EU cierra cerco contra Maduro; despliega tres buques de guerra

Tres buques destructores de Estados Unidos llegarán mañana a las costas de Venezuela como parte de las acciones contra los cárteles de la droga latinoamericanos.
A los barcos USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, equipados con misiles guiados, se suman a cuatro mil militares estadunidenses desplegados en las costas del país gobernado por Nicolás Maduro, por quien el gobierno de Donald Trump ofrece una recompensa de 50 millones de dólares. Lo vincula al Cártel de Sinaloa y lo señala de dirigir el Cártel de los Soles.
Al respecto, Estados Unidos usará “todo su poder” para frenar el flujo de drogas hacia su país, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
El presidente Donald Trump está preparado para frenar el narcotráfico y llevar los responsables ante la Justicia”, dijo en respuesta al despliegue de 4.5 millones de milicianos en el país chavista. Insistió en que el régimen de Maduro no es un gobierno legítimo, sino “un cártel de narcotráfico”.
Recordó que en 2020 el Departamento de Justicia acusó formalmente al mandatario sudamericano de liderar el Cártel de los Soles junto con las antiguas FARC para enviar cocaína a Estados Unidos.
La DEA ha incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas con Maduro y sus socios y casi siete toneladas ligadas al propio dirigente venezolano. La agencia antidrogas también ha decomisado más de 700 millones de dólares en activos relacionados con Maduro, incluidos dos jets privados, nueve vehículos y mucho más.
BUQUES ANTIMISILES DE EU SE ACERCAN A VENEZUELA
Tres buques militares destructores de misiles guiados llegarán a las costas de Venezuela mañana, como parte de un esfuerzo para hacer frente a las amenazas de los cárteles de la droga latinoamericanos.
Se trata de los barcos USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson.
A esto se suma la presencia de cuatro mil militares estadunidenses, desplegados en las costas del país chavista.
Esto es parte de las acciones del presidente Donald Trump contra el gobierno de Nicolás Maduro, quien, según el gobierno de Estados Unidos, está ligado al cártel de Sinaloa y dirige el cártel de los Soles.
A principios de mes, el gobierno estadunidense situó en 50 millones de dólares la recompensa a cambio de información que facilite el arresto del presidente de Venezuela, elevando así la cifra de 25 millones de dólares anunciada a principios de este año.
La Unión Americana justificó esta decisión, según la Fiscalía, porque “la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ha incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus socios y casi siete toneladas vinculadas al propio” dirigente venezolano.
La DEA ha incautado más de 700 millones de dólares en activos vinculados a Maduro, incluidos dos jets privados, nueve vehículos y mucho más, aseguró la dependencia.
Los activos navales pueden ser usados no sólo para llevar a cabo operaciones de inteligencia y vigilancia, sino también como plataforma de lanzamiento para ataques selectivos si se toma una decisión.
El gobierno de Donald Trump ha hecho del combate a los cárteles de la droga un objetivo central de su gobierno, parte de un esfuerzo más amplio para limitar la migración y asegurar la frontera con México.
Tan es así que, en los últimos meses, el gobierno republicano ya ha desplegado al menos dos buques de guerra para ayudar en los esfuerzos de seguridad fronteriza y el tráfico de drogas.
USS Gravely: Cuenta con un misil estándar (SM-2MR), misiles de lanzamiento vertical ASROC y proyectiles Tomahawk.
USS Sampson: Este buque es un destructor de la clase Arleigh Burke en servicio con la Armada de los Estados Unidos.
Esta operación tiene como objetivo abordar las amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos de organizaciones narcoterroristas especialmente designadas en la región, explicó un funcionario a la agencia Reuters.
Los nuevos activos militares incluirían varios aviones espía P-8, al menos un buque de guerra y al menos un submarino de ataque, según medios locales.
Este proceso durará varios meses y que el plan era que operaran en el espacio aéreo internacional y en aguas internacionales.
Trump designó en febrero al cártel de Sinaloa, de México, y otras bandas de narcotraficantes, así como al grupo criminal venezolano Tren de Aragua, como organizaciones terroristas globales.
El gobierno de Venezuela criticó el despliegue estadunidense, señalando que las amenazas ponen en riesgo la “paz y estabilidad” de toda la región, incluida la Zona de Paz que busca promover la soberanía y la cooperación entre las naciones latinoamericanas.
LA CASA BLANCA USARÁ “TODO EL PODER”
Estados Unidos usará “todo su poder” para frenar el flujo de drogas hacia su país, afirmó ayer la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
El presidente Donald Trump está preparado para frenar el narcotráfico y llevar los responsables ante la Justicia”, declaró Leavitt, en respuesta al despliegue de 4.5 millones de milicianos en la nación sudamericana.
La funcionaria insistió en que el régimen de Maduro no es un gobierno legítimo, sino “un cártel de narcotráfico”.
La secretaria de prensa recordó que en el año 2020 el Departamento de Justicia acusó formalmente al mandatario sudamericano de liderar el cártel de los Soles junto con las antiguas FARC para enviar cocaína a territorio estadunidense.
Posteriormente, la Casa Blanca amplió estas acusaciones y señaló a Maduro de tener vínculos con el cártel de Sinaloa.
Tal fue la respuesta de la Casa Blanca como parte del operativo forma parte de un despliegue militar norteamericano contra organizaciones de narcotráfico en América Latina.
El movimiento de tropas se alinea con la orden de la Unión Americana del pasado 8 de agosto, para emplear a las Fuerzas Armadas contra carteles extranjeros.
Trump ha querido utilizar las fuerzas militares para perseguir a los carteles de narcotraficantes latinoamericanos que han sido designados como organizaciones terroristas globales.
Ningún imperio va a tocar suelo sagrado de Venezuela ni debería tocar suelo sagrado de Sudamérica”, agregó.
En respuesta, Nicolás Maduro se refirió a la operación como “la amenaza estrafalaria, estrambótica, de un imperio en decadencia”.