Marco Rubio ordena volver a Times New Roman para documentos y acusa a Calibri de ‘woke’

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ordenó a los diplomáticos abandonar la fuente Calibri y volver a Times New Roman en las comunicaciones oficiales, al calificar el giro de 2023 bajo su antecesor Antony Blinken como parte de un programa de diversidad “derrochador”, según un cable interno fechado el 9 de diciembre y confirmado por medios.
“Para restaurar el decoro y el profesionalismo en los trabajos escritos del Departamento y abolir otra política DEIA (Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad) inútil, el Departamento vuelve a Times New Roman como tipografía estándar”, señalaba la directiva. “Este estándar de formato está alineado con la directiva de Relaciones Exteriores del Presidente ‘Una Voz para Estados Unidos’, subrayando la responsabilidad del Departamento de presentar una voz unificada y profesional en todas las comunicaciones”.
La medida revierte el cambio instaurado en enero de 2023, cuando Blinken adoptó Calibri —una tipografía sans serif— con el argumento de que mejoraba la accesibilidad para personas con discapacidad y reflejaba buenas prácticas de legibilidad en documentos creados con productos de Microsoft. En aquel momento, el departamento indicó que Calibri 14 puntos se usaría en la documentación enviada a la Secretaría Ejecutiva.
Rubio, quien asumió en enero de 2025, enmarcó la decisión en la agenda del presidente Donald Trump de revertir políticas DEIA en la administración federal. La Casa Blanca ha emitido órdenes ejecutivas para eliminar programas de DEI y promover “estándares basados en mérito”, lo que ha llevado a los departamentos a revisar guías internas, auditorías y presupuestos asociados.
El cable argumenta que la tipografía moldea la percepción de profesionalismo en los documentos oficiales y que Calibri resulta más informal que las tipografías con Serif. Fuentes como las agencias AP y Reuters informaron que la instrucción aplica de inmediato a embajadas y consulados, con excepciones documentales puntuales, y que el Departamento de Estado no respondió de inmediato a solicitudes de comentarios.
El debate tipográfico tiene un trasfondo técnico. Parte de la literatura académica y de accesibilidad sugiere que no existe una “fuente única” óptima; la legibilidad depende de características como el contraste de trazos, la altura de x y el tamaño del texto. Investigaciones recientes señalan, por ejemplo, que los tipos sans serif con bajo contraste pueden facilitar la identificación de palabras a tamaños menores, mientras que ciertas Serif rinden mejor con altos contrastes; otras recomendaciones ponen el foco en ajustar el tamaño y la altura de x más que en la familia tipográfica en sí.
Defensores del cambio de 2023 han sostenido que Calibri, al carecer de remates, ayuda a algunos usuarios con baja visión o determinadas dificultades de lectura, aunque los expertos advierten que la accesibilidad efectiva requiere combinar tipografía, tamaño, espaciado y contraste de color. Universidades y guías de accesibilidad institucional recogen criterios similares.
Críticos de las políticas de DEIA, entre ellos Trump, han argumentado que dichas iniciativas dañan la meritocracia y generan costos innecesarios. La decisión de Rubio se inscribe en esa línea y busca, según el cable, reforzar “decoro” y “unidad” en la imagen escrita de la diplomacia estadounidense. Medios internacionales como The Indian Express y cadenas locales recogieron la controversia, destacando que el cambio original a Calibri se justificó por accesibilidad y que Times New Roman había sido el estándar desde 2004.
Por ahora, las oficinas y misiones en el exterior de Estados Unidos deberán ajustar plantillas, memorandos y correspondencia; el alcance presupuestario de la transición no ha sido detallado.



