográfica

Aunque la exposición Transparencias, ideada por la coleccionista y curadora Lucía Ruanova Abedrop, nació bajo la premisa de contar la historia del cristal y de proyectar luz, color y armonía en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO), se convirtió en un ejemplo de gestión improvisada por parte del director, Antonio Arelle Barquet, quien intentó alterar la museografía, sin explicación científica o estética, y modificó la fecha de cierre antes y después de la apertura.
Así lo reveló a Excélsior la coleccionista que ha colaborado, de forma honoraria, en decenas de museografías, curadurías y asesorías en el MAQRO, durante el último año, incluso evitando la exhibición de piezas falsas en dicho museo.
Además, Ruanova Abedrop acusó la falta de profesionalismo de Arelle Barquet, así como maltrato institucional, abuso de confianza, contradicciones entre sus dichos y sus comunicados oficiales, y un manejo museográfico similar al de una galería privada.
La especialista también lamentó que el recinto —que depende de la Secretaría de Cultura de Querétaro y utiliza recursos públicos— no le proporcionara el material prometido para el montaje, aunado a que hoy se omite cualquier pago de honorarios por su trabajo, argumentado que fue invitada “sólo como coleccionista”, pese a que ella investigó, diseñó, embaló y requirió, a título personal, el préstamo de obras de otros coleccionistas.
Me quedo con una profunda desilusión y me siento defraudada, porque todo este trabajo lo hice con la mejor intención. Llegó un momento en que estaba cansada, acomodando piezas frágiles y pesadas, como jarrones de 22 kilos… y los moví uno por uno”, apuntó.
Transparencias —que exhibe cerca de 140 piezas de vidrio que van de la cultura fenicia y romana hasta obras de cristal de Murano de los siglos XVII al XX— cerraría el 15 de octubre y sería una de las tres exposiciones que acompañarían el 35 aniversario del museo, en septiembre próximo, explicó Ruanova Abedrop, pero en una comunicación reciente el titular del museo de indicó que ésta se desmontará el 27 de agosto, argumentando que las salas serán ocupadas en otra exposición.
Condicionar el cierre de la muestra porque no quise ponerla a su gusto me parece algo ruin y mezquino. Es un capricho del director del museo. Me siento insultada, ofendida y humillada. Es imperdonable”, expuso la también integrante del grupo El Caballito Conservación.

DESENCUENTROS
Todo inició la mañana del 14 de julio, horas antes de la apertura, cuando Antonio Arelle, quien estuvo al tanto de la museografía, pidió a la coleccionista algunos cambios. “Oye amora, fíjate que me desvelé hasta las tres de la mañana, hablé con cinco personas y a nadie le gusta (el montaje)”.
Ella le solicitó detalles sobre las críticas, pero él no respondió.
Le expliqué que la museografía no podía tocarse y menos a horas de la inauguración. Incluso, dijo que buscaría telas de un solo color porque así se veía horrible, pero insistí en que no aceptaría cambios y, a partir de ese momento, Arelle tuvo omisiones conmigo, y dejó de ser educado en la apertura, durante el recorrido y en sus comunicaciones posteriores”, lamentó.
Cinco días después (19 de julio), Arelle insistió en modificar el montaje y le envió imágenes con el desprendimiento de algunas telas. “Me mandó un mensaje por WhatsApp y me dijo que aún había comentarios encontrados, que algunas telas se están despegando y que se veía muy feo. Vi las fotos y todo era corregible, como se acordó con el equipo del museo”, precisó.
Un día después, el funcionario le sugirió llegar a un punto medio, ya que “algunos artistas le cuestionaron que piezas tan sublimes no podían ser expuestas de manera tan horrenda”. Pero la coleccionista se mantuvo firme y le dijo que, si modificaba algo, lo mejor sería que le enviara las piezas de regreso. “Entonces, él me dijo que me mandaría mis piezas al siguiente día y colgó el teléfono”, recordó.
Luego de cinco días de silencio institucional, Ruanova envió una carta (el 25 de julio) a Arelle, y a la titular de Cultura local, Marcela Herbert, donde relató el desacuerdo. Además, pidió información adicional sobre la cobertura del seguro de una pieza destruida durante el desembalaje.
El funcionario le respondió con el oficio MAQRO/114/2023, en el que aceptó que sí intentó “concertar… cambios sugeridos por el equipo del museo, lo cual a usted no le pareció y fue usted quien solicitó la cancelación de la exposición”.
Además, le dijo que, pese a lo comentado vía telefónica, la muestra no sería cancelada, que mantendría el mismo proyecto y que la pieza dañada sería pagada.
Horas después, el funcionario envió un segundo oficio MAQRO/116/2023, en el que notificó que la muestra adelantaría su cierre para el 27 de agosto, es decir, dos meses antes de lo acordado, y garantizó el pago de la pieza dañada.

INFORMAL. Aunque la invitación oficial a la exposición indica que ésta cerrará el 15 de octubre, el director del recinto, Antonio Arelle Barquet, adelantó la clausura para el 27 de agosto.
En su carta final, del 1 de agosto, Ruanova lamentó la falta de profesionalismo del museo y de su director, dado que nunca recibió una invitación formal, convenio, póliza de seguro, contrato ni documento que amparara su trabajo en el museo, lo cual calificó como un error.
Finalmente, indicó el valor de la pieza (38,000 pesos) y externó al titular su sentir: “Todo el trabajo que significó la planeación, selección de piezas, su empaque, asesoría museográfica y montaje no merecen sólo 45 días de exposición… Usted estableció un calendario y ha faltado a su palabra”, y le insistió en la falta de pago por la labor museográfica, “acordado con usted”.
¿Es común que Arelle modifique los montajes en el MAQRO?, se le cuestionó a Ruanova. “En varias ocasiones me comentó que una noche antes de cada muestra entraba y movía piezas. Yo le expliqué en cinco ocasiones que no podía hacer eso, porque se metería en un problema, y mire con quién le fue a pasar”, concluyó.