Durante la tarde del domingo, la C. Karen regresó a su hogar ubicado fuera de la ciudad, solo para descubrir que su residencia había sido objeto de un robo. La puerta principal estaba abierta, y al explorar el patio, notó que habían removido bloques de la barda. Acto seguido, procedió a presentar la denuncia correspondiente.
Entre las pertenencias sustraídas se encuentran una bocina de tamaño mediano, una pantalla de 42 pulgadas, una laptop, una impresora y alcancías quebradas que contenían más de 5000 pesos en efectivo.
Lo que agrava la situación es la sospecha de Karen Gricelda hacia una persona con la que tuvo problemas previos, incluyendo amenazas. La víctima ha decidido incluir esta información en la denuncia, poniendo de manifiesto la posibilidad de motivaciones personales detrás del incidente.
