Hijos de leyendas: la nueva generación que busca escribir historia en el futbol mexicano

Es tal la magnitud del parecido, que por momentos parece que aquellos jugadores de los años 90 están de nuevo en el campo.
El punto es que muchos jugadores, mexicanos o extranjeros han comenzado a nutrir a selecciones nacionales inferiores con sus vástagos o hijos que pueden ayudar al futbol mexicano.
Ahora que todo el mundo se desmelena por Gil Mora, se empieza a cargar presión sobre el chico que a los 16 años llegó a Selección Nacional Mayor, pero que no podrá resolver el milenario problema del futbol mexicano él solo.
Así que hay otros jugadores que pueden coadyuvar a que el futuro sea mejor.
La dinastía De Nigris se mantiene en el futbol mexicano con esa energía contagiosa que tenía su tío, Antonio y su padre, Aldo. Ahora es el turno de Patricio, quien se coronó campeón de goleo Sub 17 con los Rayados del Monterrey.
Desde 2024 viene haciendo goles como los hizo su padre en Rayados y en Chivas, aunque éste nunca pudo despuntar en el Tri.
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Aldo Denigris, Matías Vuoso y Chrisitán Giménez
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Óscar Pérez, Walter Jiménez y César Villaluz
DESDE LA COMARCA
En la Sub 17 de Santos aparece un apellido ligado intimamente a la institución, Vuoso. Es el hijo del exdelantero Matías que fue bautizado como Lucca. En la final diciembre de 2024 ante el Necaxa anotó un gol.
Anda quemando procesos, los hace bien, es un chico más en su categoría, pero está haciendo goles y llama mucho la atención”, comentó Matías a este diario.
En el Torneo Internacional de Fuerzas Básicas, Santos jugó ayer ante Real Salt Lake y Lucca Vuoso marcó tres veces en el partido por lo que es el líder del torneo con seis anotaciones. De seguir así, es una gran propuesta para el futuro.
Su padre es ícono en Santos y llegó a Selección Mexicana en el convulso paso de Sven Göran Eriksson, anotando un gol en la primera fase de eliminatoria.
Tahiel Jiménez es otro caso en la Comarca Lagunera. Hijo del ex futbolista Walter Lorito Jiménez, tiene 19 años y ha llamado la atención de equipos europeos.
Nacio en Boca del Río Veracruz, cuando su padre jugaba para ese equipo. Tahiel ya debutó en Primera el año pasado.
Otro jugador que echó raíces en México fue Christian Giménez quien dio a su hijo al futbol mexicano. Santiago pudo haber ido a su primer Mundial en Qatar 2022, pero decisiones del cuepro técnico del Tata Gerardo Martino lo dejaron fuera. Ahora juega en el Milán y aunque no está en su mejor momento, todo apunta a que jugará en el Mundial de 2026.
El ejemplo en la delantera lo quiere seguir Santiago Pérez, hijo de Óscar El Conejo, quien fue portero del Cruz Azul y de la Selección Mexicana. A diferencia de su padre, Santiago ha ganado hasta tres títulos consecutivos de goleador en las inferiores del Pachuca.
Lo importante es que no tenga presión. Procuro que no cargue mi nombre, cuando estuve en mi pico de fama él era muy chico y casi no se acuerda”, comenta el portero.
Y Si César Villaluz despuntó en la Sub 17 de México, su hijo trata de emular sus pasos.
Nacido en 2009 con el mismo nombre, debutó en la Sub 16 del Tri gracias al llamado del técnico Roberto Medina. Pertenece a las inferiores del Cruz Azul.
El parecido con su padre es notorio, también porque juega con la misma habilidad que lo hacía su progenitor.
POR SI LAS DUDAS, HAY GENÉTICA FUTBOLERA
Mientras Andrés Lillini pide que no le carguen la mano a Gilberto Mora, por si las dudas, hay más jugadores que tienen sangre de sus padres futbolistas.
Miguel Carreón es hijo del Iguala Carreón, exjugador de Pumas y que fue campeón como entrenador con la Sub 17. Su hijo tiene 21 años y ahora está en el San Luis.
El hijo de Christian Benítez, delantero del América quien falleció en 2013 es Roger, quien tiene 15 años y en las Águilas lo miran proximamente con potencial de primer equipo. Lo mismo con el hijo de Luis Roberto Alves Zague, Paulo, quien tiene 13 años.
Más formado ya está Armando Hormiga González, heredero del nombre de su padre, quien fue buen jugador en Chivas en los años 90 y que está llamado a ser el delantero ideal en el futuro.
El hijo de Sebastián Loco Abreu, Diego, juega actualmente en Uruguay con Defensor Sporting. Tiene 22 años y al nacer en Ciudad de México puede ser elegido para el Tri en algún momento.