La niñera y su marido tras el robo millonario en relojes a Iker Casillas

Lo que parecía una relación de absoluta confianza terminó en uno de los robos más sonados del año en el mundo del deporte y el entretenimiento. La Policía Nacional española detuvo a la empleada doméstica y niñera de los hijos de Iker Casillas y Sara Carbonero, junto con su esposo, por el robo de cinco relojes de lujo valuados en decenas de miles de euros.
La operación, bautizada por los agentes como “Santo”, en alusión al apodo del ex portero del Real Madrid, El Santo, logró recuperar parte de las piezas sustraídas y destapó una historia donde la lealtad se quebró dentro del círculo más íntimo del campeón mundial.
El “cambiazo” que alertó a Iker Casillas
El pasado 16 de octubre, Casillas denunció ante las autoridades que cinco de sus relojes de alta gama habían sido sustituidos por réplicas. El exfutbolista, meticuloso en el cuidado de sus pertenencias, conservaba un book fotográfico con imágenes, modelos y valores de cada reloj, guardado en un cajón de su ático en Pozuelo de Alarcón, una exclusiva zona al noroeste de Madrid.
Cuando revisó su colección, notó que las piezas no correspondían a las originales. “Parecían de mucha peor calidad”, relató a los agentes. A partir de ese momento, comenzó una investigación que destapó un plan urdido desde dentro de su propio entorno doméstico.
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Niñera, sospechosa principal
La principal acusada es Lilian, una mujer de origen paraguayo y nacionalidad española, quien trabajaba para la familia Casillas-Carbonero desde 2019. No solo realizaba tareas del hogar, también se encargaba del cuidado de los hijos del exmatrimonio, incluso durante su residencia en Oporto (Portugal), cuando Iker militaba en el FC Porto.
Tras el divorcio, Lilian continuó laborando en la casa de Sara Carbonero en Madrid, pero también acudía una vez por semana al domicilio de Casillas, donde mantenía su confianza. Los agentes del Grupo de Robos y Atracos de la UDEV Central detectaron que, en ese acceso semanal, la asistenta tuvo oportunidad de revisar el book fotográfico donde figuraban los relojes robados.‘
El esposo, un vigilante con deudas de juego
El otro detenido es Juan Carlos, esposo de Lilian y vigilante jurado en la misma urbanización donde vive Carbonero. Los investigadores descubrieron que el hombre había visitado el 19 de octubre una tienda de compraventa de oro en el barrio madrileño de Aluche, donde vendió uno de los relojes robados por 8,000 euros, tras desarmarlo en piezas.
Un día después, ambos fueron detenidos. En su domicilio se hallaron varias réplicas listas para sustituir otros relojes, además de documentos que confirmaban su inminente viaje a Sudamérica, con destino final en Paraguay, país natal de Lilian.
Los boletos de avión estaban comprados. Su salida de España estaba prevista para el 25 de octubre.
Relojes de lujo, oro y una vida normal
Entre los relojes recuperados destaca un Audemars Piguet que el exguardameta había adquirido años atrás, valuado en más de 100 mil euros, pero vendido por apenas 18 mil en otra joyería.
Fuentes policiales describen a los acusados como “gente normal, sin antecedentes”, lejos de las mafias internacionales especializadas en robos de lujo. Sin embargo, las deudas por apuestas en la ruleta habrían motivado al marido a idear el plan, aprovechando la posición de confianza de su esposa.
Traición desde dentro del círculo íntimo
Las investigaciones revelaron que Lilian había trabajado anteriormente para el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, lo que reforzaba su imagen de empleada discreta y confiable. Sin embargo, en su entorno reciente habría expresado cierto resentimiento hacia Sara Carbonero, su actual jefa, y hacia las diferencias surgidas tras el divorcio de la pareja.
Los investigadores no hallaron señales de violencia ni forzamiento en las puertas, lo que confirmó que el robo fue interno, planeado y ejecutado con acceso legítimo.
Operación “Santo”
El Grupo de Robos y Atracos de la UDEV Central cerró la operación “Santo” en menos de una semana. Casillas ha colaborado estrechamente con los investigadores, y la policía mantiene bajo custodia judicial los relojes recuperados.
Fuentes próximas al exfutbolista señalaron que Iker se encuentra impactado y decepcionado, sobre todo por tratarse de una persona que formó parte de su día a día familiar.



