Drones al rescate del Everest: así limpian el ‘basurero más alto del mundo’
Drones de carga pesada ayudan a limpiar el Everest, transportando toneladas de basura y equipo, revolucionando la protección ambiental en la montaña más alta.

Por increíble que parezca, la cima más alta del planeta tiene un problema bien terrenal: la basura, y es que en el monte Everest, símbolo del espíritu aventurero y de las grandes gestas del alpinismo, también se ha ganado un apodo nada honroso: el basurero más alto del mundo. Pero ahora, una solución voladora y muy futurista está cambiando las reglas del juego.
Tecnología contra la contaminación
Este 2025, en plena temporada de escalada, un grupo de drones de carga pesada se unió al equipo de guías y montañistas en el campamento base del Everest, su misión es ayudar a limpiar la montaña, recogiendo residuos dejados por expediciones pasadas: desde cilindros de gas y botellas plásticas hasta equipo de escalada olvidado.
La empresa nepalí Airlift Technology es la mente detrás del proyecto. Utilizando drones DJI FC 30, lograron transportar 300 kilos de basura desde el Campamento 1, a más de 6 mil metros de altura, algo que hasta ahora solo podía hacerse con helicópteros o el esfuerzo de porteadores.
“No había otra alternativa. Así que pensamos: ¿por qué no usar drones para sacar la basura?”, cuenta Raj Bikram Maharjan, líder del proyecto.
¿Qué tan efectivos son?
La diferencia con los métodos tradicionales es abismal. Según Tshering Sherpa, jefe del Comité de Control de la Contaminación de Sagarmatha, un solo dron puede mover en 10 minutos lo que tomaría a 10 personas hasta seis horas.
Y aunque cada aeronave cuesta alrededor de 20 mil dólares, el fabricante —con sede en China— decidió sumarse a la causa, donando los equipos como parte de una campaña de responsabilidad ambiental y promoción tecnológica.
Más que limpieza: también salvan vidas
Pero estos drones no solo recogen basura. También han sido clave para llevar equipo esencial, como oxígeno, cuerdas y escaleras, directamente a zonas peligrosas como la cascada de hielo del Khumbu, uno de los tramos más mortales del Everest.
“Gracias a los drones, el equipo de preparación puede moverse sin tanto peso. Ahorran energía y se exponen menos a riesgos”, explicó Nima Rinji Sherpa, el montañista más joven en conquistar las 14 montañas más altas del planeta.
¿Qué sigue?
Tras el éxito en el Everest, Airlift Technology planea llevar esta tecnología al monte Manaslu, el octavo pico más alto del mundo. Y el objetivo va más allá del alpinismo: se trata de probar que los drones pueden ser aliados clave en acciones humanitarias y ambientales.
“Los drones no son solo para la guerra”, dice Maharjan. “Pueden salvar vidas y proteger el planeta. Esto es solo el comienzo”.
En una época donde la tecnología suele asociarse a conflictos o entretenimiento, este tipo de iniciativas nos recuerdan que también puede ser una poderosa herramienta para cuidar la Tierra, incluso en sus rincones más remotos.