En la calle Manuel Acuña número 300, entre Victoria y Jiménez, una vivienda fue consumida por un voraz incendio desencadenado por un cortocircuito. El incidente tuvo lugar después de que el Sr. Héctor, propietario de la residencia, saliera brevemente a adquirir algunas piezas para reparar una bicicleta, estimando que no tardaría más de 15 minutos. Sin embargo, al regresar, se encontró con la devastadora escena de sus muebles, ropa e incluso el techo de su hogar siendo consumidos por las llamas.
El Sr. Héctor, consternado por lo sucedido, expresó que de no haber salido en ese momento, la tragedia podría haber sido aún mayor al encontrarse dentro de la vivienda.
En medio de la desolación, el Sr. Héctor hizo un llamado a la solidaridad de la comunidad, solicitando apoyo en forma de ropa o muebles, ya que la destrucción fue total, dejándolo sin posesiones ni vestimenta.
