“Toda guerra es un error”: Viggo Mortensen
Viggo Mortensen platicó con Excélsior sobre The Dead Don’t Hurt, película sobre un inglés que se muda al Lejano Oeste, que dirigió y protagonizó.

Quienes creen conocer tan bien a Viggo Mortensen por el cine, seguramente no se enteraron todavía de sus otros perfiles.
Por ejemplo, podemos informar que el Rey Aragorn, mucho más que el Señor de los anillos, en la realidad tiene el título de Lord como Caballero de la corona danesa. Y en el séptimo arte, ahora es el director y autor de la nueva producción The Dead Don’t Hurt, en la que interpreta a un caballero de la corona que se muda a Estados Unidos y se enamora de una canadiense. Sin embargo, su amor se ve interrumpido por la guerra civil.
Además de Los Ángeles, Viggo vive gran parte del año en Madrid, España, donde, para sorpresa de muchos lo entrevistamos hablando nuestro idioma, y a la perfección.
En The Dead Don’t Hurt hablas inglés y francés, ¿Cuántos idiomas hablas? Con fluidez no muchos. O sea, hablo español, inglés, francés más o menos bien. Y si tengo tiempo, si estoy en el país del idioma, Italia, lo que sea, en Suecia me adapto. Yo me quedé hablando el inglés, un poco de danés y español, lenguas muy diferentes. Cuando he estado en Cataluña, pues he aprendido hablar un poco de catalán.
¿A la hora de insultar, en qué idioma te descargas?
Si estoy en EU me sale en inglés. Pero si estoy en compañía de gente que habla español, o estoy en México, en España o en Argentina, me salen en español, porque hay groserías más fuertes que en el inglés.
Con Robert De Niro practicamos el típico “Che boludo”
Eso es normal. Sí, claro, “¿Que hacés boludo?”, pero hay cosas mucho más feas.
A la hora de hablar de cine quedan afuera los insultos para elogiar la The Dead Don’t Hurt. En especial para entender mejor dónde están colocadas las piezas del rompecabezas de un western que juega constantemente entre el pasado y presente.
La historia de amor del Lejano Oeste, incluso, deja de lado la típica pareja de colonos estadunidenses para mostrar un lado mucho más real de los inmigrantes extranjeros de aquella época, en medio de la ley del más fuerte (sin el estereotipo de indios y vaqueros, porque es la época de la Guerra de Secesión).
Es ahí donde Viggo destaca como autor, aunque también brilla en el rol de director por las imágenes de escenarios naturales (de México en vez de Estados Unidos), ilustrando escenas sensuales y violentas sin ser innecesariamente gráfico.
Claro que Viggo sigue como el gran protagonista de la historia, que tampoco tiene reparos en dar más pantalla a la actriz europea Vicky Krieps (mejor conocida por Corsage y Bergman Island), en una original historia mucho más real que romántica.
¿Cuando diriges eres como El Rey Aragorn, a quien nadie le discute las órdenes o como el chofer de Green Book, que te lleva a donde sea sin discutir?
He tenido suerte durante décadas de trabajar con gente muy talentosa, que aunque haga cine muy diferente y sean personas distintas… preparan todo muy bien, porque es un trabajo de equipo. Y yo laboro así. Lo tengo muy claro, porque cuando hay un presupuesto limitado y tiempo limitado para rodar, hay que estar muy bien preparado y saber exactamente lo que vas a intentar cada día. Yo colaboro con el equipo. Es lo que más me gusta. Siempre me gustó el trabajo colectivo.
¿Qué dirección hubiera tenido tu vida en el Lejano Oeste?
No lo sé. El cine siempre me gustó desde que era un pibe. Cuando empecé a ir al cine, me llevó mi mamá en Buenos Aires, en estos cines grandes de (la calle) Lavalle, mi madre siempre hablaba del cuento, de la historia, de la película, y me gustaba mucho. En esa época, a esa edad, yo ya había empezado a montar a caballo. Cuando era creíble la historia de alguna manera para mí, me preguntaba si yo sería tan valiente, tendría dudas, me equivocaría, si cometería errores y sería capaz de reconocerlos y qué haría en esas situaciones tan dramáticas.
Siendo también el autor del guion, una de las preguntas que plantea tu historia es ¿por qué los hombres pelean? ¿Te respondiste?
