El AC Milan volvió a colocarse en la cima del futbol italiano tras vencer 2-1 a la Fiorentina en el San Siro, en un partido donde Rafael Leao se convirtió en la figura al firmar un doblete que selló la remontada y llevó a los ‘rossoneri’ a 16 puntos, uno más que el Inter de Milán.
El duelo fue intenso desde el inicio, con ambos equipos buscando imponerse en medio de un ambiente eléctrico. Santiago Gimenez, delantero mexicano que milita con el Milan, fue protagonista en la jugada que originó el penal decisivo, lo que generó fuertes reclamos por parte de la directiva visitante. El triunfo no solo significó un impulso en la clasificación para el conjunto de Massimiliano Allegri, sino también una nueva muestra de carácter.
DURA CRÍTICA DE LA FIORENTINA TRAS LA DERROTA
El directivo de la Fiorentina, Daniele Pradé, no escondió su molestia con el arbitraje, señalando que la acción del penal fue producto de una supuesta exageración de Gimenez.
Es escandaloso. Marinelli (el árbitro) no tuvo el valor de mantener su decisión. Gimenez estuvo en el suelo veinte minutos y nadie lo tocó”, declaró con evidente enojo tras el partido.
Pradé también manifestó su inconformidad por una jugada previa en la que, según él, el defensa Ranieri debió ser expulsado, pero el silbante solo mostró tarjeta amarilla. A pesar de las quejas, reconoció que su equipo lo dio todo en la cancha: “La Fiorentina jugó con el corazón y no merecía perder de esta forma”.
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PRADÉ ASUME RESPONSABILIDAD Y RESPALDA A PIOLI
El dirigente “viola” asumió parte de la culpa por la crisis que vive el equipo, que apenas suma tres puntos en siete jornadas y se hunde en la parte baja de la tabla. “Si alguien tiene la culpa, soy yo. Las protestas deben dirigirse hacia mí. Fui yo quien construyó este plantel”, declaró con autocrítica.
Pese a la difícil situación, Pradé mantuvo su confianza en el técnico Stefano Pioli, convencido de que puede revertir el mal momento. Mientras tanto, el Milan celebra su regreso al liderato y se prepara para mantener el ritmo en una Serie A que promete una batalla intensa por la cima.
