Las hemorroides son una enfermedad que la mayoría de las personas hemos padecido, sin embargo es un tema que aún causa mucha pena y del que poco se quiere hablar, por lo que es importante dejar en claro de qué va y cómo solucionarlo.
Y es que si en algún momento de tu vida sufriste por un dolor intenso al sentarte o al momento de ir al baño, muy seguramente fue debido a las hemorroides, pero ¿de qué se trata y por qué son tan molestas?.
¿Qué son las hemorroides?
Según información de Mayo Clinic, las hemorroides, también conocidas como almorranas, son venas hinchadas que se encuentran en el ano y la parte inferior del recto.
Estas tienen una gran similitud con las varices, y se pueden desarrollar en el interior del recto, a lo que se le llama: hemorroides internas, mientras que las externas se desarrollan bajo la piel que rodea el ano.
¿Cuáles son los síntomas de las hemorroides?
Los síntomas dependerán de la zona en la que se haya generado la hemorroide:
Hemorroides Internas
No se ven ni se sienten, casi no causan molestias, y por esto pasa porque se encuentran en el interior del recto, es por eso que cuando se llega a defecar hay un ligero sangrado indoloro, ya sea que se vea en el retrete o mientras se limpie con el papel queden los residuos.
Hemorroides externas
Estas son las que se encuentra bajo la piel que rodea el ano, y a diferencias de las internas sí causan mucha molestia como:
- Picazón o irritación en la región anal.
- Dolor o molestia.
- Hinchazón alrededor del ano.
- Sangrado.
Algo que puede suceder durante la aparición de hemorroides es que puede formarse un trombo, que es un coágulo por acumulación de sangre que genera un bulto duro y descolorido cerca del ano, dolor intenso, hinchazón, inflamación, y en la mayoría de las ocasiones se necesita acudir al médico para su atención.
¿Por qué salen las hemorroides?
Las hemorroides salen por varias razones, pero es importante mencionar que cada cuerpo es diferente y que las causas pueden ser diferentes, principalmente se relaciona a estas con:
- Realizar esfuerzos durante la defecación.
- Permanecer sentado durante largos periodos de tiempo, especialmente en el inodoro.
- Tener diarrea o estreñimiento crónicos.
- Tener obesidad.
- Un embarazo.
- Tener relaciones sexuales anales.
- Seguir una dieta baja en fibra.
- Levantar regularmente objetos pesados
Recuerda que lo más recomendable es siempre acudir con tu médico, de esta manera podrá darte el tratamiento indicado debido a tus lesiones, además de que te ayudará a evitar que el caso empeore y requieras de una intervención mayor.