No. Entre las cosas que quería explorar para esta película es la idea de la guerra. Obviamente (mi personaje), Olsen (Mortensen) va a la guerra por la razón que supongo que la mayoría de la gente que se ha ido a Ucrania, que no son ucranianos, han ido a pelear. Algunos van por pura aventura y seguramente no es lo que esperaban. Pero creo que hay muchos que van por las mismas razones que Olsen va a la guerra (de secesión). Como el norteamericano del siglo XIX o los extranjeros que fueron a España para luchar en la guerra civil del lado republicano por una razón moral, porque piensan que es lo correcto y hay razones nobles.
¿Estás de acuerdo con las guerras?
Al final, toda guerra es un error y tiene consecuencias, tristeza y destrucción para todos. Nunca está bien. Una de las cosas que quería explorar en esta película y que no se ve, porque no se sobrevive en westerns ni otro género, es: ¿Qué pasa con las mujeres y las niñas cuando sus hijos, hermanos y padres se van a luchar en las guerras masculinas? ¿Qué hacen? Lo normal sería que en esta película Vivienne (Krieps) se fuera con Olsen a la guerra y si ella no desaparece, por lo menos está a su lado. O se muere ella, que sería muy triste para él, o se casó con otro porque pasó mucho tiempo y se cansó de esperar… ¿O está ahí y lo abraza y llora, está muy feliz de verle de nuevo y que bien para él, no? ¿Y ella qué? Entonces era algo que, entre otras cosas, quería explorar. También quise que los detalles fueran correctos históricamente, para que uno pudiera imaginar que está ahí. Pero lo que sí es diferente es que una mujer está al centro de la historia, nos quedamos con ella cuando el marido se va la guerra. Olsen y Vivienne son gente que no tienen el inglés como primer idioma. Hay muchos westerns donde hay mexicanos o chinos o lo que sea, pero no son los protagonistas. Y es importante mostrar esa diversidad social, lingüística, de acentos, de vocabularios, como lo era con los sombreros y las monturas y las lámparas del salón, pero de forma correcta.
¿Creciste con series como El hombre del rifle, el cine de John Wayne o westerns italianos?
Lo que sí recuerdo cuando era pibe, es que en la tele, en Argentina de 1960, habían varias series de vaqueros y podías ir al cine y ver un western. No era una cosa retro, no era como ahora que es este año, con Horizon: An American Saga de Kevin Costner o la nuestra.
También está el éxito Yellowstone ¿El western volvió a estar de moda?
Si le va bien a Kevin o si nos va bien a nosotros con The Dead Don´t Hurt, si sigue yendo bien como ha ido en Francia, España, EU, pues se harán más westerns y si no… Lo que funciona se hace y se sigue haciendo y lo que no, pues se olvida. Pero no creo que el western desaparezca.
Como guionista y director, ¿te gusta jugar con la imaginación del espectador, yendo y vieniendo entre el pasado y el presente?
A mí, como espectador, no me gusta cuando los directores me dan todo servido con cuchara y me explican todo, o que la música me diga lo que tengo que sentir, que tengo que tener miedo ahora, estar feliz o triste. Me gusta todo en su medida. Y yo pienso que el espectador es mucho más inteligente de lo que piensan muchos productores y directores. Sé que cuando hay un presupuesto mucho más alto, obviamente hay más presión para recuperar el dinero y hay que complacer a todo el mundo. Supongo que hay que explicar todo, para que todos entiendan. Pero ese tipo de contar no me interesa. Yo hice una película para entender y pensar en la vida real.
Las escenas de amor no muestran demasiado, pero sugieren muchísimo. ¿Tiene que ver en algo el movimiento #MeToo donde hoy se supervisan las escenas íntimas?
En las escenas de amor en el cine, para mí es tan importante lo que no se muestra, como lo que se muestra. Y a veces es más importante, lo que no se ve y lo que no se dice. En los diálogos hay muchos momentos donde se transmite mucha información emocional en los silencios. Vicky (Krieps), por ejemplo, es una actriz maravillosa, y sin ella hubiera sido más difícil que eso funcione. Pero hay mucho que se hace en el silencio. Hay cosas que pasan en la película que son terribles y al no mostrarlas, cuando ves a la persona el día después, por ejemplo, es mucho más terrible lo que imaginas que pasó que si yo hubiera pasado toda la noche mostrándolo físicamente, paso a paso, lo que es. Y creo que es eso el cine. La discreción en lo que se muestra y lo que se dice, aporta mucho.
The Dead Don’t Hurt fue presentada en el Festival de Cine de Morelia en 2023.