De la gloria a la ruina: Campeones mexicanos que cayeron en desgracia

Julio César Chávez Jr. se fundió en un abrazo con su padre, JC Chávez, una vez que volvió al gimnasio en busca de reencauzar por enésima ocasión su carrera como pugilista. Pero, en esta vuelta, trae consigo un proceso penal a cuestas.

Julio César Chávez Jr. se coronó campeón mundial de peso mediano del CMB en 2011. Con un apellido de leyenda, parecía destinado a continuar el legado de su padre, el inigualable Gran Campeón Mexicano. Sin embargo, su carrera se vio constantemente opacada por la indisciplina, el consumo de drogas y suspensiones por dopaje.

Su caída se precipitó de manera drástica: hace un par de días fue deportado de Estados Unidos a México para enfrentar un proceso judicial, acusado de vínculos con el crimen organizado y tráfico de armas.

Título: Mediano CMB (2011)

Problema: Adicciones, detenciones, proceso judicial por presunto crimen organizado

La lucha contra los demonios: Carlos Cañas Zárate

Considerado uno de los noqueadores más temidos en la división de peso gallo de la década de los 70, Carlos Cañas Zárate parecía invencible. Sin embargo, tras perder su título, una profunda depresión y el alcoholismo lo llevaron a la ruina económica y personal.

Con el tiempo, logró rehabilitarse y superar sus demonios, pero los años de esplendor nunca regresaron.

Título: Gallo (CMB 1976–1979), Supergallo (CMB 1987–1988)

Problema: Alcoholismo, depresión, ruina económica

Despilfarro y olvido: Rubén Púas Olivares

Rubén Púas Olivares fue uno de los ídolos más carismáticos de las décadas de 1960 y 1970. Campeón de peso gallo y pluma, su talento en el ring era solo comparable con su carisma fuera de él. Desafortunadamente, su fortuna se diluyó en fiestas, alcohol y malas inversiones. Con los años, terminó vendiendo sus recuerdos y cinturones para sobrevivir. La gloria deportiva no le fue suficiente para asegurar un futuro estable.

Título: Gallo y Pluma (CMB, 1970s)

Problema: Despilfarro económico, venta de objetos para sobrevivir

El campeón en la calle: Miguel Ángel González

En la década de 1990, Miguel Ángel El Mago González se erigió como campeón mundial de peso ligero, protagonizando grandes peleas, incluso una contra Julio César Chávez. Sin embargo, las adicciones lo despojaron de todo.

Su trágica caída lo llevó a vivir en situación de calle en la colonia Roma de la Ciudad de México. Gracias al apoyo de exboxeadores y del CMB, logró rehabilitarse en 2022, pero la imagen del campeón indigente marcó una de las páginas más tristes en la historia del boxeo mexicano.

Título: Ligero CMB (1992–1995)

Problema: Adicciones, indigencia; rehabilitado en 2022

El campeón estafado: Víctor Manuel Rabanales

Víctor Manuel El Lacandón Rabanales se coronó campeón mundial de peso gallo en 1992. Lo que siguió fue una pesadilla de estafas y decisiones desafortunadas. Llegó al extremo de pagar a alguien que le vendió una parte del volcán Popocatépetl.

En sus horas bajas, vendió su cinturón de campeón del CMB por apenas 5,000 pesos para subsistir. Sumido en las adicciones, terminó su vida laboral como franelero y mesero, perdiéndose en el olvido.

Título: Gallo CMB (1992)

Problema: Estafas, pobreza extrema, venta del cinturón para subsistir

Gloria y carencias: José Mantequilla Nápoles

Nacido en Cuba y naturalizado mexicano, José Ángel Mantequilla Nápoles fue un estilista en el ring, reconocido por su técnica elegante. Campeón de peso welter y miembro del Salón de la Fama, sus últimos años estuvieron marcados por problemas de salud y carencias económicas. Murió en 2019, lejos de los lujos que alguna vez conoció, pero con un legado deportivo que, por fortuna, se mantuvo intacto.

Título: Wélter CMB (1969–1975)

Problema: Carencias económicas y de salud al final de su vida