En EU, fusilan a hombre condenado a muerte por triple homicidio

Un recluso condenado por un triple homicidio fue ejecutado este viernes en Carolina del Sur mediante un pelotón de fusilamiento, uno de los métodos más controvertidos que siguen vigentes en Estados Unidos.
Las autoridades penitenciarias confirmaron que Stephen Bryant, de 44 años, recibió la sentencia capital por los asesinatos cometidos en 2004. En aquel caso, Bryant no solo admitió los crímenes, sino que dejó un mensaje escrito con la sangre de una de sus víctimas: “atrápame si puedes”.
La ejecución de Bryant marca la número 43 en el país durante 2025, una cifra que ya igualó el récord registrado en 2012 y que podría superarse antes de que termine el año, pues aún quedan procedimientos programados.
La mayoría de las ejecuciones de 2025 —35— se han realizado por inyección letal. Tres han sido por fusilamiento y cinco por hipoxia nitrogenada, un método que consiste en administrar gas nitrógeno a través de una máscara facial hasta provocar la muerte por asfixia. Expertos de Naciones Unidas han calificado este procedimiento como “cruel e inhumano”.
Aunque la pena de muerte sigue vigente en buena parte del país, 23 de los 50 estados ya la han abolido. Otros tres —California, Oregón y Pensilvania— mantienen moratorias que impiden ejecutar sentencias.
El presidente Donald Trump ha reiterado su apoyo a la pena capital y, desde su primera jornada en el cargo, pidió ampliar su uso “para los crímenes más viles”, una postura que contrasta con esfuerzos federales e internacionales por reducir o eliminar este mecanismo.
EU registra el mayor número de ejecuciones en una década
El repunte de la pena de muerte no es aislado. Apenas en julio, Estados Unidos alcanzó 26 ejecuciones en lo que iba de 2025, la cifra más alta en una década. Florida encabezaba entonces las estadísticas con ocho ejecuciones, incluida la de Michael Bell, de 54 años, quien fue ejecutado por inyección letal en la prisión estatal de Raiford.
Bell había sido condenado por un doble asesinato cometido en 1993 en Jacksonville, un crimen vinculado a un acto de venganza familiar. Su caso volvió a poner en el centro del debate la continuidad de la pena capital en ciertos estados del sur, donde las autoridades han acelerado su aplicación.
De acuerdo con el Death Penalty Information Center, el incremento registrado este año responde a decisiones de un puñado de estados, especialmente Florida, Texas y Carolina del Sur, donde se concentra más de la mitad de las ejecuciones. Del total registrado hasta julio, 21 se realizaron por inyección letal, tres por inhalación de nitrógeno y dos por fusilamiento, reflejando la diversificación de métodos que han generado cuestionamientos internacionales.
El informe también recordó que, pese al aumento, la pena capital ha retrocedido en gran parte del país. Veintitrés estados ya la abolieron y otros tres mantienen moratorias activas. El contraste entre regiones marca una tendencia desigual que sigue alimentando el debate sobre la viabilidad, eficacia y legitimidad de la pena de muerte en Estados Unidos.



