Mariners apagan a Blue Jays y dan el primer golpe rumbo a su primera Serie Mundial

El cuerpo aún tenía la adrenalina del viernes, pero la cabeza pedía descanso. Los Mariners decidieron no dormir en Toronto sino en su propio ruido, en su propia ciudad. Se quedaron en Seattle celebrando el pase histórico y viajaron con la noche encima, como si el sueño no fuera necesario para quienes han esperado 24 años. El amanecer los encontró en Canadá.
Bryce Miller llegó al montículo con la serenidad de quien no se desgasta pensando. Su misión era sostener al equipo después de una maratón de 15 innings y siete lanzadores. Cumplió con seis capítulos que no parecieron exigirle más que un bostezo. Sólo George Springer logró perturbar su línea perfecta con un cuadrangular que abrió el juego, y después de eso Miller se volvió invisible. Tres ponches, dos hits, una calma que no suele encontrarse en octubre.
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En ese estadio donde Toronto suele ser dueño del ruido, la pelota comenzó a cambiar de manos con la paciencia de una partida de ajedrez. Cal Raleigh movió la torre en el sexto episodio y empató el marcador con un swing seco que pareció sonar como una campana. Fue su cuadrangular que refleja su extraordinaria temporada, el símbolo de un catcher que convirtió la fuerza en lenguaje y la constancia en identidad.
Mariners toma el control de la pizarra
La historia siguió el camino de los héroes que no piden permiso. Jorge Polanco, que ya había sido decisivo ante Detroit, volvió a dictar el ritmo. Conectó un sencillo que llevó a Julio Rodríguez a la registradora. Seattle tomó la ventaja y no la soltó más. En el octavo, el dominicano volvió a encontrar hueco en el diamante y empujó otra carrera, esta vez con el mexicano Randy Arozarena cruzando el plato.
Con cierre mexicano
El cierre tuvo sello mexicano. Andrés Muñoz subió al montículo y apagó la esperanza local con la autoridad de quien sabe que cada lanzamiento puede ser un recuerdo. Tres outs después, Seattle tenía su primer triunfo en la Serie de Campeonato y el rumor de algo más grande. El último out fue el tijuanense Alejandro Kirk, quien se fue de cuatro nada.
Toronto observó el desenlace sin dramatismo. Habían sido mejores durante la temporada regular, ganando cuatro de seis duelos ante estos mismos Mariners. Pero octubre no respeta estadísticas.
En la ciudad donde el beisbol suele tener un tono eléctrico, la noche se volvió silenciosa.
Seattle está a tres victorias de un territorio desconocido. Nunca han jugado una Serie Mundial, pero el camino parece estar escrito con los nombres que el calendario fue revelando uno a uno. Miller, Raleigh, Polanco, Arozarena, Muñoz. Héroes que aprendieron a convivir con el insomnio y que ahora entienden que hay victorias que solo se consiguen despiertos.