Salud

Beneficios de la semilla de amaranto: 5 razones por las que querrás que sea parte de tu día a día

Beneficios de la semilla de amaranto: tres palabras que suenan como un eslogan de nutrición moderna, pero que esconden siglos de sabiduría prehispánica. Este grano pequeño, casi imperceptible, ha alimentado a civilizaciones y ahora intenta salvar la tuya del colesterol y la monotonía alimenticia.

Diversos estudios recientes confirman el impacto positivo del amaranto en la salud digestiva, cardiovascular y metabólica. Más allá de la moda, el amaranto ofrece propiedades comprobadas, avaladas por instituciones científicas, y una versatilidad culinaria difícil de igualar.

 

 

¿Qué es el amaranto y por qué se considera un superalimento?

El amaranto es una semilla pseudocereal, es decir, no es un cereal real, pero se utiliza como tal en la cocina. Pertenece a las familias botánicas Amaranthaceae y su historia se remonta a más de 8,000 años, con registros en civilizaciones como los aztecas y mayas.

 

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) destaca que el amaranto, además de ser una fuente de alimento, formaba parte de ceremonias religiosas y rituales de fertilidad. Tras la colonización española, su cultivo fue restringido, pero ha resurgido como símbolo de soberanía alimentaria y resistencia cultural.

 

Hoy es considerado un superalimento por su densidad nutricional: aporta proteínas completas, minerales, fibra, antioxidantes y no contiene gluten. En un mundo saturado de alimentos ultraprocesados, el amaranto es un recordatorio de que la nutrición empieza por lo simple y lo real.

 

Principales beneficios de la semilla de amaranto para la salud

Cuando hablamos de los beneficios del amaranto en la salud, no nos referimos solo a propiedades anecdóticas, sino a resultados clínicamente observados:

Proteína completa para músculos y tejidos

El amaranto contiene los nueve aminoácidos esenciales, incluyendo lisina, rara vez presente en otros granos. Esto lo convierte en una alternativa vegetal a la proteína animal, ideal para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas.

Calcio, magnesio y fósforo para huesos fuertes

Su valor nutricional incluye niveles altos de calcio, fundamentales para prevenir enfermedades como la osteoporosis. También contiene magnesio y fósforo, que contribuyen a la formación ósea y muscular.

 Antioxidantes para el cerebro y el corazón

Rico en compuestos fenólicos, como los flavonoides, que protegen las células del daño oxidativo, reducen la inflamación y previenen enfermedades neurodegenerativas.

Mejora del perfil lipídico

Según la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, el consumo regular de amaranto ayuda a disminuir el colesterol LDL y los triglicéridos, fortaleciendo la salud cardiovascular.

Fibra para una digestión saludable

Una sola porción aporta hasta 6 g de fibra, mejorando el tránsito intestinal, promoviendo la saciedad y regulando los niveles de azúcar en sangre.

 

¿Cómo ayuda el amaranto a mejorar la digestión y controlar el colesterol?

El intestino es el segundo cerebro, dicen. Y el amaranto, aunque pequeño, sabe cómo nutrirlo. Su fibra soluble se transforma en gel en el tracto digestivo, ralentizando la absorción de glucosa y facilitando la evacuación.

Pero el impacto va más allá de lo digestivo. La Harvard School of Public Health ha señalado que los alimentos ricos en fibra reducen significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas. El amaranto, además, contiene escualeno, un lípido vegetal que actúa como antioxidante y puede reducir los niveles de colesterol total.

Formas fáciles de incluir el amaranto en tu alimentación diaria

Saber cómo consumir amaranto diario es tan importante como conocer sus propiedades. La buena noticia es que su sabor neutro y textura ligera lo hacen camaleónico en la cocina:

Desayuno: tipo “avena”

Cocina ½ taza de amaranto con agua o leche vegetal, agrega canela, fruta y nueces. Es perfecto como desayuno energético.

Almuerzo: en ensalada

Mézclalo cocido con espinaca, jitomate cherry y aguacate. El amaranto le da textura y más valor nutricional.

Postres: galletas y pan

Sustituye una parte de harina de trigo por harina de amaranto para mejorar el aporte de proteína y fibra.

Bebidas tradicionales

En México, se usa para hacer atoles y alegrías, dulces típicos que hoy se reinventan en versiones sin azúcar.

Empanizados y sopas

Puedes utilizar amaranto inflado como empanizado o añadirlo cocido a sopas y caldos como espesante natural.

La clave está en la constancia: no necesitas grandes cantidades, solo integrarlo con regularidad en tus comidas.

Contraindicaciones y precauciones del consumo de amaranto

Como todo alimento funcional, el amaranto también tiene matices que deben considerarse:

  1. Altos en oxalatos: el amaranto contiene compuestos que, en exceso, pueden interferir con la absorción de calcio. No se recomienda su consumo diario en grandes cantidades para personas propensas a cálculos renales.
  2. Alergias raras pero posibles: aunque poco común, se han reportado casos de reacciones alérgicas leves.
  3. Fibra y absorción de fármacos: su alto contenido de fibra puede interferir con medicamentos orales si se consume en grandes cantidades justo antes o después de tomarlos.
  4. Semilla pequeña, impacto grande: como con todo superalimento, no hay que exagerar. La nutrición no depende de un solo ingrediente, sino del equilibrio.

Mientras el mundo entero mira hacia alimentos industrializados que prometen lo imposible, el amaranto aguarda, silencioso, como un legado que ni la conquista ni la globalización han podido enterrar. Volver a él no es una moda, sino una forma de reconciliarnos con nuestro pasado… y con nuestro cuerpo.

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