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UNAM, medio semestre atrapada en la inestabilidad; un año marcado por los conflictos

Este semestre de la UNAM nunca terminó de estabilizarse. Desde la última semana de septiembre a lo largo de todo octubre —y lo que va de noviembre—, cada día de clase tuvo al menos un plantel con actividades presenciales suspendidas, ya fuera por paros estudiantiles, tomas, daños en instalaciones, amenazas de bomba o medidas de seguridad.

La fotografía completa revela que entre una tercera parte y casi la mitad del semestre se vio atravesada por algún tipo de interrupción académica, de acuerdo con un seguimiento realizado plantel por plantel durante el ciclo agosto–noviembre.

Aunque los cierres no ocurrieron de manera uniforme, la dispersión de conflictos generó un efecto acumulado: un calendario universitario marcado por episodios constantes de inestabilidad.

 

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Facultades han sido desalojadas por amenazas de explosivos. 

CCH SUR: EL MÁS PROLONGADO

El episodio más extendido corresponde al CCH Sur, que se mantiene sin clases presenciales  desde el pasado 22 de septiembre, luego del asesinato de un alumno al interior del plantel.

Al corte del 16 de noviembre, el plantel sumó 56 días consecutivos sin alumnos en sus aulas. Si se consideran únicamente los días hábiles del calendario escolar, la afectación equivale a más de la mitad del semestre (53%) para esa comunidad.

Dentro del ciclo agosto–noviembre, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no ha tenido prácticamente ningún día hábil libre de afectaciones a partir del 22 de septiembre.

Los planteles tanto de bachillerato como de licenciatura  han registrado suspensiones intermitentes, transiciones forzadas a clases en línea o entregas de instalaciones con daños que impidieron la operación normal.

La inestabilidad comenzó a concentrarse al final de septiembre, cuando coincidieron paros, suspensiones y traslados a clases en línea,  en preparatorias, CCH, y facultades  emblemáticas como  Medicina, Economía, Arquitectura, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Sociales, Química, Ingeniería,  y hasta Derecho, que migró a clases virtuales.

A la lista se sumaron planteles de la periferia como las Facultades de Estudios Superiores Acatlán, Zaragoza y Cuautitlán además de sedes foráneas como la ENES Morelia.

Para finales de septiembre, hasta siete de cada 10 planteles de la UNAM interrumpieron clases presenciales, afectando a casi 300 mil estudiantes  de bachillerato y licenciatura que, de un día a otro, tuvieron que abandonar sus salones de clase.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, el semestre también se fracturó a partir de finales de septiembre. Tras una primera suspensión de clases el 23 de septiembre, el plantel entró en paro del 25 de septiembre al 3 de octubre, volvió a detener actividades el 7 de octubre por la marcha en solidaridad con Palestina y, a partir del 9 de octubre, encadenó un periodo de cierre que se extendió hasta el 27 de octubre, cuando se instruyó a migrar a clases en línea.

En términos de calendario, Políticas sumó hasta ayer  50 días naturales sin clases presenciales, lo que equivale a 36 días hábiles de clase, es decir, casi la mitad del semestre para su comunidad que además terminará en línea.

Ya en octubre, todos los días hábiles tuvieron al menos un plantel sin actividades presenciales, ya fuera por tomas prolongadas, clases trasladadas a modalidad virtual o cierres por motivos de amenazas de bomba o de agresiones a la comunidad

En medio de esta ola, varios planteles han terminado  perdiendo porciones significativas del semestre. La FES Zaragoza dejó de operar presencialmente en casi cuatro de cada 10 días de clase en lo que va del semestre, mientras que en la Facultad de Arquitectura la afectación equivale a más de un tercio del semestre.

La Facultad de Medicina, Odontología y la ENES Morelia se ubican en niveles similares, con pérdidas de entre 40% y 50% del ciclo. En Artes y Diseño, las suspensiones intermitentes también han resultado en una afectación cercana a 40%.

Durante las dos primeras semanas de noviembre persistió la inestabilidad. Hoy, a tan sólo 11 días de que concluya el semestre siguen sin estar en sus salones de clase alumnos del  CCH Sur, Odontología, Medicina, FES Zaragoza, ENES Morelia, Química, Contaduría y Administración, Artes y Diseño, así como Veterinaria e Ingeniería, ésta última que dio la opción a clases híbridas siempre y cuando sea un acuerdo entre el alumnado
y profesorado.

