Salud

Día de la Cobertura Sanitaria Universal: qué es, por qué se conmemora

En teoría, nadie debería pensarlo dos veces antes de ir al médico; en la práctica, millones sí lo hacen porque temen no poder pagar la consulta, los estudios o los medicamentos.

Esa tensión entre necesidad y costo es justo lo que intenta resolver la Cobertura Sanitaria Universal (CSU): que la atención médica sea accesible, oportuna y de calidad para todas las personas, sin que el precio de enfermarse se vuelva una sentencia económica.

 

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¿Qué es la Cobertura Sanitaria Universal y qué incluye realmente?

La Cobertura Sanitaria Universal —también llamada Universal Health Coverage (UHC)— es la meta de que todas las personas puedan acceder a los servicios de salud que necesitan cuando los necesitan, con calidad suficiente y sin que eso las empobrezca.

No es solo tener una credencial o estar “afiliado” a un sistema: la CSU se mide por acceso real, uso efectivo y protección financiera. Es decir, que puedas atenderte de forma oportuna, sin barreras y sin miedo a quedar endeudado, menciona la Organización Mundial de Salud (OMS).

De acuerdo con la OMS, la CSU cubre el continuo completo de servicios esenciales a lo largo de la vida: desde promoción de la salud y prevención, hasta tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.

En los reportes globales de monitoreo de la OMS y el Banco Mundial, ese paquete incluye:

  • Promoción de la salud y prevención: vacunación, salud sexual y reproductiva, control prenatal, detección temprana y seguimiento de riesgos.
  • Atención primaria y tratamientos básicos: consulta médica, medicamentos esenciales, control de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión.
  • Servicios hospitalarios y de urgencia: cirugías, hospitalización, atención ante emergencias.
  • Rehabilitación y cuidados paliativos: recuperación funcional tras enfermedades o accidentes y alivio del dolor en padecimientos avanzados.

Dichas instituciones mencionan que no basta con que existan servicios, deben funcionar y llegar a tiempo. El Global Monitoring Report 2023 advierte que el planeta está “fuera de ruta” para lograr la CSU en 2030.

La razón es doble: desde 2015 la cobertura de servicios esenciales se estancó y, al mismo tiempo, creció la proporción de personas que pagan gastos catastróficos de bolsillo (es decir, tan altos que comprometen la economía familiar).

El Índice de Cobertura de Servicios (SCI) —que resume el acceso a atención esencial— subió a 71/100 en 2023, pero millones de personas siguen sin atención completa y la protección financiera continúa siendo el gran cuello de botella.

 

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¿Por qué se conmemora el Día Internacional de la CSU?

El 12 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal porque ese día, en 2012, la Asamblea General de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que reconoce la CSU como prioridad mundial.

Cinco años después, en 2017, la ONU proclamó oficialmente esta fecha como observancia internacional, celebrándose globalmente desde 2018.

La fecha opera como un recordatorio político y social: la CSU es el corazón de la meta 3.8 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con horizonte 2030. En términos simples, sin CSU es muy difícil reducir pobreza, desigualdad y muertes evitables.

Cada año, la campaña fija una narrativa distinta. En 2024, la OMS centró el mensaje en que la protección financiera acelera la CSU, porque evita que la gente caiga en pobreza al pagar su salud.

En 2025, el lema global es: “¿Costos de salud inasequibles? Estamos hartos”, poniendo en primer plano el impacto humano del gasto de bolsillo.

 

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El gran obstáculo: cuando enfermarse cuesta demasiado

La CSU se rompe cuando la salud se paga con el dinero del hogar. El monitoreo OMS–Banco Mundial señala que más de la mitad del planeta (4.5 mil millones de personas) no tiene cobertura completa de servicios esenciales.

Eso significa que, para millones, atenderse es una lotería: depende de dónde viven, cuánto ganan o si el sistema los recibe a tiempo.

Y cuando sí se atienden, muchas veces pagan demasiado. La Organización Panamericana de la Salud recuerda que más de 2 mil millones de personas enfrentaron dificultades financieras por gastos médicos, y unas 344 millones cayeron en pobreza extrema por tener que pagar salud de su bolsillo.

En 2025, el monitoreo global registró una mejora modesta en protección financiera (bajó la proporción de personas con dificultades económicas de 34% en 2000 a 26% en 2023), pero el número sigue siendo enorme. Una de cada cuatro personas en el mundo todavía vive presión económica por costos de salud, lo que explica el énfasis de la campaña 2025.

 

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¿Cómo saber si un país tiene CSU?

La CSU se mide con dos indicadores oficiales de la meta ODS 3.8, desarrollados por OMS–Banco Mundial:

1. Índice de Cobertura de Servicios (SCI / SDG 3.8.1)

Evalúa el acceso a servicios esenciales como salud materno-infantil, atención a infecciones, control de enfermedades crónicas y capacidad del sistema (personal, hospitales, insumos). El SCI global llegó a 71 puntos en 2023, pero el avance es lento y desigual entre países.

2. Protección financiera (SDG 3.8.2)

Mide cuántas personas caen en gasto catastrófico o empobrecedor por pagar salud de su bolsillo. Los informes 2023–2025 coinciden en que esta dimensión va rezagada: en muchos países hay estancamiento o retroceso.

La OMS insiste en que la CSU no es alcanzable sin sistemas fuertes de atención primaria, financiamiento público suficiente y políticas que reduzcan barreras económicas para medicamentos y tratamientos esenciales.

La Cobertura Sanitaria Universal no se resume en una afiliación ni en la existencia de hospitales: se trata de acceso real, oportuno y pagable a servicios que van desde la prevención hasta los cuidados paliativos.

Los avances globales son innegables, pero también insuficientes; mientras el SCI mejora lentamente, millones de familias siguen enfrentando gastos de bolsillo que las colocan al borde de la pobreza o las obligan a renunciar a tratarse.

Por eso, el 12 de diciembre funciona como una fecha de presión pública: recuerda que sin sistemas sólidos de atención primaria, financiamiento sostenible y políticas que reduzcan barreras económicas, la CSU seguirá siendo una meta incompleta.

Hablar de cobertura universal es hablar de justicia social en términos concretos: que enfermarse no sea una condena económica y que la salud deje de ser un privilegio para convertirse, por fin, en un derecho ejercido en la vida cotidiana.

 

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