Salud

Las 3 principales zonas del cuerpo donde puede desarrollarse el linfoma

El linfoma, un cáncer que afecta los linfocitos, puede desarrollarse en diversas zonas del cuerpo, como en los ganglios linfáticos del cuello, axilas e ingle.

El linfoma, un cáncer que se origina en los linfocitos, células clave del sistema inmunológico, este cáncer tiene la capacidad de manifestarse en diversas áreas del cuerpo, especialmente en los ganglios linfáticos, que se agrandan y pueden causar síntomas molestos y confusos.

Entender cómo se presenta, dónde se desarrolla y cómo se diagnostica es crucial para identificarlo a tiempo y tomar las medidas adecuadas.

 

Imagen intermedia

¿Qué es el linfoma y cómo afecta al cuerpo?

El linfoma es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que juega un papel esencial en el sistema inmunológico del cuerpo.

Según el Fox Chase Cancer Center, estos linfocitos circulan por el cuerpo a través del sistema linfático, que es una red de vasos y conductos que transporta fluido y ayuda en la defensa contra infecciones.

Cuando los linfocitos sufren mutaciones, se multiplican de forma descontrolada y pueden formar tumores.

 

El linfoma debilita el sistema inmunológico, ya que reemplaza a los glóbulos blancos saludables, haciendo que el cuerpo sea más vulnerable a las infecciones.

Aunque las causas exactas de estas mutaciones no se entienden completamente, se sabe que factores como la genética, el sistema inmunológico debilitado y ciertos virus pueden aumentar el riesgo de desarrollar linfoma.

 

Existen dos tipos principales de linfoma:

  • Linfoma de Hodgkin: Un tipo menos común que afecta principalmente a personas jóvenes, y se caracteriza por la presencia de células llamadas células de Reed-Sternberg.
  • Linfoma no Hodgkin: Más frecuente y con una mayor diversidad de subtipos. Este puede desarrollarse en cualquier parte del sistema linfático, desde los ganglios linfáticos hasta otros órganos.

 

Imagen intermedia

Zonas del cuerpo donde puede desarrollarse el linfoma

Los ganglios linfáticos son estructuras esenciales del sistema inmunológico que se encuentran distribuidas por todo el cuerpo, como señala Medical News Today.

Son responsables de filtrar los gérmenes y los desechos, y son un punto clave en la lucha contra las infecciones. En el caso del linfoma, la enfermedad puede afectar diversas áreas del cuerpo donde se encuentran estos ganglios.

Las zonas más comunes donde se puede desarrollar linfoma incluyen:

  • Cuello: El linfoma frecuentemente se presenta como un agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello. Esta es una de las áreas más visibles y fáciles de detectar en los primeros estadios.
  • Axilas: Los ganglios linfáticos ubicados en las axilas también son comunes cuando se trata de linfoma. Pueden hincharse sin causa aparente, lo que lleva a que los pacientes se preocupen por la posibilidad de un tumor.
  • Ingle: Los ganglios linfáticos de la ingle son otra zona donde puede presentarse el linfoma, provocando inflamación y malestar en la parte inferior del cuerpo.

Síntomas comunes de linfoma

El linfoma puede manifestarse con una amplia variedad de síntomas, que dependen tanto de la zona afectada como del tipo de linfoma. Según Radiology Info, los síntomas comunes incluyen:

  • Agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello, axilas o ingle.
  • Pérdida inexplicable de peso, que ocurre sin cambios en los hábitos alimenticios.
  • Fiebre sin una causa aparente.
  • Sudoración nocturna excesiva que no está relacionada con la temperatura ambiental.
  • Picazón generalizada en el cuerpo, sin razón clara.
  • Fatiga constante que no mejora con el descanso.
  • Pérdida de apetito y sensación de cansancio generalizado.
  • Tos o dificultad para respirar, especialmente si el linfoma afecta el tórax.
  • Dolor en el abdomen, el pecho o los huesos, dependiendo de la ubicación de los ganglios afectados.
  • Sensación de llenura abdominal incluso después de comer pequeñas cantidades de alimentos.

El linfoma no siempre se presenta con todos estos síntomas, pero la presencia de varios de ellos puede ser indicativa de la enfermedad y requiere una evaluación médica urgente.

 

Imagen intermedia

Diagnóstico del linfoma

El diagnóstico precoz del linfoma es crucial para mejorar las posibilidades de tratamiento exitoso. Cuando un paciente consulta a su médico, el profesional de la salud comienza por realizar una revisión del historial médico y los síntomas presentados.

Posteriormente, realiza un examen físico y, dependiendo del caso, recomienda varias pruebas para obtener más información.

Las pruebas comunes incluyen:

  • Análisis de sangre: Permite revisar los niveles de glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Si el linfoma ha afectado la médula ósea, estos niveles pueden estar alterados. Además, el análisis ayuda a evaluar la función de órganos vitales como el hígado y los riñones.
  • Biopsia de ganglios linfáticos: Este procedimiento consiste en extraer una muestra de tejido de un ganglio linfático para examinarlo al microscopio y verificar la presencia de células cancerígenas. En algunos casos, se puede hacer una biopsia con aguja, lo que permite obtener una muestra más pequeña sin necesidad de cirugía.
  • Aspiración y biopsia de médula ósea: A menudo se realiza para determinar si el linfoma se ha diseminado a la médula ósea, que produce las células sanguíneas. Se utiliza una aguja delgada para extraer una pequeña muestra de médula ósea.
  • Punción lumbar (punción espinal): Se extrae una muestra del líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal, para comprobar si el linfoma ha alcanzado estas áreas.
  • Radiografía de tórax: Permite visualizar los ganglios linfáticos agrandados en la zona torácica.
  • Tomografía computarizada (TC): Utilizada para detectar ganglios linfáticos agrandados o cualquier anomalía en los órganos, especialmente en áreas como el abdomen, pelvis y cabeza.
  • Exploración PET: Esta prueba utiliza material radiactivo para localizar ganglios linfáticos o células cancerígenas en todo el cuerpo. Es útil tanto para el diagnóstico inicial como para monitorear la respuesta al tratamiento.
  • Gammagrafía ósea: Se inyecta un isótopo radiactivo para observar las áreas de daño en los huesos, lo que indica si el linfoma se ha diseminado a los huesos.
  • Resonancia magnética (RMN): Es útil para identificar si el linfoma ha alcanzado la médula espinal o el cerebro, y para evaluar otras áreas del cuerpo, como la cabeza y el cuello.
  • Ultrasonido abdominal: Permite visualizar los ganglios linfáticos agrandados en el abdomen, así como cualquier afectación en los órganos abdominales y los riñones.

Es importante que las mujeres que sospechen que están embarazadas informen a su médico antes de realizar cualquier prueba de imagen, como la radiografía.

En estos casos, los médicos pueden optar por utilizar resonancia magnética (RMN) o ultrasonido, ya que no implican riesgos de radiación para el feto.

A pesar de que los ganglios linfáticos agrandados son un signo común, la enfermedad puede afectar diferentes partes del cuerpo, lo que requiere un enfoque diagnóstico completo.

Mantenerse informado y acudir a un médico ante los primeros indicios puede marcar la diferencia en el pronóstico de esta enfermedad.

 

Youtube Imagen

Articulos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
Coahuila Hoy We would like to show you notifications for the latest news and updates.
Dismiss
Allow Notifications