El alumno que alcanzó al maestro: Aaron Rodgers roza el legado de Brett Favre

Aaron Rodgers no tuvo el lujo de una entrada triunfal en la NFL. Llegó en 2005, con la sonrisa de un novato confiado, pero la desgracia de ser tomado por Packers donde Brett Favre era el rostro de la organización. Tres temporadas pasó Rodgers parado junto a la línea y con los auriculares puestos. Durante ese tiempo no sólo vio a Favre desempeñarse en el campo, sino también escuchó historias del pasador más popular y resistente de su generación.
Rodgers puso atención a los pasos de Favre al mismo tiempo que lanzaba balones en la oscuridad de los entrenamientos. Y sin embargo, 20 años después, Rodgers ya construyó una carrera que terminará en el Salón de la Fama y está a un paso de superar a su maestro. Con un par de touchdowns en su partido del domingo contra Seattle, el quarterback de Steelers escalará a la lista de todos los tiempos de la National Football League.
La ironía del destino
El primer pase de anotación de Rodgers no cambió la historia de la NFL. Fue un envío de 11 yardas a Greg Jennings en un partido perdido contra Dallas el 29 de noviembre de 2007. Un touchdown que apenas ocupó un renglón en los periódicos, pero que ahora se lee como un prólogo. Rodgers conectó con Jennings, que años después sería su socio en el Super Bowl XLV.
Hoy, con 507 envíos a las diagonales, Rodgers mira hacia arriba y ve el nombre de Brett Favre como el siguiente obstáculo. Superarlo no lo hará mejor ni peor, pero sí lo pondrá en el lado correcto de la historia.
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Favre fue el rock and roll: desenfrenado, ruidoso, eléctrico. Rodgers, no desarrolló el mismo estilo de juego que su maestro. Prefierió ser más preciso y arriesgar menos el balón. Favre llenaba domingos con envíos temerarias y milagros improbables; Rodgers convirtió cada balón en una lección de eficiencia.
Ambos marcaron época en Green Bay, pero mientras Favre dejó la franquicia en un divorcio tormentoso, Rodgers la sostuvo durante 18 años. Hoy juega bajo el jerse de Pittsburgh y con el reloj de la carrera marcando el último cuarto.
Pittsburgh y el último baile
El debut de Rodgers en negro y dorado el domingo pasado casi fue como un cuento de hadas. Lanzó cuatro touchdowns sin intercepción para su partido 28 con esta cantidad de envíos a las diagonales, la misma cantidad que logró Tom Brady. A los 41 años, pocos pueden regalar un espectáculo así.
Una presentación que sonó a declaración, pues no piensa marcharse de la liga sin pelear otro viaje al Super Bowl.
Este domingo, ante Seattle, Rodgers tiene otra cita con la ironía. Los Seahawks han sido parte de su historia, desde el “Fail Mary” hasta aquellas batallas de postemporada. Ahora serán el escenario en el que Rodgers probablemente deje atrás a Favre.
Rodgers insiste en que no hará una fiesta por la marca.
Es sólo un logro de longevidad”, dijo, restándole brillo a lo que para otros sería motivo de portada. Pero las cifras no mienten: el cuarto lugar de todos los tiempos estará a su nombre, solo detrás de Brady, Drew Brees y Payton Manning.
El suplente silencioso de Favre está a punto de superarlo. El aprendiz paciente, el joven al que Green Bay casi condenó por varias campañas a la banca, es hoy una leyenda que amenaza con empujar a su propio maestro un escalón más abajo.