¿Te duele una muela? Ignorarlo podría costarte 15 mil pesos… o más
No ir al dentista puede salirte más caro de lo que crees: descubre el impacto en tu bolsillo de ignorar tu salud bucal.

Un piquete en una muela, una molestia al tomar algo frío, o una encía que sangra pueden parecer problemas menores. Muchas personas prefieren “aguantarse tantito” antes que hacer una cita con el dentista. Pero lo que pocos saben es que esa decisión, aparentemente inofensiva, puede representar un gasto mayor al de una comida en restaurante, una mensualidad del gimnasio, o incluso un viaje de fin de semana.
De acuerdo con el informe Time to put your money where your mouth is, realizado por The Economist Impact en colaboración con Haleon, las enfermedades bucodentales representan el 4.9% del gasto sanitario mundial.
Esto se traduce en más de 500 mil millones de dólares al año en tratamientos y 188 mil millones en pérdidas de productividad.
Una caries sin tratar puede costarte hasta cinco veces más
Para muchas personas, atender una caries a tiempo puede costar entre 500 y 800 pesos mexicanos. Pero si se deja pasar, el problema puede escalar a una endodoncia que cuesta entre 3 mil y 6 mil pesos, o incluso a la colocación de una corona que supera los 10 mil pesos en algunos consultorios privados. En clínicas dentales económicas, los precios bajan, pero el gasto sigue siendo significativo.
Y no se trata solo del dinero: también están las molestias, el tiempo perdido, el dolor y, en casos graves, incluso la pérdida del diente.

¿Te arde al comer nieve? Eso también cuesta
Según el mismo estudio de Helion, 1 de cada 2 mexicanos sufre de sensibilidad dental. Sin embargo, solo 1 de cada 3 se atiende. En lugar de ir al dentista, muchas personas compran analgésicos, cambian su dieta, o gastan en enjuagues bucales y productos sin saber si están tratando la causa real del problema.
Una pasta dental especializada puede costar entre 80 y 150 pesos, pero si no se usa de forma adecuada o se acompaña de una mala técnica de cepillado, el problema persiste. A largo plazo, esa molestia puede derivar en desgaste del esmalte, retracción de encías o infección, aumentando el costo de atención.
El gasto oculto que nadie ve: productividad y bienestar
Además de los costos médicos, la salud bucal afecta directamente la capacidad de las personas para trabajar o desempeñarse. Dolor constante, dificultad para hablar, dormir mal o evitar ciertos alimentos por molestia pueden afectar el rendimiento diario.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que las enfermedades bucodentales no tratadas afectan el bienestar físico, emocional y social, lo que se traduce en bajas laborales, ausentismo escolar y menor productividad. En otras palabras, no ir al dentista puede afectar incluso tu ingreso mensual.
El 77% de la población no tiene acceso a salud oral
A este panorama se suma un problema estructural: solo el 23% de la población mundial tiene acceso a servicios dentales regulares, según la OMS. En México, muchas personas evitan ir al dentista por falta de recursos, miedo al procedimiento, o porque no consideran grave su condición.
Esto refuerza la necesidad de campañas preventivas, acceso a productos especializados y una cultura de salud bucal más consciente desde edades tempranas.
Lo que podrías estar gastando sin darte cuenta
- Pasta dental común: 40 a 60 pesos
- Pasta especializada: 90 a 150 pesos
- Enjuague bucal: 60 a 120 pesos
- Analgésicos o antiinflamatorios: 100 a 250 pesos
- Visita de emergencia sin cita: 300 a mil pesos
- Tratamiento de conducto: 3 mil a 6 mil pesos
- Implante dental: 15 mil pesos o más
Estos gastos, al sumarse, podrían representar el equivalente a varios meses de suscripciones, salidas, transporte o hasta una parte de las vacaciones. Pero lo más importante es que muchos de ellos podrían evitarse con chequeos regulares y hábitos simples de higiene.
Prevención que vale más que un tratamiento
Cepillarse correctamente, usar productos adecuados y visitar al dentista al menos una vez al año no solo es una cuestión de higiene, sino de economía.
En lugar de asumir que el dolor “se quita solo” o que es normal sentir sensibilidad, la recomendación es acudir con un especialista y buscar soluciones a tiempo.
Al final, tu boca no solo habla por ti: también impacta tu bolsillo.