Renacieron y volvieron a triunfar

En Hollywood, los giros de carrera suelen ser tan espectaculares como las películas que produce. Actores que en su momento fueron sinónimo de acción o de comedia romántica han logrado dar un salto hacia el cine de autor y el reconocimiento de la Academia. La coyuntura actual es Dwayne Johnson, quien con The Smashing Machine busca dejar atrás su imagen de estrella taquillera y posicionarse como contendiente serio para la temporada de premios. Su caso se suma a una lista de
intérpretes que, tras años de encasillamiento o caídas públicas, lograron reconfigurar su trayectoria.
Dallas Buyers Club (2013)
Durante los años 2000, Matthew McConaughey fue uno de los rostros más visibles de la comedia romántica. Cintas como The Wedding Planner (2001), Cómo perder a un hombre en 10 días (2003) o Failure to Launch (2006) consolidaron su fama, pero también lo encasillaron como el “galán del torso descubierto”. En 2009 decidió alejarse deliberadamente de ese tipo de papeles: rechazó ofertas, redujo su exposición mediática y se mantuvo fuera de las grandes producciones durante casi tres años.
Su regreso fue planificado. A partir de 2011 comenzó a elegir proyectos más exigentes como The Lincoln Lawyer, Killer Joe y Mud, donde mostró una madurez interpretativa inédita. El punto culminante llegó con Dallas Buyers Club (2013), en la que interpretó a Ron Woodroof, un electricista diagnosticado con VIH que se convierte en activista. McConaughey perdió más de 20 kilos para el papel y ganó el Oscar a Mejor Actor. La película obtuvo 84 puntos en Metacritic y 8.0 en IMDb, consolidando su renacer actoral en lo que la crítica bautizó como la McConaissance.
El renacido (2015)
Después del fenómeno mundial de Titanic (1997), Leonardo DiCaprio quedó atrapado en la imagen del ídolo juvenil. Su paso por producciones como The Beach (2000) o Atrápame si puedes (2002) mantuvo su atractivo comercial, pero no lo alejaba del estigma de “galán de taquilla”. Para tomar el control de su carrera, fundó su propia compañía, Appian Way Productions, con la que impulsó proyectos de corte más autoral y colaboraciones con directores como Martin Scorsese.
Antes de ganar el Oscar, DiCaprio había sido nominado cinco veces: por What’s Eating Gilbert Grape (1993), El aviador (2004), Diamante de sangre (2006), El lobo de Wall Street (2013) y como productor de esta última. Fue hasta El renacido (2015), dirigida por Alejandro González Iñárritu, que consiguió la estatuilla. Con 76 puntos en Metacritic y 8.0 en IMDb, la cinta consolidó su evolución hacia un cine más físico y extremo, marcando el fin de una larga espera por el reconocimiento académico.
La ballena (2022)
En los noventa, Brendan Fraser fue una presencia constante en el cine familiar y de aventuras. Protagonizó éxitos como George of the Jungle (1997) y La momia (1999), pero su carrera se interrumpió tras denunciar al entonces presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, Philip Berk, por acoso sexual. A eso se sumaron múltiples cirugías por lesiones derivadas de sus rodajes físicos, lo que lo obligó a alejarse de las cámaras durante casi una década.
Su retorno con La ballena, de Darren Aronofsky, fue recibido como una historia de redención. En ella interpretó a un profesor con obesidad mórbida que busca reconciliarse con su hija. La película obtuvo 60 en Metacritic y 7.7 en IMDb, y, aunque la crítica se dividió, su interpretación fue universalmente elogiada y le valió el Oscar a Mejor Actor en 2023. Su regreso puso sobre la mesa los costos físicos y psicológicos del sistema de Hollywood.
Oppenheimer (2023)
La trayectoria de Robert Downey Jr. ha sido una de las más documentadas en términos de caída y redención. En los años noventa fue considerado una promesa con filmes como Chaplin (1992), que le valió una nominación al Oscar. Sin embargo, su adicción a la heroína y la cocaína derivó en varios arrestos entre 1996 y 2001, incluyendo uno por posesión de drogas y armas. Pasó por múltiples rehabilitaciones y llegó a cumplir condena en una prisión estatal de California. Durante esos años, los estudios se negaban a contratarlo por considerarlo una “apuesta perdida”.
Su resurgimiento comenzó con Iron Man (2008), que lo transformó en el rostro del Universo Cinematográfico de Marvel y una de las estrellas más rentables del mundo.
Pero su consagración artística llegó con Oppenheimer (2023), de Christopher Nolan. Su papel como Lewis Strauss, funcionario marcado por la ambición, le otorgó el Oscar a Mejor Actor de Reparto. La cinta fue respaldada por 90 en Metacritic y 8.3 en IMDb, sellando su regreso al cine de prestigio tres décadas después de su caída.
La máquina (2025)
Dwayne The Rock Johnson construyó una carrera como uno de los actores más rentables del mundo, proveniente del universo de la lucha libre profesional. Con franquicias como Rápidos y furiosos, Jumanji y San Andreas, ha recaudado más de 12 mil millones de dólares en taquilla global, aunque hasta ahora su filmografía había estado centrada en el entretenimiento comercial.
En La máquina, dirigida por Benny Safdie, interpreta al peleador de artes marciales mixtas Mark Kerr, una figura real que enfrentó adicciones y conflictos personales en la cima de su carrera. La película fue ovacionada en Cannes y cuenta con 83 puntos en Metacritic y 8.2 en IMDb, las mejores calificaciones de su trayectoria. La crítica ha destacado su contención y vulnerabilidad colocándolo por primera vez en la conversación de premios.