El partido contra Uruguay que cambió a Jorge Campos

Decían en Pumas que Jorge Campos no se sentía el mejor, aunque sabían que lo era. Su afición por ser portero era lo que lo había llevado desde Acapulco a la Ciudad de México para jugar en Pumas. En 1988 debutó, pero Adolfo Ríos era un gran inconveniente para lo que deseaba. A pesar de eso, Campos siempre sonreía, bromeaba, alegraba los entrenamientos.
Pidió entonces ser delantero. En la portería no había espacio y tampoco para llevar el número 1 que le pertenecía al chileno Juan Carlos Vera, entonces jugaba con el 9 y una temporada estubo a punto de ser campeón goleador.
Ya en 1991 fue campeón con Pumas en el arco, agarrando un último tiro de Alejandro Dominguez. La consagración había llegado y con ello el llamado a la Selección Mexicana por parte de César Luis Menotti.
Hace 34 años Jorge Campos empezó un pulso colosal con el destino. No sólo fue él, sino el despertar de la Selección tras dormitar suspendido por la FIFA por los Cachirules. La nueva generación, en todos los sentidos, la encabezaba él.
El partido que cambió el rumbo de Jorge Campos y de México fue ante Uruguay en Veracruz, en el Estadio Luis Pirata Fuente. Ahí hubo muchos debuts, el de César Luis Menotti en el banquillo y de él en la portería; a proposito de extrañezas, con el número 17. No era el momento, pero aún estaban lejanos los uniformes estrambóticos y coloridos. El arquero salió con sudadera anaranjada y short azul.
“Sí, lo recuerdo como si fuera ayer. Había mucho viento, tenía un poco de temor que la pelota se me fuera a mover mucho, pero también era un campo que conocía, ya prevenía por dónde iba a venir”.
Aquel juego también marcó la nueva alianza con Umbro, que llegaría hasta un recordado uniforme de rombos en el Mundial de Estados Unidos 1994. La nueva gerencia del Tri, opuesta a los intereses de Televisa, no ocupaba el Azteca por esa misma razón y debía jugar en otros estadios del país.
Fue una etapa de renovación, despertamos muchos. Vino el llamado de jugadores de Pumas, a Claudio Suárez lo llamaron también para que se convirtiera en uno de los mejores en Selección, aunque no lo tenían en la primera lista”.
El primer gol que recibió Jorge Campos en el Tri fue obra de Gabriel Cedres, que en aquel momento llevaba el pelo largo. Siete años más tarde, veterano y un poco más rollizo llegó a jugar para el América con la misma potencia con que le anotó a Campos. Después empató Porfirio Jiménez para dejar todo en un 1-1.
“Uruguay era un buen equipo. Traían al portero Alves que fue Campeón de América muy grande ya en 1995. Cedres era un toro, se escapó corriendo de todos y solo frente a mi tiró por abajo”.
Hoy México vuelve a citarse con Uruguay. Las cosas pudieran parecer que han cambiado mucho, pero aquel partido en Veracruz abrió la puerta otra vez de mundo a México, como siempre que el puerto recibía todo lo novedoso de otras partes.



