¿Qué es la encefalitis y cuáles son sus síntomas?

La encefalitis es una afección grave que inflama el cerebro, causando síntomas que van desde fiebre y dolor de cabeza hasta convulsiones y pérdida de conciencia. Puede desarrollarse de manera repentina y progresar con rapidez, lo que la convierte en una emergencia médica que requiere atención inmediata.
De acuerdo al Instituto Médico Clínica Mayo, la encefalitis suele ser provocada por infecciones virales, aunque también puede originarse por respuestas autoinmunes o reacciones a ciertas enfermedades sistémicas.
Identificar los síntomas a tiempo es crucial para evitar complicaciones severas, como daño neurológico permanente o incluso la muerte. Por eso aquí te revelamos qué es esta enfermedad, sus tipos, síntomas y las opciones de diagnóstico y tratamiento disponibles.

Encefalitis: Definición y tipos más comunes
La encefalitis es una inflamación del cerebro que puede afectar sus funciones normales. Esta afección puede presentarse de manera aislada o como consecuencia de una infección viral, bacteriana o incluso autoinmune. Su gravedad varía según el agente causante, la respuesta del sistema inmunológico y el tiempo transcurrido antes de recibir tratamiento.
Existen dos categorías principales de encefalitis:
- Encefalitis primaria: Se produce cuando un virus o microorganismo infecta directamente el cerebro. Algunos virus que pueden causarla incluyen el virus del herpes simple, el virus del Nilo Occidental y el enterovirus.
- Encefalitis secundaria: También llamada encefalitis postinfecciosa, ocurre cuando el sistema inmunológico ataca por error al cerebro en respuesta a una infección previa en el cuerpo. Puede desarrollarse semanas después de la infección inicial.
Otras formas de encefalitis incluyen la encefalitis autoinmune, en la que el cuerpo genera anticuerpos que afectan el cerebro, y la encefalitis paraneoplásica, relacionada con ciertos tipos de cáncer.
Principales síntomas de la encefalitis y cómo identificarlos
Los síntomas de la encefalitis pueden manifestarse de forma súbita o progresiva. En las primeras etapas, pueden parecerse a los de una gripe común, lo que puede retrasar el diagnóstico. Según la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos los signos más característicos incluyen:
- Fiebre alta y dolor de cabeza intenso
- Fatiga, debilidad o confusión mental
- Dificultad para hablar o comprender el lenguaje
- Convulsiones o movimientos incontrolables
- Pérdida de sensibilidad o debilidad en ciertas partes del cuerpo
- Alteraciones en la conducta, cambios de personalidad o alucinaciones
- Rigidez en el cuello y fotofobia (sensibilidad a la luz)
En los casos más graves, la encefalitis puede provocar pérdida del conocimiento, dificultad para respirar y, en situaciones extremas, estado de coma. La rapidez en la identificación de estos síntomas es clave para minimizar el daño cerebral y mejorar el pronóstico del paciente.

¿Cómo se diagnostica la encefalitis?
Dado que la encefalitis puede confundirse con otras enfermedades neurológicas, el diagnóstico requiere una combinación de pruebas médicas especializadas. Los métodos más utilizados incluyen:
- Resonancia magnética (RM): Permite detectar inflamaciones, hemorragias o anomalías en el cerebro.
- Punción lumbar: Analiza el líquido cefalorraquídeo en busca de infecciones virales o inflamación.
- Electroencefalograma (EEG): Evalúa la actividad eléctrica del cerebro y ayuda a descartar otras condiciones como la epilepsia.
- Análisis de sangre y pruebas serológicas: Identifican infecciones virales o enfermedades autoinmunes asociadas a la encefalitis.
- Biopsia cerebral (en casos extremos): Se realiza solo cuando otros exámenes no arrojan un diagnóstico claro.
La rapidez en la realización de estas pruebas es fundamental, ya que un diagnóstico tardío puede aumentar el riesgo de complicaciones neurológicas graves.

Opciones de tratamiento para la encefalitis
El tratamiento para la encefalitis varía según su causa y la gravedad de los síntomas. Según la Clínica Mayo, los enfoques médicos incluyen:
- Medicamentos antivirales: En casos de encefalitis viral, fármacos como el aciclovir pueden ser efectivos contra virus como el herpes simple.
- Antiinflamatorios y corticosteroides: Se utilizan para reducir la inflamación cerebral en encefalitis autoinmune o secundaria.
- Anticonvulsivos: Ayudan a controlar convulsiones y prevenir daños neurológicos adicionales.
- Soporte vital: En casos severos, puede ser necesario el uso de respiradores artificiales y monitoreo intensivo.
La rehabilitación es un componente esencial del proceso de recuperación. Algunos pacientes pueden necesitar terapia física, ocupacional y del habla para recuperar funciones afectadas. La duración de la recuperación varía según la severidad de la enfermedad y la rapidez del tratamiento recibido.
¿Se puede prevenir la encefalitis?
Si bien no todas las formas de encefalitis son prevenibles, existen medidas clave para reducir el riesgo:
- Vacunación: Inmunizarse contra virus como el sarampión, la rubéola y la varicela disminuye el riesgo de encefalitis secundaria.
- Higiene personal: Lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas enfermas puede reducir la exposición a virus.
- Protección contra picaduras de insectos: Usar repelente y ropa adecuada ayuda a prevenir encefalitis transmitida por mosquitos, como la causada por el virus del Nilo Occidental.
- Cuidado de la salud en viajes: En zonas con alta incidencia de encefalitis viral, es recomendable tomar precauciones adicionales, como evitar agua y alimentos contaminados.
La encefalitis es una enfermedad que no debe tomarse a la ligera. Su capacidad de afectar el cerebro de forma repentina y su potencial para causar daños neurológicos permanentes la convierten en una afección que exige atención médica inmediata. Conocer sus síntomas y actuar con rapidez puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y secuelas graves.