Así fueron los “safaris humanos” de Bosnia; los ricos pagaban por ‘cazar’ niños y embarazadas

La Fiscalía de Milán ha abierto una investigación sobre ciudadanos italianos que habrían participado en macabros “safaris humanos” durante el asedio de Sarajevo en la guerra de Bosnia (1992-1996). Según indicios recopilados, estos individuos, en su mayoría originarios del norte de Italia, habrían pagado decenas de miles de euros —entre 80 mil y 100 mil al valor actual según la investigación— para viajar a las colinas que rodeaban la capital bosnia y disparar, por pura diversión, contra civiles indefensos.
Los fiscales italianos, liderados por Alessandro Gobbis, investigan posibles cargos de homicidio múltiple con agravantes de crueldad y motivos abyectos, un delito imprescriptible en la legislación italiana. Más de 11 mil 500 personas murieron bajo el fuego constante de francotiradores y bombardeos durante los mil 425 días que duró el sitio de Sarajevo, el más prolongado a una capital en la historia moderna.
Los habitantes de la ciudad vivían con el terror diario de los disparos: para cruzar una calle debían correr agachados y zigzaguear, tratando de no convertirse en blancos. En ese contexto atroz surgieron rumores de que algunos extranjeros ricos pagaban por unirse a las tropas serbobosnias en las montañas y participar en una siniestra “cacería humana” de civiles.
“Safaris humanos” durante el asedio de Sarajevo
De acuerdo con testimonios recabados por la investigación, existía incluso una macabra lista de precios para estos “safaris humanos”. Disparar contra un niño o una mujer embarazada costaba más dinero que matar a un adulto.
“El aspecto más morboso fue que existía una tarifa sobre cuánto debía pagar un cazador de fin de semana para disparar a civiles: adultos, mujeres, niños, embarazadas, soldados”, explicó Edin Subašić, ex general bosnio y ex agente de inteligencia militar, al canal de noticias serbio N1.
Los llamados “turistas de la guerra” viajaban en pequeños grupos desde la ciudad italiana de Trieste hasta las colinas de Sarajevo (vía Belgrado), donde actuaban como francotiradores durante uno o dos días. Los participantes en estas cacerías eran individuos acaudalados, entusiastas de las armas y con presuntas conexiones con la extrema derecha, según describe el expediente.
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“Eran ‘francotiradores del fin de semana’: llegaban el viernes por la noche y partían el domingo”, señaló Ezio Gavazzeni, el periodista y fotógrafo italiano cuya denuncia dio origen al caso. Recopiló durante casi dos años testimonios, fotografías y documentos sobre lo que durante décadas se consideró un simple rumor de guerra.
“Aunque la investigación vaya mal, aunque en el peor de los casos los italianos que participaron estén muertos, puedo afirmar que estos hechos ocurrieron”, declaró el escritor a la agencia EFE.
Con el apoyo del abogado Nicola Brigida y del ex juez Guido Salvini, Gavazzeni presentó una denuncia de 17 páginas que permitió reabrir este oscuro capítulo ante la justicia italiana.
Investigación en Italia y nuevos testimonios
La documentación cita a tres sospechosos italianos: uno de Turín, otro de Milán y un tercero de Trieste. Este último encajaría en un perfil inquietante: un empresario rico y cazador experimentado, descrito con rasgos psicopáticos y con suficiente influencia local como para sentirse impune.
El expediente de Gavazzeni también recoge el testimonio de John Jordan, un bombero estadunidense voluntario en Sarajevo durante el conflicto. Jordan testificó en 2007, durante el juicio al exlíder serbio Slobodan Milošević, ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, que había visto extranjeros entre las filas serbobosnias.
“No eran soldados. Usaban armas de caza, no de combate”, afirmó entonces, indicando que algunos portaban fusiles más propios de cacerías que de combate urbano.
La Fiscalía italiana ha solicitado a La Haya una copia de esa declaración para incorporarla a la nueva investigación. Otro aspecto inquietante es el posible conocimiento que habrían tenido agencias de inteligencia occidentales sobre estas cacerías.
Documentos del expediente sugieren que los servicios secretos bosnios alertaron en 1994 al servicio de inteligencia militar italiano (SISMI) sobre la presencia de al menos cinco italianos “cazando” civiles en las colinas de Sarajevo. La respuesta desde Roma, meses más tarde, fue que habían detectado la operación en Trieste y la habían interrumpido, aunque sin identificar a los involucrados ni reportar detenciones. Los fiscales de Milán buscan ahora en los archivos del antiguo SISMI (hoy AISI) cualquier informe que arroje luz sobre la identidad de los tiradores o sus organizadores.
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Del documental a los tribunales
La versión sobre estos “safaris humanos” cobró fuerza recientemente a partir de un documental. Sarajevo Safari, dirigido por el esloveno Miran Zupanič y estrenado en 2022, recogió testimonios de soldados y sobrevivientes que describían la llegada de occidentales adinerados para “cazar” personas durante el asedio. El filme causó conmoción en Bosnia y llevó a Benjamina Karić, entonces alcaldesa de Sarajevo, a presentar una denuncia que derivó en una investigación local en 2023. Aunque esa causa no prosperó en su país, sirvió de base para impulsar el caso en Italia.
Inspirado por el documental, Gavazzeni llevó su expediente a la fiscalía italiana, que abrió el caso. “Espero que se identifique a dos o tres personas con vida”, comentó el escritor, consciente de que muchos de los implicados rondan entre 65 y 80 años. Por su parte, Subašić confía en que la justicia alcance a los responsables.
“Quienes eran más jóvenes aún están al alcance de la justicia. Espero que la Fiscalía de Milán lleve este caso hasta el final”, afirmó.
La posibilidad de que algunos de estos presuntos “cazadores de hombres” enfrenten un tribunal, casi tres décadas después del sitio de Sarajevo, representa un atisbo de justicia para las víctimas. Sarajevo, víctima de uno de los asedios más crueles del siglo XX, podría al fin ver a algunos de sus antiguos verdugos ante la ley.


