Sergey Grigoriyev, un hombre de origen ruso que había adoptado a un oso pardo desde que era una cría en el bosque de Chelyabinsk, desapareció en diciembre de 2018, generando la alerta de su familia y dando lugar a una intensa búsqueda por parte de la policía.

La investigación, detallada por el diario The Sun, condujo a una impactante escena cerca de la casa de Grigoriyev: manchas de sangre que finalmente llevaron al descubrimiento de su cuerpo. Sorprendentemente, el oso al que Sergey había criado resultó ser el responsable de atacarlo y devorarlo hasta los huesos.

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Familiares de Segey aseguraron que el oso había mostrado comportamientos violentos en diversas ocasiones, aunque la mayor parte del tiempo parecía pacífico y obediente. También comentaron que Segey presumía de haber domesticado al oso, además de convertirlo en su amigo y mascota.

Sin embargo, en un fatídico día, la situación se salió de control, y el oso atacó

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a Sergey. Aunque se desconocen los detalles, la investigación confirmó que el animal devoró por completo al hombre.

Ante la peligrosidad del animal, la policía se vio obligada a abatirlo para acceder al lugar donde se encontraba el cuerpo, ya que minutos antes había atacado al perro de la familia.

Este trágico incidente arroja luz sobre los riesgos asociados con la crianza de animales salvajes como un oso, incluso cuando parecen domesticados.

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La policía continúa investigando el caso para comprender completamente los eventos que llevaron a esta trágica pérdida humana.