Bolivia elige presidente sin Evo ni Arce en boletas; alternancia en el poder
Por primera vez en 20 años, la izquierda no figura en las encuestas como alternativa de gobierno; dos candidatos de derecha dominan las preferencias electorales

Sumidos en una profunda crisis económica, los bolivianos se preparan para dar un giro radical hacia la derecha en la elección presidencial de este domingo, después de 20 años de dominio del Movimiento Al Socialismo (MAS) que lideró Evo Morales.
Este país de 11.3 millones de habitantes, con fuerte influencia indígena y rico en litio, acude a las urnas hastiado por la falta de dólares, combustible y alimentos.
La inflación acumulada del último año ronda en 25%, la más alta al menos desde 2008. Algunos culpan de la debacle al impopular gobierno del presidente Luis Arce, quien no buscará la reelección.
El gobierno de Arce casi ha agotado sus reservas internacionales de dólares para sostener su política de subsidios. Importa gasolina y diésel y algunos insumos como el trigo, para hacer la harina panadera, y los vende a menor precio en el mercado interno.
Pero sin divisas para estas compras internacionales, la disponibilidad de estos bienes se ha vuelto inconstante y se generan largas filas.
Una “gran mayoría quiere el cambio porque está cansada de esta política del socialismo”, dice Freddy Millán, un ingeniero de 53 años.
Por primera vez en 20 años, la izquierda no figura en las encuestas como alternativa de poder.
Dos candidatos de derecha, el empresario Samuel Doria Medina, de 66 años, y el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), de 65, dominan las preferencias electorales entre los ocho aspirantes y se verían en una segunda vuelta el 19 de octubre.
Los dos opositores prometen el fin del modelo económico de corte estatal que impuso el MAS.
La izquierda se encamina hacia su peor fiasco en las urnas desde que ascendió a la presidencia de la mano de Evo Morales, quien gobernó del 2006 al 2019. Luego impulsó el triunfo de Arce, su exministro y hoy adversario.
El dirigente indígena fue inhabilitado por la justicia para buscar un cuarto mandato en estos comicios. Desde octubre se refugia en un pequeño poblado del centro de Bolivia para evadir una orden de captura por el caso de presunta trata de una menor cuando era presidente, acusación que él niega.
Bajo el resguardo de sus seguidores, Morales promueve el voto nulo. La pugna Morales-Arce durante los últimos meses dinamitó al MAS y profundizó la crisis económica con violentas jornadas de bloqueos de carreteras. Esto melló la popularidad de la izquierda.
El candidato del oficialismo Eduardo Del Castillo y el senador Andrónico Rodríguez, ambos de 36 años, marchan rezagados en las encuestas.
Durante el gobierno de Morales, Bolivia triplicó su producción interna, redujo la pobreza de 60% a 37% y empoderó a la población indígena.
La mayoría de gobiernos izquierdistas que antes dominaron la escena política de la región perdieron su continuidad en la década pasada. Bolivia ha sido la excepción hasta ahora.
Doria y Quiroga prometen un plan similar basado en un recorte drástico del gasto público y el desmonte progresivo de subsidios.
Pero si la derecha asume el poder, ésta no debería “dar giros extremos de 180 grados”, sobre todo en los programas sociales, opina el internacionalista Pablo Calderón, profesor de la Northeastern University de Londres.