Hallan por qué las vacunas protegen menos a los mayores de 65 años y proponen soluciones innovadoras
Un estudio publicado en Nature reveló las causas biológicas que reducen la respuesta inmunitaria en adultos mayores y propuso herramientas para fortalecer la protección en esta población

Un extenso estudio internacional identificó de qué forma la respuesta a las vacunas disminuye de forma específica con la edad, lo que abre el camino a nuevas fórmulas para mejorar la protección de las personas mayores de 65 años. La investigación, liderada por la Allen Institute, fue publicada ayer, 29 de octubre, en la revista Nature.
Los resultados detallaron los cambios que experimentan ciertas células inmunitarias con el paso del tiempo y sugieren intervenciones posibles para enfrentar una de las principales limitaciones en salud pública asociadas al envejecimiento.
Este estudio retoma un aspecto ya conocido desde hace décadas, pero aporta una base biológica y molecular sin precedentes sobre por qué las vacunas suelen proteger menos a los adultos mayores.
-Inmunosenescencia: Se sabía que el envejecimiento deteriora la respuesta del sistema inmunológico, afectando tanto a las células T como B.
-Disminución de eficacia vacunal: Numerosas investigaciones habían demostrado que vacunas como la antigripal o las de COVID-19 generan menor respuesta en mayores de 65 años.
-Inflamación crónica y envejecimiento: Antes de este estudio se asumía que la “inflamación de bajo grado” (inflammaging) era un factor determinante del deterioro inmunológico vinculado a la edad.
Las investigaciones recientes ofrecen nuevas alternativas para mejorar la protección en la población mayor – (Imagen Ilustrativa Infobae)Por qué el sistema inmune cambia con la edad
Según se describe en el estudio, las células T adoptan transformaciones profundas al envejecer. Estas células, centrales en la defensa inmunológica y en la generación de anticuerpos tras la vacunación, modifican tanto su funcionamiento como su respuesta a patógenos y vacunas.
La investigación reveló un cambio en el patrón de expresión genética de estos linfocitos hacia un perfil denominado “Th2-like”, que afecta de forma directa a otras células que producen anticuerpos ante los virus.
Estas transformaciones no responden a la presencia de inflamación ni de enfermedades previas, sino que constituyen “una característica fundamental del envejecimiento saludable”, expresó Claire Gustafson, investigadora principal de la Allen Institute, una institución biomédica independiente y sin fines de lucro situada en Seattle, Estados Unidos.
“Nos sorprendió que la inflamación no impulse el envejecimiento saludable. Creemos que la inflamación se origina por factores independientes de la edad de una persona”, indicó Gustafson.
Científicos exploran propuestas innovadoras para fortalecer la respuesta inmunológica ante las vacunas – (Imagen Ilustrativa Infobae)El hallazgo explicó por qué adultos mayores muestran una menor eficacia en su respuesta al recibir la vacuna antigripal o un refuerzo contra la COVID-19. Según el informe, las células T de memoria de los adultos mayores pierden parte de su capacidad para activar la producción de anticuerpos a través de las células B. “La vacuna puede aportar los componentes virales necesarios, pero si el sistema no responde adecuadamente, la protección se debilita”, explicó la autora.
Avances en el desarrollo de vacunas adaptadas
Los resultados del estudio, en el que participaron más de 96 adultos sanos, permitieron crear el Human Immune Health Atlas, el primer mapa integral que describe cómo varían 71 tipos distintos de células inmunitarias entre los 25 y los más de 90 años de edad. Los científicos utilizaron técnicas como secuenciación genética de célula única y proteómica para obtener datos sobre más de 16 millones de células, lo cual representa el mayor banco de información sobre envejecimiento inmunológico a nivel global.
Según explicó Jane Buckner, presidenta del Benaroya Research Institute —institución colaboradora—, el estudio es resultado del trabajo conjunto de distintos centros de investigación y del compromiso de las personas que participaron en los seguimientos. “Esta investigación muestra que el trabajo colaborativo puede transformar nuestra comprensión del sistema inmunológico, tanto ahora como en el futuro”, afirmó Buckner.
El diseño de vacunas adaptadas a cada grupo etario podría optimizar los resultados preventivos – (Imagen Ilustrativa Infobae)Uno de los aportes destacados es la posibilidad de anticipar la eficacia individual de una vacuna y adaptar las fórmulas farmacéuticas a los cambios celulares propios de la edad. Los autores proponen, entre las alternativas, el uso de vacunas “personalizadas” según el perfil inmunológico de cada paciente e incluso el empleo de herramientas de edición genética —por ejemplo, la tecnología CRISPR— para modificar o restaurar la función de las células T antes de la inmunización.
La Allen Institute enfatizó que los hallazgos servirán para mejorar no solo las vacunas, sino el abordaje general de las enfermedades vinculadas al envejecimiento y las disfunciones inmunitarias. Ahora los investigadores cuentan con un recurso abierto y sin precedentes para analizar y respaldar el sistema inmunológico en personas de mayor edad.
El trabajo representa una hoja de ruta para generar intervenciones específicas que restauren el funcionamiento óptimo del sistema inmune, lo que evita la estrategia uniforme tradicional y apuesta por soluciones ajustadas a cada etapa de la vida.
Gustafson, desde Allen Institute, manifestó que el banco de datos seguirá abierto a la comunidad científica internacional: “Mi esperanza es que se utilice durante largo tiempo para que otros investigadores puedan profundizar y alcanzar nuevas respuestas sobre la inmunidad humana”.



