Ariana Grande revela los secretos de Glinda; comparte cómo exploró la dualidad de la bruja

Aunque ya sabemos que el Mago de Oz tiene muy poco de mago, con la llegada del final de Wicked, sabemos que tampoco es el verdadero final. El subtítulo en inglés For Good, se traduce “Para bien”, adelantando que en la historia la bruja mala no es tan mala y la buena tampoco es tan buena. En español, “Para siempre”, sugiere el éxito de otro nuevo clásico. Y para celebrarlo, entrevistamos a la protagonista más Grande, Ariana.
¿Filmar la segunda parte de Wicked fue como volverte a poner los mismos zapatos de tu personaje o nunca te despegaste de Glinda?
En realidad nunca me quité los zapatos de Glinda, porque filmamos las dos partes al mismo tiempo. Los lunes, martes y miércoles filmábamos la primera parte mientras el jueves, viernes y sábado filmábamos la segunda. Fue todo muy simultáneo.
¿Llegaste a pensar cómo es que tu personaje de Glinda llegó a ponerse “esos” zapatos? ¿Te imaginaste alguna historia que no vemos en el cine?
Sí, pasé bastante tiempo creando un mapa sobre su infancia, como se veía en aquel entonces. Fue un hermoso privilegio interpretar un personaje que tiene tanta luz y tanta oscuridad, para finalmente mostrar el lado más oscuro, en la segunda parte.
En aquellos principios que imaginaste de Glinda, ¿descubriste algún parecido con la popularidad de Ariana Grande?
No sé… Lo que más me gustó fue conocerla como persona, tanto como me conozco yo. Me intrigaba saber por qué necesitaba ser tan popular, por qué necesita que la valoren tanto externamente. Y en ese sentido, me pregunté si los padres la llevaban a la escuela o si alguien más lo hacía por ellos, por la idea de tener que sentirse importante, como si tuviera algún trauma familiar detrás de tantas inseguridades. Hice mi propia lista, con marcadores de color, destacando cada pequeña inseguridad, eligiendo un color diferente cuando se siente más segura y otro color cuando siente que no la eligen… Fue un mapa muy específico, para grabármelo en la mente, para saber de dónde venía todo, antes de pisar el estudio de filmación. Es algo que me sirvió mucho. Por debajo de la comedia, todos esos detalles seguían existiendo. Y así es como también funciona la comedia, cuando tiene un fundamento real. Fue un poco la forma que elegí para navegar la preparación, pasando todo el tiempo que pude con Glinda, por lugares donde no sabemos dónde termina ni cómo empieza.
¿No cambió para nada el nivel de actuación al ir y venir de dos diferentes rodajes, casi al mismo tiempo?
Yo lo disfruté. Me encantó. Amé cada momento del rodaje. Me gustaba ir y volver en la historia, incluso los días en que no teníamos la menor idea de lo que íbamos a filmar al día siguiente. La canción For Good la filmamos un día con el peor clima cuando se suponía que íbamos a estar afuera, pero terminamos haciendo algo totalmente diferente. Claro que fue un gran desafío ir y volver de la historia, pero emocionalmente fue muy gratificante.
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En verdad, se necesita ver la primera versión de Wicked para entender la relación entre los dos personajes principales de Elphaba, detrás Cynthia Erivo, y Glinda, con Ariana Grande. Pero la segunda parte de Wicked ni siquiera es el final, porque el final en realidad es el principio del clásico Mago de Oz, con Judy Garland, con una historia propia que se forma en paralelo con esta segunda versión. Resumiendo (y sin poder resumirlo) lo ideal sería ver las tres superproducciones juntas, como una verdadera trilogía que dura un total de seis horas y media (apenas 15 minutos más que toda la temporada de la serie Gambito de Dama). Claro que para lograrlo, Universal Studios, detrás de Wicked, tendría que ponerse de acuerdo con Amazon Prime porque es el nuevo dueño de la mismísima MGM que había producido la original versión de El Mago de Oz. Y tampoco es una mala idea: Mientras la primera parte de Wicked recaudó más de 750 millones de dólares con un costo de 150 millones, El Mago de Oz de 1939, curiosamente había recaudado un poco más de tres millones de dólares, pero con un costo de 2.7 millones de dólares terminó perdiendo casi la mitad (porque la otra mitad se la quedaron los cines). Lo curioso es que los zapatos que usó Judy Garland en el cine, que habían sido recuperados por el FBI después de haber sido robados de un museo, terminaron vendiéndose el año pasado, en un remate por 32.5 millones de dólares. Pero tampoco hace falta decir que la ganancia de este principio del final esperan que sea mucho más… Grande.
