Cerco total a los aliados: Asfixian tráfico de armas y drones de Venezuela e irán

En una escalada sin precedentes que redefine la geopolítica energética y de seguridad en el Hemisferio Occidental, Estados Unidos lanzó ayer una ofensiva frontal contra el comercio de armas, drones y crudo entre Irán y Venezuela.
El Departamento del Tesoro estadunidense sancionó a 10 individuos y organizaciones de Venezuela e Irán por la compra de drones de diseño iraní y los esfuerzos para adquirir sustancias químicas para misiles balísticos, entre otras cuestiones.
El Tesoro está haciendo rendir cuentas a Irán y Venezuela por su agresiva e imprudente propagación de armas mortales en todo el mundo”, dijo John Hurley, subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera.
Continuaremos tomando medidas rápidas para impedir que quienes utilicen el complejo militar industrial de Irán puedan acceder al sistema financiero de Estados Unidos”, agregó Hurley en un comunicado.
El Tesoro de Estados Unidos afirmó que los vehículos aéreos no tripulados y su programa balístico “amenazan a Estados Unidos y a personal aliado en Oriente Medio y desestabilizan el comercio en el mar Rojo”.
Entre los entes sancionados está la venezolana Empresa Aeronáutica Nacional (EANSA) y su presidente, José Jesús Urdaneta. El Departamento del Tesoro aseguró que la compañía compró drones iraníes Mohajer que comercializa bajo el nombre ANSU.
“La continua provisión de armas convencionales de Irán a Venezuela es una amenaza a los intereses de Estados Unidos en nuestra región”, dijo Thomas Pigott, portavoz del Departamento de Estado, en otro comunicado.
Pigott afirmó que la empresa “había contribuido a la venta” de drones de combate “por valor de millones de dólares”.
Las organizaciones e individuos designados demuestran que Irán está activamente promoviendo sus vehículos aéreos no tripulados y continúa adquiriendo artículos relacionados con misiles, violando las restricciones de la ONU”, añadió.
Esta nueva medida llega cuando la Casa Blanca intensifica su presión sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Trump dijo el lunes que Estados Unidos atacó y destruyó un muelle usado por presuntas lanchas del narcotráfico de Venezuela, en el que sería el primer ataque terrestre en la campaña militar contra el tráfico desde América Latina.
Además, con las recientes incautaciones de los petroleros Skipper y Centuries, Estados Unidos ha reforzado un bloqueo naval que busca detener la exportación de crudo venezolano.
Esta ofensiva no sólo impacta a Venezuela, sino que sacude el mercado energético global.
Con el precio del petróleo en una encrucijada y la tensión militar en aumento, el tablero regional cierra el año 2025 bajo la sombra de un conflicto que trasciende las fronteras.

BELLA 1 DESAFÍA A EU CON EL AMPARO RUSO
n un episodio que evoca los momentos más álgidos de la Guerra Fría, la confrontación energética y diplomática entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado a aguas internacionales.
La tripulación del petrolero Bella 1, perseguido hace más de una semana por la Guardia Costera de Estados Unidos, ha optado por una táctica de supervivencia geopolítica: declarar protección rusa en un intento por evadir la incautación en el Océano Atlántico.
Según informaron funcionarios estadunidenses bajo condición de anonimato, los tripulantes “pintaron recientemente una bandera rusa en el costado del buque” para reclamar un estatus soberano que impida el abordaje de las fuerzas norteamericanas.
El buque, que se dirigía a Venezuela para recolectar crudo, se encuentra en la mira del “cuasi bloqueo” económico impuesto por la administración de Donald Trump.
La odisea del Bella 1 comenzó el pasado 21 de diciembre en el Mar Caribe. De acuerdo con los reportes oficiales, la Guardia Costera intentó interceptar la unidad tras determinar que “no enarbolaba una bandera nacional válida, lo que lo hacía susceptible de abordaje según el derecho internacional”.
Sin embargo, el navío desobedeció las órdenes y emprendió una huida hacia el noroeste, con rumbo incierto hacia Groenlandia o Islandia, manteniendo su transpondedor de localización apagado desde mediados de mes.
Este incidente no es un hecho aislado, sino parte de una ofensiva sistemática contra la denominada “flota fantasma”, un grupo de embarcaciones que transportan petróleo desde Rusia, Irán y Venezuela.
El Bella 1 ya contaba con antecedentes, pues el barco “ha estado bajo sanciones estadunidenses desde el año pasado por transportar petróleo iraní, que se vende para financiar el terrorismo”.
cva



