Los criminales atentan contra libertad de culto

La libertad de culto en América Latina registra un deterioro debido a persecuciones, violencia y delitos contra católicos y cristianos-evangélicos, alerta el Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo 2025.
Elaborado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés), el reporte auspiciado por el Vaticano pone focos rojos en países como Nicaragua, Haití, Venezuela y Cuba.
Por primera vez incluye a México en el apartado de “discriminación religiosa” ejercida por un grupo, en este caso las organizaciones delictivas, en contra de los creyentes. Ante esto, subraya la necesidad de visibilizar la violencia que enfrentan las comunidades religiosas y de reforzar mecanismos efectivos de protección.
Los cárteles, alerta, actúan “como agente de persecución en zonas” y regiones específicas, sobre todo en Chiapas, Guerrero y Jalisco.
La fe se vive entre la violencia y el miedo”, dice el reporte, que califica a México como “uno de los países más peligrosos del continente para el clero”.
Los criminales ven a los propios ministros de culto como objetivos para imponer el miedo y el silencio a los habitantes de los pueblos, lo que permite a los delincuentes seguir traficando con armas y drogas.
El informe de la ACN registra asesinatos de sacerdotes, catequistas y fieles; ataques y asaltos a obispos, agresiones y robos a templos o destrucción de patrimonio; desplazamiento de fieles y extorsiones a parroquias, así como cierre de iglesias por amenazas.
Destaca que en 2024 la Iglesia católica facilitó el diálogo que dio lugar a una tregua entre los cárteles de la droga en Guerrero.
Narco acosa a religiones
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada revela un deterioro para la libertad de culto en América Latina, incluido México
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) presentó el Informe Sobre la Libertad Religiosa en el Mundo 2025 en el cual afirma que el crimen organizado constituye ya en México un agente de persecución contra católicos y cristianos-evangélicos.
El documento revela un deterioro para la libertad de culto en América Latina, principalmente en países como Nicaragua, Haití, Venezuela, México y Cuba, siendo focos de persecución, violencia y restricciones para el culto público.
En el informe, respaldado por El Vaticano, por primera vez aparece México en el apartado de “discriminación religiosa”, ejercida por un grupo, en este caso las asociaciones delictivas, en contra de los creyentes.
En el texto se apunta que México es un país donde los cárteles actúan “como agente de persecución en zonas” y regiones específicas, particularmente en estados como Chiapas, Guerrero y Jalisco.
La situación se agrava en territorios dominados por cárteles particularmente violentos, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, “en las zonas dominadas por el crimen organizado, los líderes religiosos alzan su voz contra la violencia y asumen el papel de protectores de sus comunidades”.
Esto los convierte (a los ministros de culto) en objetivos para imponer el miedo y el silencio a los habitantes de los pueblos, lo que a su vez permite a los grupos criminales seguir traficando con armas y drogas.
Tanto católicos como evangélicos denunciaron una ola de violencia que les obligó a cerrar sus lugares de culto y la comunidad evangélica del estado de Hidalgo afirmó que se estaba acosando a sus líderes, lo que les obligaba a trasladarse. Cinco meses después, regresaron a sus lugares de origen, gracias a un acuerdo entre las autoridades estatales y municipales”, expone.
El informe registra asesinatos de sacerdotes, catequistas y fieles, ataques y asaltos a obispos, como Faustino Armendáriz (Durango) y Eduardo Cervantes Merino (Orizaba).
Detalla que en Chiapas y Guerrero los narcotraficantes exigen pagos mensuales de protección a las parroquias, y en comunidades rurales se cerraron templos por amenazas directas.
México sigue enfrentándose a un panorama desolador de asesinatos de clérigos y laicos, así como de agresiones, extorsiones y profanación de lugares de culto y objetos sagrados, todo ello agravado por un clima de flagrante impunidad”, dice el estudio.
La violencia alcanza también al patrimonio religioso. Entre los casos documentados de ataques contra templos y objetos religiosos figuran: el robo y destrucción de imágenes y objetos litúrgicos en algunas parroquias.
Se documenta un incendio provocado en la iglesia de Santiaguito de Irapuato, Guanajuato; destrozos en la iglesia del Espíritu Santo en Culiacán, Sinaloa; así como ataques contra templos durante manifestaciones del Día Internacional de la Mujer.
La iglesia de Santiaguito de Irapuato, en Guanajuato, sufrió un incendio provocado; hombres enmascarados ataron a un sacerdote y robaron en la parroquia de San Luis Gonzaga, en Ciudad de México, llevándose los vasos litúrgicos de plata; en la parroquia del Verbo Encarnado, en Ciudad Frontera, en el estado de Coahuila, los ladrones robaron varios objetos y profanaron el Santísimo Sacramento”, cita como ejemplos.
Al citar reportes del Centro Católico Multimedia, el informe apunta que, “en los últimos seis años, los ataques contra lugares de culto y las profanaciones han aumentado hasta alcanzar una media de 26 por semana”.
La fe se vive entre la violencia y el miedo”, dice el reporte de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, que califica a México como “uno de los países más peligrosos del continente para el clero”.
El informe de la ACN subraya la necesidad de visibilizar la violencia que enfrentan las comunidades religiosas en México y de reforzar mecanismos efectivos de protección.
Un hombre murió durante un conflicto entre bandas criminales en la localidad de Santa Anita, en Guachochi, estado de Chihuahua, y la iglesia recibió cientos de impactos de bala, mientras que un sacerdote logró salvar a tres niños que quedaron atrapados en el fuego cruzado.
El portavoz de la arquidiócesis de San Luis Potosí expresó su preocupación por los constantes ataques contra iglesias en el centro histórico de la ciudad y el clima general de inseguridad”, detalla el informe auspiciado por El Vaticano.
Refiere que la Iglesia católica en México desempeña un importante papel a nivel social y comunitario. Ante el aumento de la violencia, durante la Semana Santa de 2023, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la provincia jesuita y una asociación laica convocaron un Diálogo Nacional por la Paz y presentaron una propuesta a las autoridades.
Hace patente que en 2024, la Iglesia facilitó el diálogo que dio lugar a una tregua entre los cárteles de la droga en el estado de Guerrero, zona azotada por la violencia.



