Azúcar alta al despertar: síntomas clave que alertan de hiperglucemia en la mañana

Despertar con niveles elevados de azúcar en la sangre es un problema frecuente en personas con diabetes y puede estar relacionado con la hiperglucemia matutina.
De acuerdo con la Mayo Clinic, uno de los primeros efectos de esta condición es que el exceso de glucosa pasa a la orina, lo que provoca pérdida de líquidos y deshidratación.
Expertos de Health Site señalan que existen señales específicas que ayudan a identificar un aumento de glucosa al iniciar el día.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Visión borrosa: la glucosa elevada afecta la vista, ocasionando dificultad para ver con claridad al despertar.
- Sed intensa: una sensación de sed constante puede indicar que el organismo intenta compensar la pérdida de agua.
- Orinar con frecuencia: los riñones trabajan para eliminar el exceso de azúcar, lo que genera necesidad de ir al baño repetidamente, incluso en las primeras horas del día.
- Cansancio y debilidad: aunque la glucosa es la principal fuente de energía, el cuerpo con hiperglucemia no la procesa de manera adecuada, generando fatiga al levantarse.
- Problemas de concentración: los niveles altos de azúcar pueden interferir en el rendimiento cognitivo, dificultando la atención y la memoria.
Además de estas señales, otros síntomas como dolores de cabeza, hormigueo en extremidades, manchas oscuras en la piel o infecciones recurrentes también pueden indicar glucosa elevada en sangre.
Niveles normales de glucosa y riesgos de la hiperglucemia sostenida
De acuerdo con Medline Plus, en adultos los valores de glucosa deben mantenerse entre 90 y 130 mg/dL antes de las comidas, y no superar los 180 mg/dL después de comer. Sin embargo, si los niveles se mantienen entre 120 y 160 mg/dL de manera constante, es recomendable acudir al médico, ya que la hiperglucemia prolongada puede causar complicaciones graves en órganos y tejidos.
El control de la diabetes y la regulación de los niveles de azúcar en la sangre son esenciales para prevenir complicaciones. En algunos casos, ajustar la medicación, modificar la dosis de insulina o revisar la alimentación antes de dormir puede ayudar a mantener un mejor equilibrio de glucosa al despertar.