 

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En las preparatorias, alumnos han sido obligados a evacuar. 

AFECTACIONES ACUMULADAS DEL AÑO: EL MAPA MÁS AMPLIO

Si bien la medición del semestre describe el impacto inmediato del ciclo escolar, el recuento anual muestra que las interrupciones se repitieron a lo largo de todo el año.

En 2025, varios planteles enfrentaron interrupciones prolongadas por motivos distintos —demandas de comedores subsidiados, seguridad, daños, protestas, tomas o amenazas—, con acumulados que dan cuenta de la presión que ha vivido la universidad.

La Facultad de Psicología acumula más de 70 días de suspensión en lo que va de 2025. El CCH Sur suma alrededor de 80 días de afectación a lo largo del año.  La ENES Morelia y la Facultad de Odontología rondan los 50 días cada una, mientras que la FES Zaragoza y la Facultad de Ciencias rebasan los 40 días.

A nivel anual, las afectaciones se concentraron en dos grandes oleadas. La primera tuvo lugar en abril, cuando varios planteles suspendieron actividades por el conflicto en torno al Artículo 15 del Tribunal Universitario, y protestas por comedores subsidiados. La segunda y más extensa se desató a finales de septiembre, tras el asesinato de un alumno en el CCH Sur.

La suma de días de suspensión por cada plantel a lo largo de 2025 supera los 800 días-plantel, una medida que refleja la simultaneidad y dispersión de cierres en toda la universidad.

Sería el equivalente a que un mismo plantel hubiera permanecido cerrado por más de dos años naturales.

El número surge de agregar los distintos periodos de paro, toma o suspensión en cada entidad académica, y permite dimensionar la magnitud del año completo, más allá del semestre en curso.

 

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Estudiantes se han unido para exigir a Rectoría más garantías.

“NUNCA SENTIMOS UN SEMESTRE NORMAL”

Para los alumnos, la experiencia fue la de un ciclo fragmentado.

 

 

 

Vivimos semana a semana. Nadie sabía si habría clases presenciales o no al siguiente  día”, relató Paola, una estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales.

Muchos de los que somos foráneos nos fuimos a nuestras casas, pero con esa incertidumbre de saber si de pronto se iba a decretar el regreso”, contó Ariel, otro estudiante de la Facultad de Contaduría y Administración.

Docentes consultados coinciden: la incertidumbre afectó los ritmos de estudio, la planeación del semestre y la posibilidad de evaluar de manera regular.

A dos semanas del final del semestre, la UNAM termina el periodo con una parte de sus planteles sin presencialidad plena y con comunidades que cursaron octubre y noviembre entre cierres, clases en línea y reanudaciones parciales. Las interrupciones iniciadas al cierre de septiembre se prolongaron lo suficiente para impedir un regreso uniforme a las aulas, dejando un semestre fragmentado en diferentes ritmos académicos.

AMENAZA GENERALIZADA

Éstos son algunos de los eventos más recientes que han desatado una crisis de seguridad en la UNAM y que han desestabilizado a la comunidad estudiantil y lo relacionado con la máxima casa de estudios:

22 DE SEPTIEMBRE

Un estudiante de 16 años es asesinado con arma blanca por uno de sus compañeros de 19 años, en el CCH Sur. El crimen conmociona a la comunidad universitaria y provoca una serie de protestas y exigencias generalizadas de mayor seguridad.

22 Y 23 DE SEPTIEMBRE

Luego del crimen en el CCH Sur, autoridades reportan advertencias de masacres y amenazas de explosivos en varios planteles de la universidad. Además, suspenden las clases presenciales en al menos 25 escuelas, facultades y preparatorias.

2 DE OCTUBRE

Un grupo de personas encapuchadas, identificadas como el Bloque Negro, causan destrozos y vandalizan las instalaciones del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, por la masacre de 1968. El rector de la universidad lamenta los hechos.

25 DE OCTUBRE

Un aficionado del Cruz Azul, Rodrigo Mondragón, muere tras ser retenido y presuntamente agredido por personal de seguridad de la UNAM en el Estadio Olímpico Universitario. La familia denuncia uso excesivo de la fuerza
por parte de los guardias.

 

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