Diabetes no controlada: complicaciones graves y señales de alarma que no debes ignorar
La diabetes puede afectar a varios órganos del cuerpo si no se atiende de forma adecuada. En el peor de los casos, las consecuencias pueden ser mortales.

La diabetes es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y, en México, su impacto resulta particularmente preocupante. No se trata solo de tener niveles altos de azúcar en la sangre; se trata de una condición crónica que, si no se controla, puede desencadenar complicaciones graves e incluso mortales.
De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes (FID), alrededor de uno de cada cinco adultos mexicanos —es decir, el 18%— vive actualmente con diabetes. Las proyecciones indican que para 2030 México será el séptimo país con mayor número de casos a nivel mundial. Frente a esta realidad, entender qué complicaciones puede traer la enfermedad y cómo prevenirlas es fundamental.
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¿Cuáles son las complicaciones de una diabetes mal controlada?
Cuando el azúcar en la sangre se mantiene elevado por mucho tiempo, como ocurre con la diabetes no controlada, se empieza a dañar el cuerpo de a poco.
Este daño ocurre principalmente en los conductos por donde circula la sangre en el cuerpo (vasos sanguíneos), tanto los más pequeños como los más grandes, afectando casi todos los órganos.
El Manual MSD, una referencia para profesionales de la salud, explica que el daño puede causar problemas graves en varios órganos:
- Problemas de la vista (Retinopatía diabética): causa la pérdida total o parcial de la visión, según la Asociación Mexicana de Diabetes.
- Daño en los riñones (Nefropatía diabética): la diabetes puede dañarlos, haciendo que dejen de funcionar correctamente. Afecta a entre dos y cuatro de cada diez pacientes.
- Daño en los nervios (Neuropatía diabética): esto puede causar dolores punzantes en los dedos de las manos y los pies, de acuerdo con American Heart Association (AHA).
Aunque estos problemas sean preocupantes, existen otros que encienden alarmas entre los doctores y las personas con diabetes mal controlada:
- Problemas del corazón: la diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares (embolias), según la revista médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
- Pie diabético: la diabetes hace que las ampollas se conviertan en úlceras y en casos graves, requieren amputaciones
- Hígado graso: es común cuando alguien tiene diabetes tipo 2. El Manual MSD indica que más de la mitad de los pacientes la padecen.
- Problemas en los huesos (Osteoporosis): la diabetes tipo 1 tiene un alto riesgo de osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos.
- Alzheimer y demencia: un mal control del azúcar en la sangre parece influir en el riesgo de desarrollar Alzheimer y demencia en la vida adulta, según la AHA.
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¿Qué es la diabetes y por qué puede complicarse?
La diabetes ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera eficaz. Esto provoca que la glucosa (azúcar) en la sangre se mantenga elevada durante periodos prolongados.
El problema es que este exceso de glucosa daña lentamente los vasos sanguíneos. Tanto los capilares más pequeños como las arterias grandes se ven afectados, lo que impacta en casi todos los órganos del cuerpo.
Este proceso silencioso es el origen de lo que los especialistas llaman complicaciones de una diabetes no controlada.
Principales complicaciones de una diabetes mal controlada
El Manual MSD —referencia médica internacional— y la Asociación Mexicana de Diabetes señalan que las consecuencias más frecuentes son:
1. Problemas de la vista (Retinopatía diabética)
El exceso de glucosa deteriora los vasos sanguíneos de la retina. Esto puede provocar visión borrosa, pérdida parcial o incluso ceguera total si no se trata a tiempo.
2. Daño en los riñones (Nefropatía diabética)
La diabetes puede afectar los riñones al punto de impedir que funcionen correctamente. Se estima que entre dos y cuatro de cada diez personas con diabetes desarrollan algún grado de daño renal.
3. Daño en los nervios (Neuropatía diabética)
El azúcar elevado daña los nervios periféricos. Esto se manifiesta como dolor punzante, hormigueo o entumecimiento en manos y pies.
4. Problemas del corazón y cerebro
La diabetes tipo 2 eleva considerablemente el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares, de acuerdo con publicaciones médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
5. Pie diabético
Las heridas o ampollas pueden convertirse en úlceras graves que, en casos extremos, requieren amputaciones. Esta complicación es una de las más temidas por los pacientes y los médicos.
6. Hígado graso
Más de la mitad de los pacientes con diabetes tipo 2 presentan hígado graso, según el Manual MSD. Aunque puede no dar síntomas al inicio, con el tiempo afecta gravemente la función hepática.
7. Problemas en los huesos (Osteoporosis)
Las personas con diabetes tipo 1 tienen mayor riesgo de osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos y los hace más propensos a fracturas.
8. Alzheimer y demencia
Un mal control de los niveles de glucosa parece aumentar la probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y demencia.
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Señales de que la diabetes podría estar empeorando
Las complicaciones no aparecen de un día para otro; evolucionan lentamente. Por eso, identificar los signos de alarma es crucial:
- Cambios en la visión: visión borrosa o dificultad para enfocar.
- Entumecimiento, hormigueo o dolor en manos y pies.
- Problemas digestivos: náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea sin causa aparente.
- Infecciones frecuentes o heridas que no cicatrizan.
- Sed excesiva y pérdida de peso inexplicable, síntomas de descontrol glucémico (Manual MSD).
- Dolor en el pecho o dificultad para respirar, posibles señales de complicaciones cardíacas.
- Necesidad de más medicamentos o insulina: si el tratamiento habitual ya no mantiene estables los niveles de azúcar, es un signo de progresión de la enfermedad.
¿Cómo prevenir las complicaciones de la diabetes?
La buena noticia es que muchas complicaciones pueden prevenirse o retrasarse con hábitos saludables y un buen control médico.
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) señala que la clave está en tres pilares: alimentación adecuada, ejercicio regular y control del peso corporal.
Hábitos esenciales para vivir con diabetes de forma saludable:
- Mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de lo recomendado.
- Seguir una dieta balanceada, rica en verduras, proteínas magras y cereales integrales.
- Limitar el consumo de azúcares, grasas saturadas y exceso de sal.
- Realizar actividad física al menos 150 minutos a la semana.
- Cuidar los niveles de colesterol y mantener la presión arterial en torno a 120/80.
Además, la ADA resalta que las nuevas tecnologías —como los sistemas de insulina automatizados (AID)— ofrecen un gran apoyo para mejorar el control glucémico y facilitar la vida de los pacientes.
Tener diabetes no significa renunciar a una vida plena. Con la detección temprana, el tratamiento adecuado y la adopción de hábitos saludables, es posible reducir de forma significativa el impacto de la enfermedad.
El acompañamiento médico regular, la educación en salud y el compromiso personal son las mejores herramientas para lograrlo. Estar atentos a las señales de alarma puede marcar la diferencia entre vivir con calidad o enfrentar complicaciones serias.
La diabetes es una condición seria, pero controlable. Mantener un estilo de vida saludable y trabajar de la mano con profesionales de la salud permite no solo prevenir complicaciones, sino también disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo.