Tren de Aragua: entre la realidad y la ficción; tensión diplomática en el Caribe

El despliegue de buques en el Caribe para combatir al narcotráfico, particularmente al Cártel de los Soles y al Tren de Aragua, ha sido motivo de nueva tensión política entre Estados Unidos y Venezuela, pese a que el régimen de Nicolás Maduro niega la existencia de ambas bandas en su país.
En febrero, el presidente estadunidense Donald Trump designó como organización “terrorista global” al Tren de Aragua. Al mes siguiente firmó un decreto para deportar a migrantes sospechosos de ser miembros de la banda.
Además, la Casa Blanca acusa a Maduro de utilizar al Cártel de los Soles y al Tren de Aragua para “introducir droga” en Estados Unidos.
Pero en abril, el canciller de Venezuela, Yvan Gil, defendió que “el Tren de Aragua es una ficción creada por la mediática internacional para tratar de crear una etiqueta”.
Mientras que Maduro aseguró en julio que el Tren de Aragua fue “desmantelado” en Venezuela luego de una intervención militar en la cárcel de Tocorón el 23 de septiembre de 2023 y estaban “trabajando” para “acabar con lo que quedó” del grupo criminal.
Aunque la operación en la prisión fue un duro golpe para la banda, los miembros de la cúpula ya habían escapado, tras ser alertados de la redada y sirvió sólo para “calmar las exigencias internacionales”, comentó Javier Mayorca, consultor en temas de seguridad de Venezuela, a Insight Crime.
El Tren de Aragua se creó en la cárcel de Tocorón hace más de una década bajo el liderazgo de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, Johan Petrica y Larry Amaury Álvarez, alias Larry Changa.
A medida que los integrantes del grupo salieron de prisión tras cumplir sus condenas o escapar, aparecieron distintas células criminales vinculadas al Tren de Aragua en otros estados del país, principalmente en Bolívar.
Posteriormente, estos criminales aprovecharon el tránsito de sus compatriotas hacia Sudamérica y se asentaron en países como Colombia, Perú y Chile y desde 2022 otros se dirigieron a EU.
Pero “no fue una expansión planificada. Ocurrió de manera orgánica. Casi ninguna de las bandas en el extranjero se llamaba Tren de Aragua”, explica Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime.
Es así que en Estados Unidos, principalmente en Denver y ciudades cercanas, la reputación del Tren de Aragua ha crecido más rápido que su presencia y actividades.
“Hay pocos indicios de que la banda esté involucrada en el tráfico de drogas transnacional a gran escala”, explica McDermott. “Esto es quizás una muestra de los bajos niveles de cooperación entre las distintas facciones”, añade.
Aunque la administración Trump asegura que hay cientos de miembros de la banda, esto se debe a que cualquiera puede alegar ser miembro del Tren de Aragua y es difícil determinar cuáles criminales tienen vínculos reales y cuáles son impostores que toman el nombre para infundir miedo.
La mayoría de los miembros son jóvenes venezolanos que huyeron de la pobreza y buscan lucrar con el nombre del Tren de Aragua para crear nuevas empresas criminales.
Sin embargo, funcionarios de la administración Trump emplean el nombre del Tren de Aragua de forma general para todos los criminales venezolanos para justificar sus deportaciones.
Tampoco “parecen del todo ciertas las afirmaciones de Estados Unidos según las cuales el Tren de Aragua representa una creciente amenaza regional y planea algún tipo de invasión a su país”, asegura McDermott.
Sin embargo, “la afirmación del régimen de Nicolás Maduro acerca del desmantelamiento del Tren de Aragua es ficción”, ya que “todavía existen reductos de la banda” en otros estados y países.
Y “tampoco está en duda que el régimen trabaje con grupos criminales” a través de un sistema en el que éstos ofrecen acceso a rentas criminales a altos miembros del gobierno “a cambio de impunidad, protección y espacio” para sus actividades en territorio venezolano, asegura Insight Crime.
El dato
Buques y aviones
- El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, denunció ayer que EU triplicó el despliegue de aviones espía “contra” Venezuela, sumado al de buques de guerra en el Caribe.