IMSS reducirá tiempos de espera para cirugías: ¿qué es la estrategia 2-30-100 que propone?

IMSS reducirá tiempos de espera para cirugía: ¿qué es la estrategia 2-30-100 que propone? Se acción concreta frente a una espera que duele, que desespera y que a veces enferma más que el propio padecimiento. Porque en México, agendar una cirugía en el sistema público de salud puede ser como esperar a que el tiempo se detenga o a que la salud se repare sola.
Este nuevo esquema fue anunciado formalmente por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y respaldado por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, durante su participación en la conferencia matutina del 27 de mayo de 2025. Según datos oficiales del propio IMSS, la estrategia 2-30-100 pretende cambiar de raíz la forma en que se programan y realizan las cirugías en las unidades médicas del país.

¿Qué es la estrategia 2-30-100 del IMSS?
La estrategia 2-30-100 es una propuesta operativa con tres objetivos específicos, formulada para atender la crisis de saturación quirúrgica que arrastra el sistema desde hace años:
- 2 días para la valoración quirúrgica
- 30 días para agendar la cirugía
- 100% de utilización de quirófanos
Es decir, todo paciente con necesidad de intervención quirúrgica deberá ser evaluado en un máximo de 48 horas, su cirugía será agendada en menos de un mes, y cada quirófano del sistema deberá operar a plena capacidad, los siete días de la semana.
Más que una cifra simbólica, esta tríada representa un intento de reorganización hospitalaria profunda. Implica reestructurar agendas, personal, turnos, tecnología y sistemas de control. También presupone que los quirófanos dejarán de ser espacios subutilizados y que la espera quirúrgica dejará de medirse en meses o años.

¿Cómo reducirá el IMSS los tiempos de espera para cirugía?
Para cumplir con el ambicioso modelo 2-30-100, el IMSS desplegará una serie de acciones estratégicas a nivel nacional. Entre ellas: habilitación de quirófanos vespertinos y fines de semana, ampliación de turnos quirúrgicos, digitalización de agendas médicas y creación de centros regionales de programación y seguimiento quirúrgico.
Además, se contempla una redistribución de cirugías no urgentes hacia hospitales menos saturados mediante un sistema de referencia cruzada entre unidades médicas. Esto permitirá que pacientes con intervenciones programadas puedan ser operados más rápido, aunque sea fuera de su unidad habitual.
El reto no es menor: implica mayor contratación de personal quirúrgico, anestesiólogos, enfermería especializada y logística hospitalaria. También se está apostando por tecnología que permita rastrear en tiempo real cuántas cirugías están pendientes, cuántas se realizan y cuántas se cancelan. Un monitoreo que, si es transparente, podría marcar un antes y un después.

¿Quiénes se beneficiarán con esta estrategia?
La prioridad, según el IMSS, serán los pacientes con cirugías programadas no urgentes, como colecistectomías, hernias, histerectomías, prótesis de rodilla o cataratas. También se busca atender a quienes han postergado procedimientos por falta de espacios, complicaciones administrativas o saturación hospitalaria.
Particularmente se beneficiarán adultos mayores, mujeres con afecciones ginecológicas y trabajadores en edad productiva cuya calidad de vida depende de una cirugía pendiente. La estrategia también contempla atenciones pediátricas y cirugías ambulatorias.
Esto no sólo mejorará indicadores internos, también tendrá impacto en la productividad laboral y la salud pública general. Si la iniciativa se aplica como ha sido planteada, los tiempos de espera para cirugía en el IMSS podrían reducirse drásticamente en 2025.
Con la estrategia 2-30-100, el IMSS pretende revertir esa percepción. Pero como han señalado especialistas del propio sistema, la clave no es el anuncio, sino la ejecución sostenida. Se necesitan recursos, supervisión externa, transparencia y voluntad política real.