Iván Cornejo cierra gira en México y promete nueva música ‘con amor y autenticidad’
Con 21 años, Iván ya rebasó fronteras y tiene miles de fans en EU y México, pero él canta, crea, escribe y compone como si nadie lo escuchara

En Riverside, California, creciendo entre palmeras, ríos, y a minutos de Los Ángeles, entre el auge del hip hop, Iván Cornejo, cantante de ascendencia mexicana, decidió desde chiquito que lo suyo no iba a ser solamente urbano, pero todo fue gracias a la influencia de sus padres.
Crecí escuchando a los Beatles, a mi mamá le gustaban mucho”, cuenta Iván, el joven de tan sólo 21 años, tímido, quien está en la capital después de ofrecer tres conciertos en el Teatro Metropólitan. Se sienta en el auditorio de Universal Music México sin dejar a su hermana mayor lejos. “Antes de seguir, ¿puede ella acercarse?” y así lo acompaña el resto de la entrevista.
Pero mi papá escuchaba a Los Bukis, todo el día en la casa escuchando a Los Bukis, pero también a Enanitos Verdes, Vicente Fernández; con eso crecí”, cuenta Iván casi susurrando, como no queriendo molestar en la que es su casa disquera.
Hoy el cantante cuenta con 9.6 millones de escuchas mensuales en Spotify y su tema más reproducido, Hasta la muerte, tiene 282 millones de streams en la plataforma. Su último sencillo, Me prometí, lanzado apenas hace un mes, ya presume 36 millones. Con eso y tres shows en la capital mexicana, piensa, cierra un ciclo.
Justamente la canción habla de eso, de dejar atrás algo, y es una historia muy real, algo que viví, muy personal para mí y sí, se trata de dejar por fin lo que te está deteniendo, no necesariamente tiene que ser una persona, puede ser algo que te esté como teniendo en pausa, un proyecto, un pensamiento. Por ejemplo, una persona, hay veces que tienes que dejar esa persona para ti mismo, para que tú puedas ser una mejor versión de ti, me siento en ese momento”, cuenta Iván.
Los jóvenes que llenan sus conciertos ya lo apodan en redes el Terapeuta musical, pues temas como Me prometí reflejan el imaginario y la cultura emocional de una generación que, piensa Iván, no ha sido muy bien entendida y representada en la música históricamente.
Yo creo que la gente joven tiene las mismas emociones que un adulto y muchas veces lo que uno siente, piensa, dice o hace es menospreciado porque ‘Ah, cómo podemos vivir algo así, si somos muy jóvenes’, pero no, yo creo que hasta cuando eres más joven sientes todo más fuerte, y creo que por eso se identifican mucho con mi música, porque hablo de esa emociones”, reflexiona.
Él mismo, cuenta, ha sanado a través de la música. Sus ritmos son principalmente el folk y el sierreño, algo muy parecido al corrido tumbado, y a veces incluye hasta sonidos de electrónica, pero las letras y las experiencias girando son lo que más lo ha nutrido.
Creo que la música me ha enseñado muchísimo, cosas que quizá me tocaba vivir más adelante Mi carrera me ha enseñado a valorar todo, aquí te das cuenta que la vida va muy rápido, pues tienes que vivir todos los días consciente, agradecido y creo que la música me ha enseñado eso mucho, a ser muy agradecido con lo que tengo”, cuenta.
UN PROCESO COMO UN JUEGO
Pero aunque sus letras reflejan conceptos con los que millones se han identificado, pareciera que él aún no es consciente de todo lo que transmite, no hace sus canciones pensando en impactar, sino muchas veces sólo como un juego.
Cuando estoy escribiendo canciones, es un proceso muy divertido, pero a veces muy difícil, es un proceso muy cómo: escribo una canción y después no me gusta, y luego después de horas o días me gusta una parte la agarro y la conecto con otra canción que ya tenía y para mí es muy divertido, pero no es fácil, pienso mucho antes de sentir que algo dice exactamente lo que quiero”, cuenta.
Para decidir los sonidos a veces le sucede igual, pero piensa mucho en sus influencias, por ejemplo The Beatles por su madre, o Los Bukis por su padre, o Ed Maverick, un cantante que admira, y lo acompañó en el Teatro Metropólitan.
Trato sólo de sentir, de sentir la melodía, si veo que es como una melodía así más como con más energía, le doy como un sonido más como corrido o sierreño. Y cuando es una melodía más así como melancólica, le doy ahí para la dirección más alternativa, todo depende de la letra. Mis inspiraciones son como de todos los lugares de California, México, Europa, entonces me gusta mucho lo alternativo y un poco de folk y regional, entonces es una mezcla grande”, explica.
Y finalmente, lo mismo le sucede cuando va a subir a un escenario, se confunde, pero, al final, piensa en lo único importante, lo que quiere transmitir al último eslabón de la cadena: estar frente a su público.
Antes de que me suba a un escenario trato de relajarme, pero a la vez no, porque no me gusta confiarme, empiezo a sentir muchos nervios cuando faltan como 30 minutos, pero trato siempre y me acuerdo que ahí están los fans que vinieron a escuchar las canciones, ellos están aquí por mí y todo va a estar bien y nada más me trato de dar unos cinco minutos antes del show para respirar y recordar qué es lo que quiero mostrarles”.
Ahora le toca repetir el proceso, terminó la gira de su álbum Mirada, que lanzó en 2024, y ahora ya piensa en lo que viene.
Música, mucha música que viene del corazón y que se viene con mucha pasión. Cada canción, cada disco, cada proyecto que sacamos, siempre lo tratamos de hacer con intención y que sea auténtico, porque creo que eso es lo que les gusta a mis fans, que no trato de cambiar y hacer lo que está trending en el momento, siempre trato de que todo sea muy intencionado, música con amor”, finaliza contento, como si terminar la entrevista lo aliviara y pudiera volver a ser un joven divirtiéndose en la música.