Tras ser dado de alta del hospital Holandés, Cesar Guillermo Tezanos Pinto, condenado por el infanticidio de sus dos hijos, fue trasladado a la cárcel de Chonchocoro para cumplir su condena de 30 años. Su salida del nosocomio coincidió con el entierro de los dos niños en Ventilla de El Alto, Bolivia, conmocionando a la opinión pública.
Un video de TikTok muestra como durante el traslado del infanticida, Tezanos Pinto fue objeto de protestas y burlas por parte de los presentes, quienes exigían justicia. A pesar de ello, el infanticida mostró una actitud desafiante, sonriendo a la multitud sin mostrar arrepentimiento, lo que generó indignación entre los manifestantes.
En medio del tumulto, su abogado defensor resultó herido.
Mientras tanto, en el cementerio Ventilla de El Alto, familiares y amigos daban el último adiós a los pequeños de tres y cinco años, víctimas de la violencia de su propio padre.
La madre de los menores, visiblemente afectada, clamó por justicia, expresando que la condena impuesta al culpable no puede devolver la vida de sus hijos.
No es suficiente (la sentencia), son dos bebes inocentes, amorosos, inteligentes y buenos. Cualquier problema se podía resolver, pero no así. Son sus hijos también, yo estoy herida y me siento muerta”, dijo la progenitora.
El crimen, ocurrido el martes 5 de marzo, conmocionó a la población local y nacional, siendo considerado un acto de extrema crueldad. Según informes policiales, Tezanos Pinto atacó a sus hijos mientras dormían, utilizando un cuchillo para degollarlos. La madre también resultó herida al intentar detener la tragedia.
La justicia, mediante un procedimiento abreviado, sentenció a Tezanos Pinto a 30 años de prisión por el doble asesinato de sus hijos, un acto que ha dejado una profunda huella en la sociedad boliviana.
El caso de Cesar Guillermo Tezanos Pinto ha generado una gran conmoción en Bolivia, evidenciando la necesidad de abordar de manera urgente la violencia intrafamiliar y proteger a los más vulnerables de la sociedad.
