Salud

Fármaco para hipertensión detiene crecimiento de cáncer cerebral

La frase clave «fármaco para hipertensión detiene el crecimiento del cáncer» asoma como un faro inesperado en la oncología: un tratamiento para la hipertensión que también frena el desarrollo tumoral. En un giro irónico del destino, un medicamento veterano muestra su nueva cara como posible agente antitumoral.

La investigación, liderada por el laboratorio de Megan Matthews en la University of Pennsylvania y publicada en la revista Science Advances, revela cómo el fármaco antihipertensivo Hidralazina actúa sobre la enzima sensora de oxígeno ADO.

¿Qué fármaco es y cuál es su mecanismo “oculto”?

El fármaco es la hidralazina, uno de los vasodilatadores más antiguos que sigue utilizándose como tratamiento de primera línea en la preeclampsia e hipertensión.

El equipo de Matthews descubrió que hidralazina bloquea la enzima 2‑aminoethanethiol dioxygenase (ADO), un sensor de oxígeno que las células utilizan para adaptarse a ambientes hipóxicos.

En el experimento, trataron células de Glioblastoma humano con hidralazina; al tercer día, las células dejaron de dividirse y entraron en un estado de senescencia —es decir, pararon su proliferación sin morir inmediatamente—.

Este hallazgo desplaza la mirada del fármaco más allá de la hipertensión: muestra que un medicamento establecido puede tener un segundo “trabajo” contra el cáncer, en este caso tumores cerebrales agresivos.

 

Imagen intermedia

Evidencia científica: ¿qué tan sólido es el hallazgo?

La publicación de la University of Pennsylvania presenta datos in vitro que demuestran el efecto de la hidralazina sobre células de glioblastoma: bloqueo de ADO, inducción de senescencia, detención de la proliferación tumoral. 

Aunque se trata de investigación preclínica (células y posiblemente modelos), no se ha aún comunicado un ensayo clínico en humanos con esta indicación específica. La ruta hacia la clínica requiere más análisis de dosis, efectos secundarios, eficacia en pacientes reales.

Este enfoque encaja en la estrategia de reposicionamiento de fármacos (drug repurposing), que busca aplicar medicamentos ya aprobados para nuevas indicaciones con menor coste y tiempo.

No obstante, es importante destacar que, aunque hay otras investigaciones que relacionan antihipertensivos y cáncer, muchas veces los resultados han sido inconsistentes o de asociación, más que de demostración terapéutica.

¿Por qué es relevante este hallazgo para oncología y medicina general?

En primer lugar: el hecho de que un fármaco antiguo y económico tenga potencial antitumoral supone una doble victoria: ahorro de desarrollo y mayor accesibilidad.

En segundo término: los tumores cerebrales como el glioblastoma son muy agresivos, con pocas opciones de tratamiento y pronóstico reservado. Que se identifique una vía nueva (bloqueo de ADO) abre camino a terapias complementarias.

Además, este descubrimiento conecta dos campos que a menudo se estudian por separado —hipertensión y cáncer— mostrando que el metabolismo celular, la detección de oxígeno y la vasodilatación pueden participar también en la biología tumoral.

Finalmente, desde una visión de salud pública, la hipertensión es una enfermedad muy prevalente, por lo que efectos “colaterales” positivos (como este) pueden tener impacto mayoritario.

 

Imagen intermedia

¿Cuáles son las preguntas frecuentes y qué debemos saber?

¿Este fármaco ya puede usarse en pacientes con cáncer?

No. Aunque los resultados son prometedores, por ahora se han realizado estudios celulares y no se dispone de datos clínicos sólidos en humanos para indicar hidralazina como tratamiento antitumoral.

¿Qué tipos de cáncer podrían beneficiarse?

El estudio se enfocó en glioblastoma, un tumor cerebral muy agresivo. No se ha demostrado aún efecto en otros tipos de cáncer bajo esta investigación específica.

¿Cambia esto el uso de hidralazina para hipertensión?

No necesariamente. El tratamiento de la hipertensión continúa bajo los protocolos actuales. Esta nueva aplicación está aún en fase de investigación y no reemplaza la indicación original ni prescripción médica.

¿Cuáles son los posibles riesgos o limitaciones?

Como ocurre con toda investigación de reposicionamiento, deben evaluarse: dosis óptima para efecto antitumoral sin toxicidad cardiovascular; interacción con otros tratamientos oncológicos; transporte al cerebro (aunque hidralazina ya es usada en contextos sistémicos); y que la eficacia se confirme en ensayos clínicos.

¿Qué vendrá a continuación?

Los investigadores señalan que el descubrimiento de su mecanismo molecular (bloqueo de ADO) permitirá diseñar fármacos más selectivos y potentes con menor efecto sistémico, y que podrían combinarse con terapias oncológicas actuales.

Este hallazgo —un fármaco para hipertensión que detiene el crecimiento del cáncer— representa un puente entre enfermedades que muchas veces se contemplan por separado. Quienes luchan con presión arterial alta, oncólogos, investigadores en biomedicina y pacientes pueden mirar con esperanza a la posible convergencia terapéutica.

 

Articulos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
Coahuila Hoy We would like to show you notifications for the latest news and updates.
Dismiss
Allow Notifications