¿Qué tan difícil resultó la preparación del plano musical con las espectaculares coreografías de Wicked?
Las coreografías de baile es lo que más extraño. En la preparación, yo siempre quise asegurarme que mi voz estuviera lista. Puede ser difícil de creer, pero tuve que entrenar todos los días, incluso tres meses antes de mi primera prueba de audición. No quería tener que pensar tanto en las notas musicales, para ser mucho más honesta con la actuación de cada escena.
¿Y la grabación de las canciones tan famosas?
La verdad no necesité aprender la letra de las canciones de Wicked, porque es algo que siempre me gustó, desde que tenía diez años. Pero necesitaba aprender a cantarlas a mi manera. Tenía que brindar mi propio punto de vista, con total honestidad. Eso fue lo más difícil. Pero lo que me tomó más trabajo con la música fue tener que cambiar por completo mi voz. Yo siempre había cantado con un tono muy alto y nunca había tenido que cantar en cierto estilo de ópera. Tuve que entrenar los músculos de mi voz para crear un vibrato más redondo y con un sonido legítimo a nivel técnico. Por eso había necesitado trabajar tanto, antes de la primera audición. Y cuando hoy escucho los primeros días de aquellas clases de canto, todavía puedo escuchar mi voz raspada.
Conseguir el tono legítimo en la voz de Glinda terminó siendo la mejor tarea para el hogar.
¿Hablamos de la famosa canción de Wicked For Good que se espera que cantes en la ceremonia del Oscar?
Fue increíble, el mejor privilegio de mi vida. Y me dio pánico. Es una canción que relata la parte de la historia, del capítulo de ser reamente buena, sin tratar de parecer que es buena, dejando de lado la varita mágica para ser buena de verdad. Y me encantó compartir ese momento con ella, porque son las alas del show de Broadway.
¿Sentiste cierta presión al protagonizar una superproducción como Wicked que tiene tantos fans de Broadway, mucho antes del cine?
Sí, totalmente. No hay nada que pueda prepararte para la respuesta de los apasionados fans de Wicked. Y lo digo porque yo también fui una fanática de Wicked, toda mi vida. Pero tampoco podía asumir que mi versión pueda llegar a gustarle a todos. Y durante todo el proceso sentimos la presión, tratando de no pensar tanto en el tema. Pero los fans en este mundo son los más amorosos.
Y entre las respuestas de los fans, ¿hay alguna en particular que te haya quedado más cerca del corazón?
Tuve una oportunidad extraordinaria, cuando canté con uno de ellos, en un especial de Wicked. Fue muy especial, porque apenas tiene cuatro años y no tenía la menor idea lo que íbamos a hacer. Fue algo muy, pero muy especial.
¿Algún consejo para la joven generación de actores que te sigue desde la época de Nickelodeon hasta ahora con Wicked?
¡Mi Dios! Te diría… apoyo. Asegúrate de mantener un maravilloso y hermoso sistema de apoyo. Lleva a tu familia o la familia que elijas, tus mejores amigos, para que te acompañen, porque a veces, cuando se cumplen tus sueños, como actor, puede ser bastante difícil de navegar. Y creo que es importante tener apoyo. Y… en segundo lugar, hay que volver al lado artístico. Vuelvan con las clases de actuación. Lean un guion, lean una obra de teatro, lean algo, escriban una canción. Vayan a un estudio, aprendan algo nuevo. Aprendan sobre herramientas profesionales para enterrarte en el arte, para que nada te desconecte de la razón por la que amas esto, ni te distraga.
¿Cambió en algo tu concepto del bien y del mal después de haber filmado una historia donde lo que vemos como malo puede llegar a ser muy bueno?
No creo que mi concepto haya cambiado. Me encanta el debate que plantea Wicked, me encanta que invita a la gente a considerar lo fácil que es etiquetar a alguien. La gente acumula todas las experiencias, los dolores. Vivimos en una época donde todo se convierte en un rápido título sacando cualquier frase de contexto sin tomar en cuenta el lado humano. Y mientras creo que la gente puede hacer cosas buenas, también pueden ser muy wicked (malvados).



