¿Me puedo morir de un susto? La ciencia explica qué pasa en el corazón
Un susto de muerte puede dejar problemas muy serios para tu corazón. La ciencia advierte que las consecuencias de asustarse demasiado podrían dejarnos en una sala de urgencias

Todos hemos oído la expresión “¡me morí del susto!”, o “¡casi me muero del susto!”. Es una frase que usamos cuando una sorpresa, un sobresalto o una emoción muy intensa nos sacude de pies a cabeza.
Pero, ¿qué tan real es esta idea de que el miedo o una emoción fuerte puede, literalmente, darnos un susto de muerte? ¿Podría una casa embrujada de Halloween o una película de terror llevarnos al límite?
La ciencia tiene una respuesta. Si bien es sumamente raro que esto ocurra por un simple susto inesperado, las emociones extremas pueden tener efectos muy serios en nuestro cuerpo.
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¿Me puedo morir de un susto?
La respuesta es sí, pero son casos muy raros. Lo más común es sentir como si tuviéramos un infarto. Cuando nos asustan, el corazón entra en un estado de estrés tan grande que una persona puede sentir que muere.
Cuando nos asustamos o percibimos que estamos en peligro, nuestro cerebro es el primero en reaccionar. Inmediatamente, envía una señal de alarma que provoca una descarga de adrenalina, una hormona poderosa que nos prepara para “luchar o huir”, como explica la American Heart Association (AHA).
Imagina que es como si tu cuerpo activara un modo de emergencia: tu corazón late mucho más rápido y con más fuerza, tu presión arterial sube, tus músculos se tensan y la sangre se dirige hacia las partes del cuerpo que más la necesitan en una situación de peligro, como los brazos y las piernas.
El problema es que nuestro cuerpo reacciona de la misma manera ante cualquier tipo de estrés extremo, incluso si no estamos en un peligro físico real. Y esta reacción tan intensa puede afectar el sistema eléctrico del corazón, el que controla sus latidos.
En algunos casos, puede causar arritmias (latidos irregulares), o hacer que los conductos por donde circula la sangre en el cuerpo (vasos sanguíneos) se contraigan.
Esto puede llevar a una condición llamada miocardiopatía por estrés, también conocida como síndrome del corazón roto o miocardiopatía de Takotsubo, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Cardiology Heart & Vasculature.
Esta afección es una debilidad temporal de la parte del corazón que bombea sangre, generalmente causada por un estrés emocional o físico muy intenso.
A diferencia de un ataque al corazón clásico, las arterias no se bloquean, pero el flujo sanguíneo se ve afectado, y el corazón puede quedar como “aturdido”, perdiendo temporalmente su fuerza para bombear sangre.
La Clínica Cleveland señala que los síntomas son tan parecidos a los de un infarto (dolor en el pecho, dificultad para respirar) que muchas personas creen que están sufriendo uno.
Aunque la miocardiopatía de Takotsubo suele ser una condición temporal y reversible de la que la mayoría de las personas se recuperan por completo, en casos muy raros y extremos, puede estar asociada con la muerte súbita, según la Fundación española del corazón.
Esta condición se ha observado en contextos de grandes catástrofes naturales como terremotos o incluso ataques terroristas como los del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, donde se vio un aumento de este fenómeno en el corazón.
Sorprendentemente, también se ha descrito en situaciones de euforia extrema, como durante los mundiales de fútbol.
Es importante destacar que la miocardiopatía de Takotsubo afecta significativamente más a las mujeres que a los hombres.
La AHA, explica que estos incidentes son “extraordinariamente raros” y que, cuando ocurren, generalmente hay condiciones preexistentes que influyen, como enfermedades del corazón. Así que, un susto de Halloween o una película de terror por sí solos son muy poco probables de causar este tipo de reacción fatal.
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¿A qué edad es más probable morir de infarto?
Aunque la mayoría de las muertes cardíacas ocurren en adultos mayores, la muerte cardíaca súbita en personas jóvenes (menores de 35 años) es un tema de gran preocupación.
La Clínica Mayo explica que esta es la principal causa de muerte en deportistas jóvenes, afectando aproximadamente a entre 1 de cada 50 mil y 1 de cada 100 mil atletas cada año.
En estos casos, la muerte súbita suele deberse a afecciones cardíacas no diagnosticadas, muchas de ellas genéticas. Estas condiciones hacen que el corazón sea vulnerable y pueden manifestarse durante la actividad física intensa (como en deportes de competición) o incluso en reposo.
Las principales causas de muerte cardíaca súbita en jóvenes incluyen:
- Engrosamiento del músculo cardíaco: es una afección hereditaria que provoca un engrosamiento excesivo del músculo cardíaco, dificultando el bombeo de sangre.
- Síndrome de QT largo: puede hacer que el corazón lata de forma rápida y caótica.
- Defectos cardíacos congénitos: algunas personas nacen con anomalías en el corazón que los hace vulnerables a morir por emociones fuertes como un susto.
La AHA menciona que, lamentablemente, la muerte cardíaca súbita a menudo ocurre sin previo aviso.
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¿Cómo cuidar del corazón ante emociones fuertes?
El estrés es una parte inevitable de la vida. Desde el llanto de un niño hasta un accidente automovilístico, e incluso eventos positivos como casarse, pueden ser estresantes.
Sin embargo, cuando el estrés se acumula y se vuelve constante, puede pasar factura a nuestra salud física y mental, y es particularmente peligroso para el corazón.
El estrés crónico aumenta la presión arterial, la inflamación, y puede elevar los niveles de colesterol y triglicéridos. Además, el estrés prolongado es aún más dañino si sentimos que no podemos hacer nada al respecto o si enfrentamos la soledad sin un sistema de apoyo.
La ira, por ejemplo, también aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, de acuerdo con MedlinePlus.
Afortunadamente, nuestro cuerpo y mente están mejor preparados para manejar situaciones de estrés que podemos anticipar, como subirse a una montaña rusa o ir a una casa embrujada.
Las situaciones que presentan un riesgo real son las que provocan un aumento dramático e inesperado de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, poniendo en riesgo a quienes ya tienen problemas cardiovasculares preexistentes.
Para evitarlo, aquí te dejamos puntos clave para cuidar tu corazón ante las emociones fuertes, según lo recomiendan expertos de la American Heart Association y MedlinePlus:
- Mantente activo con ejercicio regular.
- Adopta una alimentación balanceada: es mejor comer verduras, frutas y fibra, y limitar las grasas y azúcares.
- Asegura un sueño reparador: dormir al menos 7 horas diarias es esencial para la recuperación.
- Practica técnicas de relajación: métodos como el yoga, la meditación o simplemente concentrarse en la respiración durante unos minutos al día pueden reducir el estrés.
- Pasar tiempo de calidad con amigos y familiares, o contar con un buen sistema de apoyo, es la clave.
Si sientes que el estrés o la ansiedad te superan y afectan tu vida diaria, no dudes en buscar ayuda profesional. Un curso de manejo del estrés o la psicoterapia pueden ofrecerte herramientas valiosas para manejar estas emociones y proteger tu bienestar general y, por supuesto, tu corazón.
Aunque la idea de “morir de un susto” es un evento extremadamente inusual, es un recordatorio de la profunda conexión entre nuestras emociones y la salud de nuestro corazón.
Las reacciones intensas de estrés, si bien son parte de nuestra supervivencia, pueden, en casos raros y bajo ciertas condiciones, tener consecuencias graves.