Zona Norte
“Camarillo infla obras y compra silencio: su director de comunicación, el operador del encubrimiento”

Mario Alberto Camarillo Zertuche, alcalde de Morelos, es señalado por encarecer proyectos y usar a Joaquín Torres para limpiar su imagen.
Morelos, Coahuila.– La molestia crece en todo el municipio contra el presidente municipal Mario Alberto Camarillo Zertuche, señalado por presuntamente inflar los costos de las obras públicas y dejar al pueblo en el atraso, mientras los recursos desaparecen en contratos y facturas que nadie explica.
Habitantes acusan que Joaquín Torres, director de Comunicación Social y protegido del alcalde, es el encargado de manejar un presupuesto paralelo destinado a “aceitar” cuentas falsas de Facebook para hacer publicaciones en contra de otros alcaldes de la región y minimizar las acciones de otros municipios siempre tratando de hacer ver a camarillo como el mejor Alcalde de la región a costa de señalar a los Alcaldes de Nava, Allende y Villa Unión como los malos ediles.
Además, se le acusa de inflar los precios de las pocas obras públicas que se anuncian, mismas que, según los pobladores, “ni se ven, ni se sienten”. Los habitantes aseguran que estas obras cuestan como si fueran de primer mundo, pero entregan resultados de tercera, manteniendo a Morelos estancado y con las mismas carencias de siempre.
“Aquí no hay transparencia. Las obras cuestan como si fueran de primer mundo, pero lo que entregan es de tercera, y lo peor es que en los periódicos solo salen fotos bonitas del alcalde”, señaló un poblador indignado.
Las denuncias ciudadanas apuntan a que los contratos se asignan a sobreprecio y sin beneficios tangibles para la población, mientras las carencias en infraestructura, alumbrado y agua potable siguen siendo parte de la vida diaria en Morelos.
La indignación ya no solo es en redes sociales: grupos organizados piden una auditoría externa e independiente que revele cuánto se ha gastado realmente y cuánto ha quedado en manos de funcionarios y contratistas cercanos.
Por ahora, ni el alcalde ni su director de comunicación han dado explicaciones claras sobre estas acusaciones. Lo que sí queda claro es que la paciencia en Morelos se acaba… y rápido.